Afirmar que los videojuegos son los que generan las conductas violentas de niñas, niños y adolescentes exime de responsabilidad al Estado.
Miércoles 22 de enero de 2020
El viernes 10 de enero, al interior del Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, alrededor de las 8:30 a.m, un niño aproximadamente de 11 años, pidió permiso a su maestra para ir al baño y cambiarse de ropa. Al salir vestía botas y jeans negros con tirantes, una playera blanca con la leyenda “Natural Selection” y dos pistolas con las que mató a su profesora, hirió a cinco compañeros, a un maestro y luego se suicidó.
Al darse a conocer públicamente este hecho, el gobernador priista de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, dijo en rueda de prensa que el niño, de 11 años de edad, probablemente se vio influenciado por los videojuegos, declaración que de inmediato desató la crítica por la irresponsabilidad y lo precipitado de la misma.
Los videojuegos son el entretenimiento, hoy en día, más recurrido por la mayoría de los adolescentes y niños, así como el uso de las redes sociales. La oferta de contenidos altamente violentos es amplia en ambos, sin embargo, no es un factor exclusivo ni determinante en la conducta de niñas, niños y adolescentes.
Psicólogos, educadores y docentes, coincidimos en que son múltiples los factores que intervienen en la consolidación de la personalidad y en la formación de un ser humano. Por citar algunos agentes que contribuyen a configurar el comportamiento y la personalidad, se encuentran: el contexto social que rodea al humano, la familia, la religión, la escuela, y de manera general, todo lo sociocultural.
La familia juega un papel importante en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, sin embargo pesa en ella la descomposición social y prima la desintegración.
¿A qué se debe que las familias padezcan esta fragmentación? La causa está en el sistema social en que vivimos, el capitalismo. Para las familias mexicanas la subsistencia es complicada, como se puede ver reflejado en los bajos salarios, el exceso de horas laborales, la explotación.
También la carencia de servicios básicos como la salud o la vivienda, entre otros servicios que no son garantizados por el Estado. Por tal razón la familia se descompone al no satisfacer lo básico y digno para su subsistencia. Por lo que los padres de familia se enfocan más en resolver estas necesidades y enfrentan múltiples dificultades para atender la crianza de los hijos.
Afirmar que los videojuegos son los que generan las conductas violentas de niñas, niños y adolescentes exime de responsabilidad al Estado. Sí, ese Estado que genera las condiciones estructurales de las violencias así como su naturalización.
Pero es el Estado y sus tentáculos en la sociedad civil, como los medios masivos de comunicación, el que acostumbra y adiestra a la sociedad para que consuma la violencia a través del entretenimiento y diversas formas más, tal como los videojuegos que tienen temática de violencia, las narconovelas, los narcocorridos y una gama de productos, que es lo que está de moda y es lo más consumido. Si esos productos tienen consumidores y están de moda, es porque hay una realidad que respalda la ficción.
Científicamente no se ha comprobado que los videojuegos determinan nuestro comportamiento; si hiciéramos caso a esta declaración que hizo el gobernador de Coahuila, entonces tendríamos grandes porcentajes de niños asesinando en todas partes, pues una gran cantidad de niños y adolescentes han tenido contacto con videojuegos de esta naturaleza. Las declaraciones del gobernador desatan controversia, ya que son carentes de juicio lógico y son reprobables, a diferencia del análisis que hacen los expertos en psicología.
Si aceptamos la declaración por verdadera estamos deslindando a las autoridades de su responsabilidad. Por eso exigimos que el Estado cumpla con las necesidades de la sociedad, para que los niños y jóvenes se desarrollen en ambientes sanos, y luchamos por mejores condiciones de vida para todos.