Hechos de inmensa magnitud se suceden rápidamente en tiempos de crisis. La muerte llena de sospechas del juez de la Corte Suprema brasilera, Teori Zavacki, quien había denunciado amenazas, es uno de esos eventos.
Viernes 20 de enero de 2017
La muerte de Zavacki abre un nuevo capítulo en la crisis nacional: ¿hacia dónde va la operación judicial Lava Jato, de la que Zavacki era miembro informante? Mientras tanto, se desarrolla la crisis carcelaria que pone de manifiesto las malezas más grotescas del encarcelamiento masivo de negros y pobres acusados de narcotráfico, muchos de ellos sin siquiera haber sido juzgados. En pocas horas Donald Trump asume la presidencia de Estados Unidos y reina la incertidumbre en la economía y en la geopolítica mundial.
La muerte de Teori Zavacki y la asunción de Trump ponen de relieve nuevas dudas e incertidumbres en Brasil. El presidente Michel Temer es recordista en cantidad de veces que fue nombrado en testimonios de la operación Lava Jato, que investiga los entramados de corrupción en Petrobras. También es recordista en impopularidad. Aun así, promueve ataques inauditos a los derechos laborales, previsionales y sociales del pueblo trabajador. ¿Cómo la muerte de Teori, que rápidamente generó sospechas, y la asunción de Trump, pueden influenciar los rumbos del gobierno de Temer y del vecino país?
En tiempos llenos de novedades e incertidumbres, numerosos periodistas denominan los tiempos de Brexit y Trump como tiempos de la “posverdad”. Mucho más que en el tiempo de la “posverdad”, estamos en mi opinión en el tiempo de la incertidumbre, de fenómenos pasajeros y aberrantes, mientras la vieja hegemonía murió y no surge aun una nueva, tiempos de descontento con los regímenes políticos y de revuelta contra lo tradicional, abriendo corazones y mentes a novedades a izquierda y a derecha.
“Posverdad” es un término que parte de una idea positiva de los grandes medios, portadores supuestamente universales de una verdad atacada por redes sociales y nuevos medios. Basta mirar hacia dentro de Brasil para ver que incluso los grandes medios están a gusto con sus “barrigas” y una buena dosis de “periodismo de guerra”. Evidentemente hay mentiras, calumnias y otros disparates volando sueltos en Facebook.
Volvamos a Teori, su trágica muerte y los rumbos de la Lava Jato.
Sobrevuelan el evento como una nube las sospechas de que algo más que un accidente pueda haber ocurrido. Más allá de una acción homicida, el evento puso súbitamente en las manos de Temer, muy involucrado y delatado en la Lava Jato, los rumbos de esa operación judicial. Según el artículo 38 del reglamento interno de la Corte Suprema, cabe al nuevo ministro nombrado por el presidente (nombrado 43 veces en la operación) asumir como miembro informante de la operación. Según el artículo 68 del mismo reglamento, en casos excepcionales de vacancia, la propia Corte, dirigida por Carmen Lúcia, puede nombrar o sortear un nuevo informante. ¿Cuál prevalecerá?
Detrás del debate jurídico en red nacional se desarrolla la disputa sobre los rumbos de la operación. Puede Temer correr y nombrar un sustituto. ¿Se prestaría el hipotético sustituto a terminar “con la sangría”, como dijeron en escuchas telefónicas los senadores (del PMDB) Renan Calheiros, Romero Jucá y José Sarney? ¿Carmen Lúcia actuará a favor de la Lava Jato y en contra de ese ala del régimen político? No fue lo que hizo cuando Calheiros fue excluido de la presidencia del Senado por la decisión monocrática del juez de la Corte Marco Aurélio Mello.
En esa disputa no hay camino que garantice un efectivo combate a la corrupción. La operación Lava Jato y la Corte Suprema actúan conforme a intereses políticos y económicos. Liberan y encubren hechos (por ejemplo el listado de implicados en los testimonios de directivos Odebrecht) según sus intereses. Así como sobrevuelan sospechas sobre la muerte de Zavacki, sobrevuelan aun mayores sospechas sobre la operación con sede en la provincia de Curitiba. Fiscales y el juez Sérgio Moro, que fueron entrenados en Estados Unidos, muestran una impresionante selectividad no solo en los blancos políticos sino con las empresas internacionales nombradas en la operación pero nunca investigadas.
Más allá de la actuación errática y mesiánica del procurador Dallagnol o del juez Moro, hay intereses que los fortalecen o debilitan. Cuando se trataba de sacar a Dilma para poner un gobierno que realizaría mayores ataques a los trabajadores, todos los medios y todos los sectores patronales clamaban al unísono: “todo el poder a la República de Curitiba”. Cuando, en nombre de la estabilidad política y de los mismos ataque a los trabajadores, la operación ofrecería complicaciones, la actitud fue otra. Para garantizar la presteza en destruir la salud y educación pública con una enmienda constitucional (PEC 55) se perdonó la operación contra Renan Calheiros y lo mantuvieron en el poder.
¿Están los empresarios e intereses multinacionales satisfechos con Temer? Esta pregunta ayuda a responder hacia dónde va la Lava Jato. En diciembre estaban insatisfechos. Editoriales de los grandes medios exigían acciones rápidas y contundentes o amenazaban con la destitución del presidente golpista. Temer se apuró en presentar una reforma previsional que hará con que cada brasilero trabaje al menos diez años más para tener derecho a una jubilación miserable. No satisfecho presentó también una reforma laboral que haría sonrojar a la burocracia china en términos de súper explotación. De pronto, las editoriales cambiaron el tono y enaltecieron a Temer.
Si miramos esa foto podríamos concluir que trabajan por la estabilidad del presidente. Sin embargo, lo que es suficiente el 19 de enero , antes de la asunción de Trump, ¿puede ser suficiente también el 20 o 21?
Trump promete dar vuelta la economía y la geopolítica mundial. ¿Cuánto se encontrará la verborragia con los hechos? Aun cuando lo haga poco, la tendencia al aumento de la tasa de interés (que ya comenzó) y algunas medidas proteccionistas y más aun en caso que invierta pesadamente en infraestructura como promete, sus decisiones producirán sismos en el mundo y en particular en aquellos países dependientes del flujo de capitales internacionales y de la exportación de commodities. Ese es el caso de Brasil, doblemente.
El aumento de los intereses en Estados Unidos lleva normalmente a una salida de capitales de países emergentes y de la especulación en valores futuros de las commodities (soja, hierro, petróleo) rumbo a títulos de deuda norteamericana. Un escenario “Trump al máximo” podría tener consecuencias catastróficas en la ya atribulada economía brasilera. Un escenario “Trump al mínimo” no dejaría de tener impactos en esas mercancías que son la principal apuesta para el crecimiento de la economía brasilera en 2017 y en el tipo de cambio, afectando la deuda pública y privada. Las agresivas privatizaciones del programa “Puente hacia el Futuro” de Temer podrían ser una contratendencia y retener flujo de capitales en un escenario “mínimo” o “mediano”, pero el impacto en la economía brasilera se sentiría, agravando o como mínimo manteniendo la recesión.
Si estas previsiones de la economía tienen alguna resonancia, se puede esperar que lo suficiente para la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) y sus comparsas hoy no sea suficiente mañana. Demandando más y más ataques a Temer, o habérselas con la operación Lava Jato.
Se suma a todas estas incertezas otra fuente de dudas. Esta última no tan externa a nuestra acción. Cuánto de crisis económica, social y política es posible que exista sin efectiva respuesta de los “de abajo”?
Lula, la cúpula del PT, y por esta vía la CUT, UNE, MST, actúan en la justa medida para oponerse a los ataques pero conducirlos no al “incendio” sino a esperar a octubre de 2018. ¿Podrán los trabajadores superar esos límites impuestos por sus principales y tradicionales liderazgos? ¿Podrá la juventud ofrecer un ejemplo que contamine a los trabajadores? Una juventud, una generación que ya sacudió al país en los últimos años, primero en las movilizaciones de junio de 2013, luego con las ocupaciones de escuelas en San Pablo que frenaron el cierre de escuelas por el todopoderoso gobernador Geraldo Alckmin, y después ese año con una inmensa oleada de ocupaciones de escuelas y universidades por todo el país. Todo eso es incierto, pero nuestra acción puede influenciar los rumbos de esta parte de incertezas que sobrevuelan nuestro futuro.
Un frente único improvisado al calor del momento en defensa de la libertad de Guilherme Boulos, dirigente del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) arbitrariamente encarcelado por la Policía Militar de Alckmin, y hoy en defensa del derecho de organización sindical de los trabajadores de la Universidad de San Pablo muestra el potencial de la unidad de fuerzas para derrotar las pretensiones de los gobernantes y de las patronales. La fuerza de acción común de sindicatos, organizaciones estudiantiles, populares a izquierda o al menos críticas del PT, logran actuar y mover a parlamentarios del propio PT hacia la acción. Esa fuerza social podría exigir que la CUT y poderosos sindicatos rompan su parálisis en defensa de los derechos de los trabajadores. Así tendríamos un “engranaje” para derrotar a Temer y no la espera pasiva por un 2018 ya con ataques consolidados. A partir de la fuerza de una defensa como esa podríamos comenzar a avanzar en contraataques cuestionando a este podrido régimen político de corrupción y ataques a nuestros derechos.
Para eso hay que comprender lo que está pasando en la realidad brasilera, pero más que eso, a partir de ahí actuar conscientemente por la transformación radical de esa realidad.