A pesar de estas medidas importantes existen ciudades que no han podido aplanar la curva de contagio, como por ejemplo Osorno y Temuco, donde se aplicó cuarentena total. La situación crítica de estas ciudades, puso al descubierto el comportamiento irresponsables de ciertas empresas que no estando a la altura de la situación crítica de contagio y mortalidad, prefirieron priorizar las ventas antes que la seguridad e higiene de la población.
Miércoles 8 de abril de 2020
En este escenario de la pandemia del COVID-19, ha quedado de manifiesto la importante labor que realizan las y los trabajadores de los supermercados, quienes están en primera línea en esta importante cadena de abastecimiento que no debe cortarse, para asegurar la sobrevivencia de la mayoría de la población. Son las y los trabajadores de los supermercados quienes cada día temen por un contagio en los lugares de trabajo, por lo que se ha exigido a las empresas poner a disposición todo lo necesario para disminuir las probabilidades de contagio, y otorgar mayor seguridad tanto a los trabajadores como a los clientes que asisten a realizar sus compras.
A nivel nacional, pudimos observar como progresivamente se fueron tomando medidas que apuntaban en esa dirección, desde las más rigurosas que implicaban acceso controlado de los clientes, tomarles la temperatura e incluso suministrarles elementos de protección para comprar, lo que también iba acompañado de medidas para su planta laboral, como sanitización de los locales cada cierta hora, mascarillas y alcohol gel, lavado de manos frecuente, distancia social de los clientes en las cajas, y un sinfín de medidas que en muchos casos, se logró gracias a la presión que ejercieron los sindicatos.
Sin embargo, a pesar de estas medidas importantes, existen ciudades que no han podido aplanar la curva de contagio, como por ejemplo Osorno y Temuco, donde se aplicó Cuarentena total. La situación crítica de estas ciudades, puso al descubierto el comportamiento irresponsables de ciertas empresas que no estando a la altura de la situación crítica de contagio y mortalidad, prefirieron priorizar las ventas antes que la seguridad e higiene de la población.
Tal caso es el de la cadena de Supermercado Cugat, de dueños evangélicos, que tiene casa matriz en Rancagua, y que través de sus camiones bajo el lema “en Dios confío” reparte su mercadería a las otras sucursales del sur del país, dos de ellas en cuarentena total: Osorno y Temuco, siendo ésta última epicentro del Coronavirus a nivel nacional, con la mayor cantidad de contagiados a nivel comuna y con la mayor tasa de mortalidad, es decir, cada medida tomada para revertir esta situación es una necesidad de vida o muerte. Sin embargo, poco peso tenía el tema para supermercados Cugat, ya que a pesar que el sindicato el 16 de marzo manda las primeras solicitudes vía correo para tomar medidas de parte de gerencia, recién el 3 de abril la situación se tornó ya de peligro público, al insistir en el acceso irrestricto de la clientela, generándose en plena cuarentena, tremendas aglomeraciones que ponían en riesgo la salud de los trabajadores y de la población en general. Ante la nula respuesta de la empresa, el sindicato decide denunciar por los medios comunicacionales de la región lo que estaba sucediendo en supermercados Cugat en la ciudad de Temuco, lo que generó bastante repudio en las redes sociales, ya que quedaba al total descubierto como priorizaron las ventas por sobre la vida y salud de la gente.
Esta misma situación es la que están viviendo los trabajadores de Supermercados Santa María, de la ciudad de Rancagua, donde los dirigentes sindicales se han visto en la necesidad de recurrir a las instancias fiscalizadoras ya que según señalan en la solicitud “Estimados se solicita fiscalizar supermercados Cugat, ubicado en Santa María 381 debido a que no respetan lo instruido por el MINSAL, en cuanto a regular la cantidad de público que ingresa a la instalación, además no entrega los elementos de protección personal necesarios para los trabajadores, favor fiscalizar casino de los trabajadores, debido a que las condiciones de preparación no han sido las adecuadas, además existe expendio de productos vencidos”.
Lo que queda constatado en las fotografías, es una preocupante aglomeración de gente que pone en riesgo la salud y vida de los trabajadores, pero también de la población en general de Rancagua, ya que sin un control serio por parte de esta empresa, la inofensiva acción de comprar o de trabajar, se vuelve una verdadera acción que hace peligrar la vida.
Esta misma situación se vive en la ciudad de Osorno, que al igual que en Temuco, se encuentra en Cuarentena total, ya que en la región de Los Lagos, van 299 contagiados y 2 fallecidos, donde algunos supermercados ya cuentan con casos de contagio, sin embargo, nada de esto pareciera importante a esta cadena de supermercados, que hasta el día 6 de abril, mantiene sus puertas de par en par dejando la entrada libre a una gran cantidad de clientela que se exponen a ellos mismos pero también a las y los trabajadores a situaciones de riesgo. Esto se ve reflejado en las fotografías del local de Osorno en dicha día:
Estos tres casos que se viven en la cadena de supermercados Cugat, son de una irresponsabilidad totalmente peligrosa para la población, ya que en este contexto donde tenemos a las y los trabajadores de la salud haciendo los mejores esfuerzos para salvar vidas bajo las precarias condiciones de la salud pública en este país, vemos como los empresarios prefieren sumar ganancias aunque eso cueste restar vidas, y con calculadora en mano buscan sacar máximo provecho de esta situación, priorizando las ventas por sobre la vida y salud de la gente. Por esto mismo, hacemos un llamado a todas y todos los trabajadores de Supermercados Cugat del país a organizarnos para enfrentar este riesgo al que nos exponen como trabajadores, y a denunciar públicamente estos verdaderos focos de contagio para las ciudades donde se encuentran.
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