Ahora que la discusión del aumento salarial se cerró entre la rectoría y el sindicato ¿Qué enseñanzas nos dejó este proceso? y ¿Cuál va a ser el próximo movimiento que se va a realizar de cara a la legitimación del CCT?
Arturo Rendón Académico de la agrupación Nuestra Clase
Lunes 6 de marzo de 2023

El pasado 28 de febrero del presente año, el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (SUTUACM) concluyó el proceso de huelga planteada para ese mismo día, siendo que aceptaron el aumento salarial de 3% mensual, no muy diferente al 2.8% que les estaban ofreciendo unos días antes la patronal. Ese 3% representa aproximadamente 25 pesos más para su salario, el cual es poco si consideramos la inflación galopante que se ha dado en México y el mundo en el último año.
Durante todo este proceso vimos como la patronal representada por la rectora Tania Rodríguez, intentó en todo momento atacar las prestaciones de los trabajadores disfrazando su ofensiva con un discurso de viabilidad económica, siendo que ella tiene un sueldo oneroso de más de 100 mil pesos, que, junto con otros funcionarios universitarios, está muy por encima del resto de los trabajadores, incluso de los académicos.
Esta situación llevó a los agremiados del SUTUACM a emplazar a huelga, donde ante el aislamiento de la dirección sindical por tener pocas fuerzas, fue a buscar apoyo en espacios como en el Congreso de la CDMX con diputados del PAN en lo que parece una medida deseperada, lo cual, de forma fraternal, consideramos que es un error, porque comprometió a toda la organización a ser señalada como de derecha al involucrarse con un partido conservador.
La unidad al interior con independencia organizativa
Una de las fuerzas con las que cuenta el SUTUACM son los trabajadores no sindicalizados, entre los que están los profesores de asignatura, los de honorarios y los de confianza, estos últimos están al servicio directo de la patronal, si, pero es porque su contratación depende directamente de la mera voluntad de las autoridades, si estuvieran basificados sería más fácil ponerlos del lado del sindicato. En una situación similar se encuentran los trabajadores de honorarios y los profesores de asignatura, así su basificación fortalecería al sindicato y le daría la fuerza para conquistar sus demandas.
Por otra parte, esa unidad podría librar a los trabajadores del control que ejerce el Morena sobre ellos a través de la rectora Tania Rodríguez, conquistando una independencia organizativa plena e impidiendo que la patronal tenga algún tipo de injerencia sobre las decisiones o las actividades del sindicato. Ya que, hasta ahora, eso es lo que ha intentado la rectoría, hacerse del control del mismo para hacer pasar sus planes precarizadores, y aunque no ha podido controlarlo, no ha dejado de pretender apoderarse de él.
La unidad hacia afuera con independencia política
Por otro lado, la dirección sindical en vez de haber buscado el apoyo del PAN, lo que puede derivar en subordinarse a lo que le exija el régimen político, más allá de la rectoría de la UACM, pudo haber buscado el apoyo de otras organizaciones de trabajadores, lo cual hubiese sido mucho mejor, como acudir con los sindicatos y las centrales que se reclaman democráticos como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), la Nueva Central de Trabajadores (NCT) o la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, de Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC).
También se pudo haber buscado el apoyo del Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la CDMX (SUTIEMS), que además estaba en huelga en ese momento, por lo que la solidaridad pudo ser efectiva de ambos lados.
Esta política además de librar al SUTUACM de las acusaciones de ser un sindicato de derecha, lo libraría de cualquier intento del régimen político de cobrarles el apoyo haciendo que se cumplan sus designios por parte del sindicato, por otra parte la política de unidad pudo haber incrementado la capacidad de movilización de los trabajadores para torcer el brazo a la patronal e imponer sus demandas. Lamentablemente esto no fue así, es por esa razón que la rectoría no ha ofrecido más que magros aumentos salariales, que sí, los concedió presionada por los emplazamientos, lo cual es importante, pero siguen siendo bajos además de que no se ha presionado a los funcionarios universitarios para que disminuyan sus sueldos ni a las autoridades de la CDMX para que otorguen más presupuestos a la educación y no a la policía.
Rumbo a la legitimación del CCT
Desde La Izquierda Diario creemos que estas lecciones son importantes, ya que pronto será la legitimación del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), situación que para consumarse necesita del voto de la mayoría de los trabajadores, en este escenario se abre la puerta para que la patronal valiéndose de todo tipo de trampas, intente que el CCT no se legitime. Ya que, aunque la Ley Federal de Trabajo diga que los derechos no se pierden, aunque el CCT quede sin efecto, lo cierto es que la rectoría de la UACM ha cometido violaciones sistemáticas a este y si de por sí, los derechos contenidos en este documento no se respeten siendo que está vigente, sin él la cosas empeorarían porque los trabajadores quedarían contratados con un contrato individual.
Esto representa un verdadero peligro, porque los esquemas de precarización laboral (con todo lo que eso implica como: inestabilidad en el empleo, magros salarios, falta de prestaciones, indefensión laboral etc.) se dan por contratos individuales, para poner un ejemplo cercano, los profesores de asignatura están contratados con contratos individuales. Y son bien sabidas las penurias por las que tienen que pasar todo el tiempo, por ejemplo, cada semestre se ven sometidos a si las coordinaciones deciden que den clases o no.
Por otra parte, se abre la puerta para que otros sindicatos disputen un nuevo CCT, entre ellos los sindicatos blancos, es decir, simulaciones creadas por la patronal para arrebatar la bilateralidad de la relación contractual a los trabajadores, un ejemplo claro es la reciente votación de legitimación del CCT de la Asociación Autónoma del Personal Académico de la UNAM (AAPAUNAM). Organización patronal que se impuso mediante el fraude y que es cómplice en mantener a miles de profesores bajo la figura de asignatura, haciendo el trabajo sucio de la rectoría de la UNAM.