En la Catedral porteña no hubo críticas al ajuste brutal ni al acuerdo con el FMI. Música para los oídos macristas. El aguante eclesiástico a la fábrica de más pobreza y miseria.
Daniel Satur @saturnetroc
Sábado 26 de mayo de 2018
Quienes dudan de la capacidad del bergoglismo vernáculo para hacerle las cosas más fáciles a Macri posiblemente este viernes se hayan llevado una ingrata sorpresa.
Es que ayer, mientras más de uno que supo viajar al Vaticano a fotografiarse con Francisco se concentraba en las cercanías del Obelisco para gritar que “la patria está en peligro”, en la Catedral metropolitana el sucesor de Bergoglio al frente del Arzobispado de Buenos Aires festejaba sin hacer olas el día de la patria con Macri, su esposa y medio Gabinete.
“El gobierno de Mauricio Macri celebró la homilía del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, durante el tedeum por la Revolución de Mayo”, escribió Mariano Obarrio (un chupacirios de la primera hora) en el diario La Nación. Así describió el ánimo oficial luego de la tradicional misa que, en general, transforma los discursos de “los representantes de Dios en la tierra” en proclamas políticas oficialista u opositoras.
Para Obarrio, “la Casa Rosada temía mayor dureza con críticas más directas a la coyuntura económica y al ajuste fiscal”. Y sin embargo los funcionarios nacionales salieron más que airosos de la ceremonia católica, apostólica y romana.
El primero en festejar fue Marcos Peña, para quien las palabras de Poli fueron “muy sabias” y son tomadas en cuenta y hasta “compartidas” por el Gabinete, sobre todo “la necesidad de estar unidos, todos los argentinos por una República y una Patria con más igualdad y prosperidad, libertad y paz”.
Quien también se mostró aliviada fue la vicepresidenta Gabriela Michetti, que aprovechó el buen trato de Poli para hacer su propaganda. “En este 25 de Mayo estamos una vez más, como autoridades legítimamente elegidas por el pueblo, pidiendo la luz y la sabiduría que Dios nos ha dado siempre que con humildad hemos acudido a él”, dijo a La Nación.
El secretario de Culto Santiago De Estrada aportó lo suyo, saludando y felicitando a Poli por el tono de su mensaje. “Muy buena la homilía de Poli, con mucha altura”, le dijo al diario mitrista con satisfacción.
Tan contentos quedaron en el Gabinete con las palabras del representante del “Santo Padre” en Argentina, que le confiaron al periodista Obarrio: “Dijo lo que no podía dejar de decir sobre la pobreza, el desempleo, la justicia y el aborto, temas en los que el Gobierno coincide y tenía que decir sí o sí y no iba a dejar de hacerlo”.
A lo que quizás temían desde Cambiemos era a que Poli metiera la cuchara de forma directa en la coyuntura política, con referencias al ajuste fiscal, al acuerdo con el FMI y a la cada vez más complicada situación económica que padecen millones de habitantes. Más aún, dice La Nación, “en momentos en que el Gobierno busca un acuerdo nacional para reducir el gasto del presupuesto 2019 para bajar el déficit”.
Algún macrista asustadizo pudo haber pensado que ciertas declaraciones críticas de otros hombres de sotana en los días previos podían influenciar a Poli. Y hasta cierto resquemor causó en la Casa Rosada que el arzobispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, haya recibido a Pablo Moyano , Hugo Yasky, Pablo Micheli y Gustavo Vera (amigo de Bergoglio), quienes cuestionaron la suba de tarifas y el acuerdo con el FMI.
Si encima se tiene en cuenta la escalada represiva, comandada desde el ministerio que dirige Patricia Bullrich, que fue en aumento desde el tedeum anterior (con los crímenes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, la doctrina Chocobar de gatillo fácil legitimado oficialmente y las represiones a la protesta social con remembranzas casi dictatoriales), el temor a algún pase de factura aunque fuera velado estaba a flor de piel.
Pero si había dudas, el mismo Poli las despejó. No solo su homilía se basó en las clásicas generalidades sobre la pobreza y el amor caritativo a los más vulnerables, sino que el cardenal terminó corriendo por derecha a los funcionarios al reafirmar la posición eclesiástica respecto al debate y posible sanción de una ley sobre el derecho al aborto libre, seguro y gratuito.
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El jueves el mismo Francisco le había enviado una escueta carta al Presidente con motivo del 25 de Mayo. “Con motivo de la fiesta nacional de Argentina, hago llegar a vuestra excelencia y a todos los hijos e hijas de ese amado país un cordial saludo. Y ruego a Dios, nuestro Señor, por intercesión de la Virgen de Luján, que les conceda los dones necesarios en la construcción de una sociedad cada vez más justa, fraterna y solidaria”, fue todo el texto firmado el martes 22 por Bergoglio y enviado al Gobierno vía la Nunciatura Apostólica.
Las palabras de Poli, quien como sucesor de Bergoglio en la Curia porteña es considerado un propalador natural de los mensajes papales, no hicieron más que afirmar que el ánimo de Francisco no es para nada molestar a Macri en un momento tan crítico de su gestión.
Es más, hasta hacen pensar en cierto mensaje de “aguante” a Cambiemos en esta coyuntura. Mal que les pese a los chupacirios nacanpop.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc