A días de haber sido posicionados en altos cargos Arturo Murillo, reconocido misógino, y Jerjes Justiniano, defensor de la manada boliviana, no parece casualidad que se hayan dado dos casos de impunidad en juicios por feminicidio. Esto refleja que en el poco tiempo del autoproclamado gobierno de Áñez, ya se comienza a ver el manejo de la justicia en favor de quiénes la pueden comprar buscando dejar en la impunidad a perpetradores de casos de violencia contra las mujeres.
Lunes 25 de noviembre de 2019
Foto: Marcelo Ostria sale burlándose de la familia de Ivana luego de la sentencia (El Deber)
Hace pocos días la familia de Ivana Arroyo, joven de 27 años asesinada el año pasado, tuvo que presenciar una insólita sentencia en que se le reducía la pena a 8 años a Marcelo Ostria, con posibilidad de libertad en los próximos meses. La fiscal del caso declaró que esta sentencia fue “absurda e ilógica”.
Después de un año de la muerte de Ivana, se emitió sentencia a favor de Marcelo Ostria, quien estaba acusado de haber golpeado a la víctima a la altura del hígado, provocándole un desangramiento interno. Ostria fue aprehendido ese mismo día en la terminal de buses tratando de escapar.
Meses después, Ostria también hizo un intento de fuga, sin embargo, pese a las pruebas testimoniales y periciales, ayer se le rebajó la pena que correspondía a la de delito de feminicidio (30 años) alegando que el crimen solo correspondía a lesión seguida de muerte y, por lo tanto, solo le correspondía 8 años en prisión. Incluso su abogado declaró que no descansaría hasta que su cliente salga en libertad en los próximos meses.
Este caso se suma a otro reciente y polémico fallo de la justicia en Tarija a favor de Elías Garzón, quien el pasado viernes fue absuelto del delito de feminicidio contra Dayana Alemán. En un juicio plagado de irregularidades, en el que incluso el ex fiscal departamental, Gilbert Muñoz, indicó ante medios de comunicación que una persona desconocida le ofreció 20 mil dólares en un aeropuerto cuando volvía de viaje a Sucre para modificar el tipo penal de feminicidio en el caso Elías Garzón, además de unos audios que implican al Decano del Consejo de la Magistratura, Omar Michel, en una presunta manipulación de un proceso judicial, que finalmente se develó que era el de Garzón; finalmente se determinó dejar en libertad al acusado y absolverlo completamente de los cargos.
No es de extrañar que, en este contexto político, en el que el nuevo gabinete ministerial destaca por la figura de Arturo Murillo, misógino declarado que dijo que a las mujeres les convenía suicidarse antes de abortar y Jerjes Justiniano que es nada más y nada menos que el abogado de la “manada” boliviana, y que en una de sus primeras acciones desde que asumió el poder, intentó que se dejara libre a uno de los violadores que representa, se den dos casos tan claros de injusticia contra las mujeres.
El órgano judicial responde al órgano ejecutivo, que no duda poner jueces cuyo desprecio por la vida de las mujeres es indignante, tal como se constató en las declaraciones que hizo el juez del caso de la manada, Hugo Iquise, el pasado lunes:
“(...) todas las mujeres deberían ir de rodillas a la mamita de Cotoca a agradecerle por la ley 348 que las ampara. Es una ley pensada para ustedes, de cualquier cosita ya acusan. Las mujeres denuncian a sus maridos y a la semana están pidiendo que lo suelten para que les de plata. Es una ley que divide a las familias.”
Ante estos acontecimientos, estamos más alertas que nunca, ya que este autoproclamado gobierno de transición, que en su poco tiempo se ha caracterizado por acallar, reprimir y violentar a la población, promete ser también una plataforma para seguir promoviendo el abuso de poder, beneficiando a quienes pueden comprar la justicia (como Ostria) en desmedro de las mujeres y especialmente, las mujeres pobres.