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Red Internacional
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REFORMA PREVISIONAL EN BRASIL. Temer da 6 meses a gobernadores y alcaldes para atacar jubilaciones de empleados públicos

Pese a la enorme jornada de paros y movilizaciones del 15M contra la reforma previsional y a días de una nueva convocada para el 31, Temer reafirmó su línea y le puso plazo a gobernadores y alcaldes.

Martes 28 de marzo de 2017

En un almuerzo en la casa de un diputado de la base aliada, Pauderney Avelino (DEM de Amazonas), el presidente brasilero Michel Temer expresó su acuerdo con la propuesta del anfitrión de establecer un plazo de seis meses para que estados y municipios cambien los sistemas jubilatorios de los empleados públicos, señalando la posibilidad de hacer una enmienda en actual proyecto de reforma previsional que imponga esa orientación.

Tras la jornada de paros y movilizaciones llevada a cabo por trabajadores de todo el país el 15 de marzo contra la reforma previsional, una fuerte agitación se produjo en la base aliada del presidente golpista. Frente a ello, el gobierno hizo maniobró dejando afuera del proyecto de reforma previsional a los empleados públicos estaduales y municipales, dando la idea de que estaría retrocediendo parcialmente en el ataque.

En realidad, se trató de una maniobra que dejó bajo responsabilidad de los gobierno estaduales y municipales la aplicación de los ataques a las jubilaciones de esos empleados públicos e intentó por ese medio dividir la incipiente lucha de trabajadores, protagonizada en gran parte por docentes del sistema estadual y municipal, para generar la imagen de que ese sector tendría un “derecho privilegiado” a la jubilación, frente al brutal ataque a los demás.

Con el establecimiento de un plazo para que los gobiernos municipales y estaduales ataquen las jubilaciones de los empleados públicos, la maniobra de Temer es aun más evidente. Sin embargo, el presidente rehusó la posibilidad de modificar cualquier otro aspecto de la reforma, como la edad mínima de jubilación o las reglas de transición.

En este momento es vital que la resistencia a los ataques, a las reformas previsional y laboral, pueda seguir como fue el 15 de marzo. Solo un día de paro no basta. Algunas centrales sindicales están aceptando los ataques a cambio de negociados espurios con el gobierno, como hace Força Sindical. Otras están planificando la promoción de la candidatura de Lula para el 2018 en lugar de un plan de luchas real que frene los ataques. Se hace necesario construir brigadas de movilización con delegados por lugares de trabajo que impongan la huelga general ya.