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Red Internacional
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TC declara admisible el retiro de fondos AFP a profesora antofagastina

Este martes el TC declara admisible el requerimiento de Corte por la profesora que busca retirar sus fondos ahorrados de AFP, éste declaró admisible el requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, declarado por la Corte de Apelaciones de Antofagasta.

Miércoles 16 de octubre de 2019

Nuevo giro da el caso de la profesora antofagastina quien, de recibir un sueldo de $1,2 millón pasó a tener una pensión mensual de $185.000 desde un total que alcanzó a ahorrar de $46,5 millones, el cual también es parte de otro requerimiento por una enfermera de Punta Arenas quien está buscando retirar su dinero desde la AFP vía recurso de protección. Así el TC dio 20 días para que partes como el Gobierno, Senado y a la Cámara de Diputados se pronuncien respecto del conflicto de constitucionalidad expuesto por la Corte.

Recordando, el ministro Oscar Clavería y el abogado Fernando Orellana dictaron la resolución solicitando el pronunciamiento del Tribunal Constitucional por considerar que el Decreto Ley que impide el retiro de los fondos vulnera la Constitución al restringir el derecho de propiedad de los trabajadores sobre sus ahorro.

En las palabras de Patricia Romo, presidenta del Colegio de Profesores comunal Antofagasta y perteneciente a la agrupación de trabajadores de la educación “Nuestra Clase”, “El sistema de pensiones en Chile se basa en la confiscación forzada de una parte del sueldo de millones de trabajadores mes a mes, un “ahorro” o “capitalización” individual que va a parar a un “fondo previsional” del que son dueños y se usa para las inversiones de capitalistas nacionales (como Luksic, Matte, Angelini, Paullman, etc) o transnacionales (4 de las AFP existentes son de propiedad de capitales extranjeros). Lejos de estar al servicio de los trabajadores y una vejez digna, nuestros fondos son uno de los principales “combustibles” del modelo económico y de inversión capitalista en Chile.

Continúa claramente “La realidad de cientos de miles de trabajadores jubilados en Chile es similar a este caso: nos imponen una vejez de pobreza, con pensiones miserables que se encuentran sumamente lejos del costo de una canasta familiar básica o incluso de un salario mínimo. Y con derechos básicos que no están asegurados en el Chile neoliberal (como salud o vivienda), la realidad de la tercera edad es dramática en el país. A toda esta situación de abuso que viven los jubilados, se suma el hecho de que ni siquiera tienen acceso a ocupar libremente sus ahorros previsionales, el cual es fruto de la explotación laboral de toda una vida”.

Así, no podemos confiar con que los empresarios se “convenzan” de que las AFP no deben existir o se deba entregar todo el dinero a sus propietarios trabajadores, al contrario, hoy son el sector empresarial y el gobierno quienes se oponen a un cambio en el funcionamiento de las AFP ya que su dinero esta puesto en éstas empresas privadas, pero éstos no buscan el bienestar de los habitantes, en donde es esperable que continúen las trabas legales para que los trabajadores del país no puedan acceder a sus recursos.

Para vencer, tener nuestros recursos y derribar el sistema previsional del cual se siguen enriqueciendo los más ricos, y se empobrecen los más pobres, es tarea urgente que todos los trabajadores y también las trabajadoras (las más afectadas y discriminadas por las AFP) tomen esta demanda en sus manos y tomen acciones coordinadas en torno a ella, en donde se supere el ritmo aletargado y dudoso del parlamentarismo para resolver este problema y se pase la acción coordinada, la fuerza en las calles, llamando a asambleas de discusión al respecto en cada lugar de trabajo, tomando resoluciones de cómo organizarnos de forma masiva, con llamados desde los principales organismos de trabajadores (CUT, CdP, Confech) en unidad con los estudiantes (los futuros trabajadores) para imponer, mediante un plan de lucha organizado desde las bases a los empresarios el fin del robo de las AFP –herencia de la dictadura- , y la conquista de un sistema verdaderamente solidario, tripartito, que esté gestionado por los mismos trabajadores y usuarios, en donde podamos ver satisfecha nuestras necesidades.