Continúa a pasos de gigante la política de liquidación territorial y de los servicios públicos a manos privadas por parte del gobierno Syriza.
Miércoles 13 de diciembre de 2017
Después de las declaraciones sobre los chinos que “están invirtiendo muchísimo en Grecia”, el gobierno helénico continúa con el desmantelamiento de las empresas públicas.
En Grecia recientemente el gobierno de Alexis Tsipras, aclamado tiempo atrás por algunos como líder de la nueva izquierda, ha vendido al capital privado el 17% de la Public Power Corp (PPC), DEH en griego, sociedad energética del sector público y fortaleza del sindicalismo combativo.
Además, el gobierno Syriza-Anel ha puesto en el mercado el 65% de la Depa, sociedad estratégica para la distribución del gas, sobre todo en perspectiva de la construcción de nuevos gasoductos que pasarán por el territorio helénico. Contextualmente ha vendido el 35% de la Hellenic Petroleum, la sociedad pública que refina. En sustancia son privatizados los sectores estratégicos de la economía del País. El exacto contrario de una política que se esperaría de un partido que se dice de izquierda y cercano a los trabajadores.
Las nuevas privatizaciones abren el camino hacia un acuerdo en la próxima reunión con el Eurogruppo, previsto para el 22 de enero, que tendría que sucesivamente conceder el tramo de 5,5 mil millones de euro de las ayudas a Grecia. Un plan de ayudas que acabará a agosto de 2018 con la vuelta de Atenas al mercado de los capitales.
El anuncio de estas nuevas privatizaciones ha hecho bajar los bonos del Estado helénico al mínimo en 8 años, por estar debajo del 4,8%.
Un bonito banquete para los capitalistas helénicos y de la zona Euro, que gracias al gobierno de izquierda de Syriza podrán acumular ingentes ganancias.
Si Syriza es el ejemplo para la izquierda italiana y para los nuevos sujetos que están naciendo, sobre todo en la nueva fase electoral, hay poco de lo que estar felices para los trabajadores y la juventud.
