Ante la desidia de Metrovías y Sbase por el material cancerígeno en las formaciones, los metrodelegados votaron las medidas que se desarrollarán este lunes. Habrá apertura de molinetes y paros parciales en las líneas B y D.
Lunes 21 de octubre de 2019 09:30
El jueves pasado, en un plenario de delegados, los trabajadores del Subte de la Ciudad de Buenos Aires votamos dar inicio a un plan de lucha. Exigimos que las empresas Sbase y Metrovías presenten un plan integral de desabestización que incluya el cambio de flotas afectadas.
Desde este lunes a las 17 comenzará el cronograma de medidas. Ese día se abrirán molinetes en la Línea B entre las 17 y las 19 horas. El martes 22 será el turno de la Línea D entre las 8 y las 10 de la mañana y entre las 17 y 19. Finalmente el miércoles 23 habrá paro en ambas líneas desde la apertura (5:30 horas) hasta las 7:30.
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Quienes integramos la Agrupación Bordó del subte creemos que este es un paso muy acertado, ya que hemos venido sosteniendo desde hace meses que es imprescindible iniciar un plan de lucha sostenido hasta conseguir una respuesta de parte de las autoridades del Gobierno de la Ciudad y la empresa concesionaria que esté a la altura del problema planteado.
Una respuesta que incluya un plan inmediato de desabestización, inclusión en el Registro de Riesgos de todos los trabajadores del subte, control médico de todos ellos y de sus familias.
Desde hace más de dos meses conocemos que en el taller Rancagua más del 10 % de los trabajadores tienen afectada su salud por el asbesto y en lugar de haber comenzado un plan de lucha la mayoría del ejecutivo se contentó con conversaciones con la empresa para conseguir respuestas pequeñas para tamaño problema.
Lamentablemente esta política de dilación también fue acompañada por los compañeros de la Agrupación Naranja que integran las comisiones de salud laboral.
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La confirmación de los compañeros afectados en su salud demuestra que estamos frente a una emergencia sanitaria profunda que pone en riesgo también la salud de los millones de usuarios del subte. Los responsables de esta situación son Metrovías concesionaria del servicio desde 1994, SBASE, el Gobierno de la Ciudad, pero también las diferentes administraciones nacionales que, entre el 2001 cuando se prohibió el uso del material cancerígeno, y el 2013 que se traspaso el control al ámbito de la Ciudad no controlo ni exigió la desabestización al concesionario.
Hoy deben dar una respuesta acorde a la gravedad de esta crisis que ellos mismos generaron y que es una expresión más de la política desidiosa frente a los servicios públicos. El plan de lucha debe continuar hasta que los trabajadores y los usuarios obtengamos las soluciones que exigimos para preservar nuestra salud y nuestras vidas.
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