Desde hace 23 años que se realiza el concurso Miss Reef en Argentina, pero hoy ha sido suspendido. Una pequeña demostración de fuerzas de un movimiento feminista que se viene organizando, frente a los empresarios y el Gobierno de turno.
Sábado 31 de diciembre de 2016
El concurso se realiza todos los años en Mar del Plata, misma ciudad donde el pasado mes de octubre fue violada y asesinada en manos de varios hombres, la joven de 16 años, Lucía Pérez. Según la empresa, el concurso se decidió suspender “por la sensibilidad que empezó a causar el tema de la violencia de género en el país”.
El asesinato de la joven Lucía, fue un puntapié para lo que ya se venía gestando en diferentes países. Así, rápidamente se extendió la solidaridad a nivel internacional, levantándose marchas en decenas de ciudades, sobre todo de Latinoamérica, bajo el grito de #NiUnaMenos. Sólo en Santiago fueron más de sesenta mil los asistentes que repletaron la Alameda en contra de la violencia hacia la mujer.
Sin embargo, las declaraciones de los empresarios, a pesar de que parecen converger con las demandas de acabar con el machismo en nuestra sociedad, en realidad sólo esconden su hipocresía bajo el manto del oportunismo. Son los mismos empresarios que, aliados con los Gobiernos, perpetúan y se benefician de este sistema patriarcal. Son los mismos empresarios que mantienen sueldos de hambre para la clase trabajadora, donde las más afectadas somos precisamente las mujeres.
La suspensión del evento no es consecuencia de empresarios conscientes que levantan las demandas de la mujer, es consecuencia de la imposición que miles realizaron no sólo en las calles, sino también en sus lugares de trabajo y estudio, a través de la organización en comisiones, coordinadoras y secretarías. Porque quienes sostienen este sistema capitalista, no cederán a nada por cuenta propia. Aquí mismo en Chile, Viña del Mar, el concurso de “Miss Reef” igualmente se llevará cabo, pese a las miles de personas que el 19 de octubre salimos a marchar.
Por su parte el Gobierno, lo único que hace es mantenerse ciego, sordo y mudo frente a las decenas de femicidios que se perpetran año a año en nuestro país. Lejos de posicionarse de algún modo, lo que hacen es permitir la violencia a la mujer en todos sus niveles: desde dejar que se desarrollen concursos que sólo ponen en la categoría de objeto sexual a las mujeres, manteniendo las condiciones de trabajo y pensión más miserables para nosotras, no permitiendo que podamos decidir sobre nuestros propios cuerpos e incluso, dando el espacio a que nos sigan asesinando.
Frente a esto, la única salida que nos queda es la organización. Porque no nos entregarán nada en bandeja, porque no cederán un centímetro en nuestras demandas, nuestro deber es seguir fortaleciendo las organizaciones que hoy existen a nivel nacional, las coordinadoras por #NiUnaMenos, las comisiones de género dentro de nuestros espacios laborales, así como también las secretarías de género de nuestros espacios educativos.
Sólo así podremos arrancar al Gobierno y los empresarios las demandas que juntos, mujeres y hombres, debemos levantar para hacer frente a este sistema capitalista que no trae más que opresión y explotación para la clase trabajadora. Sólo acabando con el capitalismo, podremos también derribar este sistema machista y patriarcal.