Un centenar de obreros, docentes y estudiantes de la zona de Berisso y Ensenada se reunieron el domingo para llevar a cabo un torneo de fútbol donde el mayor triunfo fue la solidaridad de clase.
Martes 9 de junio de 2015
Fue un domingo soleado, luminoso, cálido por momentos, con apenas unas pocas nubes rondando sobre un cielo celeste, con cero probabilidad de lluvias y chaparrones; contrario a todos los pronósticos que se habían formulado para este día; contrario al deseo del aquellos que no pueden ver con buenos ojos la iniciativa de los clubes obreros.
La ciudad portuaria de Berisso, con sus calles adoquinadas, su larga avenida Montevideo y el frondoso monte de cañas y saucedales que separa el fondo de las casas de la orilla del río, fue sede de un nuevo Torneo Amistad Obrera.
El sitio elegido para llevarlo a cabo fue el Club Social, situado en calle 8 entre 166 y Montevideo, que ofreció el marco ideal para una jornada plena de espíritu deportivo, camaradería y fair play. Desde muy temprano se fueron arrimando hasta allí los militantes que organizaron el campeonato, los catorce equipos participantes (nutridos de obreros, estudiantes y docentes), los hijos, las hijas, las compañeras, los amigos, los familiares y los curiosos. Todos, o casi todos, fueron bienvenidos.
Lo impensado se volvía a repetir, la espina en el ojo de los patrones, los laburantes de la zona se reunían fuera del trabajo para celebrar un torneo de fútbol y ellos, los dueños de la pelota, no estaban invitados.
Yo quiero a mi bandera
–La bandera representa la diversidad, ni de sexo ni de raza ni de nada, acá somos todos trabajadores –así lo expresa uno de los obreros fabriles mientras señala la bandera que cuelga majestuosamente de uno de los laterales, justos en el centro de la cancha de fútbol.
La enseña en cuestión representa dos brazos multicolores enlazados en un fraternal saludo, en cuyo nudo se insinúan los gajos blancos y negros de un glorioso balón de fútbol. Además, lleva escrita dos palabras que sintetizan todo el espíritu de esta jornada: amistad obrera.
Un colorido castillo inflable se estremecía en el centro de una de las dos canchas de paddle, bajo el peso de los nenes y las nenas que se daban cita en su interior para saltar y abstraerse un poco de los enfrentamientos que tenían lugar en la arena futbolística. La otra pista ofrecía un pasatiempo interesante para los que querían despuntar un poco la ansiedad paleteando un rato mientras esperaban el momento de ingresar a disputarse el trofeo del campeón.
Allí también estaban las de Pan y Rosas, quienes no sólo se limitaron a ofrecer serigrafías con la consigna de "ni una menos", sino que también presentaron un equipo femenino que se animó a medirse en el torneo.
Cerca del mediodía, la primera ronda de partidos iba tocando su final y una tentadora ráfaga de humo de chori se iba filtrando hacia el interior de la cancha, apartando a los jugadores de su móvil deportivo, imponiendo la necesidad de un descanso, momento que fue aprovechado por los referentes de la regional para hacer uso de la palabra.
Lo que los patrones no quieren que tengamos
Recién salido de la cancha, con el sudor aún perlando su frente, Juan Contrisciani fue el primero en dirigirse a la audiencia presente, destacando la importancia de:
–Retomar el compañerismo entre trabajadores, que muchas veces por rivalidades entre gremios, entre contratados y efectivos, nos meten muchas divisiones que no tienen nada que ver con nuestros intereses.
Y advirtiendo, de cara al panorama postelectoral que se avecina en noviembre de 2015:
–Todo gobierno que venga va a venir a ajustarnos, y la mejor forma de prevenirnos es organizarnos, juntarnos, discutir las distintas problemáticas que tenemos en los trabajos pero siempre tenemos un mismo interés común que es preservar nuestra fuente de trabajo y preservar las conquistas que tenemos logradas.
Tras el aplauso encendido de toda la concurrencia, el referente del Astillero Río Santiago le cedió la palabra a Zulma Maldonado, flamante delegada del SUTEBA local, que con la sencillez que la caracteriza y una nota de autentica emoción apretando sus palabras refirió la necesidad de redoblar esfuerzos a la hora de organizar a la clase trabajadora, señalando que las patronales también se organizan, y ampliando la propuesta al señalar que dicha responsabilidad es para todos, "no tan sólo los hombres sino también las mujeres".
La entrañable Zulma concluyó su oratoria destacando lo siguiente:
–Tengamos bien claras nuestras ideas, porque si los trabajadores se organizan, los patrones pierden y eso tenemos que conquistar, que los patrones pierdan.
Cerró la charla el precandidato a intendente por el PTS en el Frente de Izquierda de por la regional Berisso, Federico Surila, que bajo la atenta mirada de su hija Pali, expresó:
–Es un gran paso estar generando estos espacios, estos espacios que los patrones no quieren que tengamos, espacios no sólo de recreación, de ocio sino también un espacio de organización, donde distintas estructuras obreras de la región hoy están compartiendo experiencias, compañeros que son contratados, que están en planta, que están en distintas situaciones, que tienen sindicatos y que no. Sin embargo son compañeros que tienen un mismo interés que son los intereses de la clase trabajadora.
Surila remarcó la necesidad de desafiar la premisa patronal que cohíbe a sus trabajadores a no involucrarse en política, jugada que tiene su reverso en los partidos políticos de expresión empresarial y que demanda una respuesta por parte del proletariado:
–Nosotros queremos que en todo el país halla candidatos obreros, jóvenes, candidatos estudiantes, candidatos mujeres, que pongan esa expresión y que fortalezcan ese carácter del Frente de Izquierda, porque creemos que los trabajadores no podemos regalarle ese terreno a los partidos patronales, nosotros tenemos que tomar fuertemente esa herramienta para tomar las riendas de nuestra vida política.
El sitio donde se ven los pingos
Promediando la tarde llegaron los partidos de la semifinal que se disputaron los equipos de Carboneros vs. Tamarindo, por un lado, y Los Búfalos vs. 99%, por el otro. El primero de ellos tuvo un comienzo parejo, los Carboneros lucharon para sostener un empate a cero, virtud que se mantuvo gracias a la enérgica labor del arquero y a las peligrosas incursiones de su escurridizo delantero en el área rival; cuando finalmente los Tamarindo lograron anotarse la primera marca, el resto fue en ascenso para ellos frente a un rival desmoralizado, partido que terminaron agenciándose por cinco tantos sobre uno.
El otro partido de semifinales fue el que protagonizaron Los Búfalos contra el equipo llamado 99% y que tuvo a los Búfalos sufriendo hasta último momento, tratando de alcanzar un empate a dos goles, conquista que alcanzaron hacia el cierre del segundo tiempo y que condujo a los penales que le valieron la victoria a 99%.
La final fue signada por un ritmo de juego punzante, exento de florituras, donde la marca personal y un toque a toque forzoso predominaron de principio a fin. Nuevamente, se impusieron aquí los Tamarindo, por cinco tantos sobre uno, destacándose la labor sus dos laterales que se despachaban con heroicas muestras deportivas en una y otra área de la cancha.
Para el cierre los finalistas posaron para la cámara, los campeones sosteniendo la copa, todos ostentando medallas de participación y enarbolando la pancarta de "ni una menos". Algo quedo en claro gracias a esta jornada, sí los obreros se juntan pierden los patrones.