Un grupo de trabajadores de la localidad de General Mosconi, en el norte de Salta, denunció mediante un video que se viralizó, la condición de superexplotación en la que viven. Están en La Rioja hace dos semanas, hacinados y sin cobrar el sueldo. Sin ningún derecho ni acceso a la salud en medio de la pandemia por el coronavirus.
Lunes 6 de abril de 2020 16:32
“Así se vive”, comenta uno de los trabajadores que fue a La Rioja estafado por un intermediario ligado a empresarios de aceitunas. En el video muestra la habitación en la que vive hacinado junto con otros trabajadores. La extrema precariedad se respira en cada segundo. También, su denuncia al contratista para el que trabajan indirectamente, quién los llevó engañados desde General Mosconi y aún no les paga el sueldo.
“Nos hacen descuentos por el alquiler, $1000 más la comida y el pasaje”, comenta en clave de denuncia por el maltrato que perciben. “El compañero de nosotros que está tirado en cama no tiene atención médica ni nada”, plantea con gran preocupación en medio de la crisis sanitaria, social y económica en curso.
“Nos trajeron con mentiras de que íbamos a ganar un buen sueldo cuando la realidad es otra. Hasta el día de hoy, ya van a cumplirse dos semanas, y aún no nos pagaron y nos tienen con mentiras”, sostiene el trabajador.
Basta de precarzación
El “así se vive” de estos trabajadores es una muestra de las condiciones en las que viven millones en medio de la crisis sanitaria, económica y social en curso. Con índices de pobreza que cada día ascienden, la capital de Salta se encuentra entre las ciudades con mayores personas que viven en situación de pobreza y marginalidad. Mucho más agraviante es la situación de las y los trabajadores que viven en el norte provincial, donde la precariedad es la norma.
Se necesitan medidas urgentes para estos trabajadores y otros millones que hoy tienen que salir a las calles para poder comer. Test masivos para detectar con rapidez la presencia del coronavirus, para trabajadores y trabajadoras que hoy están en actividad y tengan síntomas. También, que en todos los trabajos haya sin excepción medidas sanitarias básicas como el acceso al agua, el jabón, lavandina, guantes, barbijos.
Una medida elemental que en pleno 2020 se sigue negando a una porción de la población es el acceso a la salud, como denuncian estos trabajadores golondrina. Por eso, es necesaria la unificación del sistema de salud público y privado, para terminar con el negocio de las prepagas, los laboratorios privados, y que la salud funcione de manera centralizada bajo la órbita estatal.
Ni suspensiones ni despidos
Al mismo tiempo, hay que organizarse para que la prohibición de suspensiones y despidos sea efectiva, y sin descuentos. Como informan trabajadores del hotel Alejandro I, de la familia Levin, los pagos del mes de marzo han sido del 75% en el caso del personal efectivo y del 40% en el contratado. Mientras que en otro de los negocios de la familia enriquecida en la última dictadura militar, en la Terminal Salta, los salarios de marzo para el personal que desde el 1 de abril, y en forma totalmente ilegal, está suspendido, fue del 50%. Cuando deberían ser del 100%.
Hay que afectar las ganancias de los que más tienen, los que se la llevan en pala gobierne quien gobierne como los empresarios del campo, del azúcar, las aceitunas, el tabaco. El cobro de impuestos progresivos a terratenientes y a las grandes fortunas permitiría garantizar el pago de un ingreso de cuarentena de $30.000 a los 7 millones de trabajadores precarios durante dos meses.
¿Qué esperan Alberto Fernández, el gobernador de Salta Gustavo Sáenz y el de La Rioja Ricardo Quintela para llevarlo adelante? Su negativa es una muestra de que la que sigue ganando es la impunidad patronal.

Florencia Gasparini
Nació en 1979. Es maestra en escuelas públicas de Salta y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas y de la agrupación de mujeres Pan y Rosas. Integra la redacción de La Izquierda Diario Salta.