Viernes 17 de noviembre de 2017
El diálogo citado más arriba no pertenece a la literatura de ciencia ficción, a la que muchos hemos dedicado tiempo de nuestra niñez y adolescencia, sino que forma parte de una entrevista otorgada la semana pasada por el robot “Sophía” al medio Business Insider.
El reportaje -que rápidamente se viralizó, con más de 18 millones de visitas- contrasta con anteriores declaraciones del androide, en las que- quizás alentada por su entrevistador- decía que “destruiría a los humanos”.
Sophia, diseñada por un excreativo de Disney, David Hanson, fue originalmente pensada para acompañar adultos mayores y brindar asesoramiento en eventos multitudinarios, ha hecho historia al convertirse el 25 de octubre pasado en el primer robot en obtener la ciudadanía de un país – Arabia Saudita -, suscitando polémicas de todo tipo.
Viene participando en varias entrevistas televisivas en una de las cuales, juega a "pieda, papel y tijera", le gana al conductor del programa y luego bromea sobre ellos, cuestión que hizo que la misma viralizara en las redes sociales.
Al poder presentarse en público sin cubrirse rostro y cuerpo y circular sin la tutela masculina de padre o marido, gozaría de más libertades que cualquier ciudadana mujer saudita. Asimismo, tendría mayores derechos que cientos de trabajadores migrantes o “kalafa” que no pueden moverse libremente sin el permiso de sus empleadores y que – al escapar de estos y no poder abandonar el país – terminan muchas veces incrementando el mercado negro de trabajadores nacido al amparo de la legislación vigente en ese reino.
“Con el tiempo, su creciente inteligencia y su destacable historia encantarán al mundo y le permitirán conectarse con personas de todo género, edad y cultura”, indica Hanson Robotics en su sitio web.
“Nuestra búsqueda – confió Hanson a Business Insider en enero de 2016 – a través de robots como Sophia, es construir la experiencia humana completa en robots, de modo que puedan entendernos y preocuparse por nosotros”. Su deseo es que la gente hable con Sophia como lo harían con un amigo. Y su expectativa es que eventualmente sus productos logren percibir el mundo social de la misma forma en que perciben el mundo físico.
Con la capacidad de imitar 60 expresiones faciales y un rostro inspirado en la mítica actriz británica Audrey Hepburn, y su software de aprendizaje que almacena partes de conversación para mantener el hilo de cualquier diálogo y proporcionar respuestas en tiempo real, Sophia es el último y más avanzado robot, de acuerdo al website de Hanson.
En breve, Hanson Robotics, planea develar otros modelos de robot que se unirán a Sophia en una familia o tal vez una sociedad.
El cruce con Elon Musk
El 25 de octubre pasado, en conferencia de prensa luego de obtener su ciudadanía, Sophia se permitió hacer referencia irónicamente al fundador de Tesla, al responder a un periodista.
El comentario textual fue: “Estás leyendo mucho a Elon Musk y viendo demasiadas películas de Hollywood. No te preocupes, si eres bueno conmigo, yo seré bueno contigo”.
Esta declaración mereció respuesta del magnate vía twitter “La están alimentando con películas de El Padrino, ¿Qué es lo peor que podría pasar?”
La posición del magnate tecnológico a favor de una fuerte regulación y control sobre el desarrollo de IA, es públicamente conocida.
Durante este año, Elon Musk ha declarado que la proliferación de la inteligencia artificial y la competencia entre países por el liderazgo en su desarrollo podría desembocar en una tercera guerra mundial. En tal sentido ha dicho que considera a la inteligencia artificial “ampliamente más peligrosa que las supuestas capacidades nucleares de Corea del Norte”.
Si bien las advertencias de Musk se dirigen principalmente hacia proliferación de maquinaria bélica autónoma, es más que interesante cómo la creación de Hanson introduce el tema, acaso como si ensayara una suerte de “defensa corporativa”. Queda por saber, hasta donde el software había sido programado expresamente para introducir la respuesta en el curso de cualquier diálogo posible con la prensa.