El dólar terminó este jueves con un precio máximo de venta de $19.71. En “El paso del norte” esto resulta más grave. la dolarización de la economía fronteriza encarece la vida de las familias trabajadoras.

Diana Valdez México D.F. / @yellikann
Viernes 12 de febrero de 2016
Mientras las grandes maquiladoras exportadoras ubicadas en la frontera norte del país aumentan sus ganancias gracias a la subida del dólar y el ahorro generado por mantener los bajos salarios; es la mayoría trabajadora, que mantiene en pie estas empresas, la que se tiene que apretar el cinturón.
Dólares en la frontera
Al cierre de 2015 la industria maquiladora generaba ganancias por 220 000 millones de dólares. Con una economía dolarizada y teniendo la “ventaja” de pagar salarios en pesos, las empresas exportadoras que tienen ingresos en dólares, se hacen más ricas mientras la clase trabajadora se empobrece.
Hoy en la frontera norte uno puede pagar en dólares incluso en los supermercados. Los precios de muchas de las viviendas o negocios para renta o venta se mantienen en dólares, con contratos establecidos en esta moneda –hecho permitido por el gobierno local-, lo cual implica para los trabajadores invertir un porcentaje mucho mayor de su salario para garantizar a su familia una vivienda. Las rentas hoy se cotiza 38% por arriba de los precios de enero del año pasado.
Los salarios que van de los 115 a 170 pesos diarios, se convierten en nada cuando encontramos que el precio de los alimentos básicos ha subido considerablemente. En Tijuana, el kilo de calabaza ha llegado a los 55 pesos, el de jitomate a 30 y el kilo de carne de res a 150 pesos. Para las familias trabajadoras este incremento de precios representa un incremento en el gasto destinado a cubrir sus necesidades básicas, para este caso al 10% más. El patrón se lava las manos de estas consecuencias y por el contrario las aprovecha para incrementar sus ganancias, manteniendo salarios bajos y exigiendo a sus trabajadores cada vez mayor productividad.
Al tiempo que se anuncia la subida en los números de la industria maquiladora, se omite que mientras tanto, bajo la calidad de vida de las familias trabajadoras. En un juego de suma cero en donde la ganancia de unos es la precariedad de otros, los trabajadores salimos perdiendo.
Hay otro camino
Ante esta situación y en busca de defender sus intereses, las obreras y los obreros de la maquila en Ciudad Juárez están luchando.
Obreras y obreros de empresas como Lexmark o EATON se han organizado y se han movilizado en contra de los abusos de los patrones, para exigir aumentos de salario, reinstalación de despedidos y castigo a los acosadores de compañeras, que denunciaron hostigamiento sexual muchas veces por parte de los patrones.
En plantones afuera de las empresas las trabajadoras y los trabajadores gritan al patrón que no piensan dar un paso atrás. Al contrario, la trabajadora de la maquila Antonia Hinojos, “Toñita”, se ha lanzado de manera independiente por la aspirantía a la candidatura para el gobierno de Ciudad Juárez, esto puede ser un primer paso para mostrar que las trabajadoras y los trabajadores podemos hacer política para nuestra clase.
Frente a la situación de precarización y la carestía de la vida en la frontera es indispensable que sea la clase obrera levante un programa para que esta situación no se descargue en las espaldas del pueblo, proponiendo, por ejemplo, el aumento salarial de emergencia de acuerdo a la canasta básica, el control de precios y la expropiación de aquellas grandes tiendas y supermercados que aumenten los precios.