El periódico the economist dedicó un artículo completo analizando los casos de corrupción en Chile, y la crisis de legitimidad que sufren los empresarios, sus partidos y sus instituciones.
Domingo 26 de febrero de 2017
No es una sorpresa para nadie el gran impacto que han causado los diversos casos de corrupción a nivel nacional, sin embargo, la indignación ha cruzado las fronteras, llegando más allá de nuestro país.
The economist, reconocido periódico británico ha elaborado un artículo en el cual realizan un seguimiento de los diversos casos ocurridos en Chile, y que han afectado tanto la credibilidad de la casta política como de los grandes empresarios.
Los casos que analiza The Economist y las fisuras del régimen
Es así como el periódico analiza entre algunos casos, la intervención del diputado Gaspar Rivas – hoy desaforado y suspendido por seis meses del parlamento – en que trata de “hijo de puta” al magnate Andrónico Luksic, por su relación con las grandes inundaciones que afectaron a Santiago.
En este sentido, gran parte de su artículo se desarrolla en torno al empresario, y las diversas situaciones en las que se ha vínculado con casos fraudulentos, como el caso Caval, en el que se encuentra siendo investigado la nuera de la presidenta, Natalia Compañon, por el millonario préstamo por el Banco de Chile.
“Estas conexiones alimentan las sospechas de los chilenos de que las grandes decisiones son tomadas por una pandilla con una botella de carmenere o en un juego de golf”, señala un extracto del medio El Mostrador.
Por otra parte, los casos de colusión de farmacéuticas y pollos son tomados por el periódico, evidenciando el poder y control del sector privado, donde las empresas vinculadas controlan el 90% del negocio, en el caso de la farmacias, y de 93% las aves de corral.
El Chile corrupto y ojo observador de la burguesía internacional
Es así como las injusticias y profundas desigualdades de nuestro país, llega a otros lugares, alertando a los grandes empresarios, sus instituciones y sus medios. Es la profunda crisis de legitimidad, en la que más de 25 años de democracia para ricos, comienza a generar importantes fisuras que amenazan la gobernabilidad de los empresarios y sus partidos.
No es un invento de las encuestas, las lapidarias cifras donde tras más de dos años de una crisis abierta, los políticos empresariales no han conseguido apaciguar el descontento popular, que hoy comienza a ser rabia organizada.
Es la alarma que coloca al burguesía a nivel internacional, donde aquella ilusión de prosperidad neoliberal que expresa Chile hacia otros países, comienza a reventar, y mostrando las enormes desigualdades y miserias a las que son condenadas los miles de explotados y oprimidos que se las arreglan con el salario mínimo, mientras unos pocos se dan la gran vida a costa de su trabajo.