Valeria, quien sufrió un despido discriminatorio por parte de la conocida fábrica de juguetes, responde a las palabras de la patronal sobre la situación de la firma.
Jueves 15 de septiembre de 2016
Recientemente en la Revista Anfibia, bajo el título “Yo era uno de ustedes” salió un artículo en torno las miradas que tienen los empresarios nacionales del gobierno de Macri. En uno de los tantos ejemplos que da sobre Pymes, nombra a Rasti, la fábrica argentina de juguetes que me despidió.
Hago esta nota para aclarar las mentiras que dicen públicamente los dueños de la empresa, la familia Dimare, respecto a los problemas que atraviesa Rasti. Ya que si bien el gobierno macrista viene atacando con el ajuste y yo fui despedida esta gestión, ellos se enriquecieron a costa de despidos, maltratos y persecuciones durante el kirchnerismo, un gobierno que le garantizó excelentes condiciones para su crecimiento manteniendo la flexibilización laboral.
Trabajé en Rasti durante 12 años. A la fábrica le que le fue muy bien durante todo ese período, según sus propios dueños, pasando de 20 a 100 empleados, y de alquilar un depósito chico en Lugano a comprar casi una manzana en Lomas del Mirador. Claro que lo que no dicen los patrones es que todos estos “logros” fueron a costa de la súper explotación de los trabajadores y trabajadoras, basada en la precarización laboral.
El crecimiento que ellos aducen así como el recorte que ahora justifican, se basa, entre otras cosas, en que todos estos años precarizó a su personal, manteniendo una alta rotación y despidiendo a chicas contratadas para tomar otras. A muchas obreras y obreros, los tienen hasta diez o doce meses trabajando bajo esta condición y destruyendo sus cuerpos mediante ritmos de producción extenuantes; y, una vez que no sirven más, son despedidos.
En la nota antes mencionada, los dueños de Rasti reconocen dos despidos que no pueden ocultar porque las protagonistas no nos callamos. No somos sólo dos las que echaron en el último tiempo, somos un montón. Pero dos estamos peleando la reinstalación. Para que las empresas como ésta, que se enriquecieron a costa de nuestra salud durante la década kirchnerista y que aprovechan el gobierno de Cambiemos para descargar sus problemas sobre nosotros, no sigan reproduciendo esto con las demás compañeras y compañeros.