Los principales puntos en disputa son los bonos de producción anual sin tope, reajuste bono nocturno y, por primera vez, establecer un bono de vacaciones. Demandas mínimas, sin embargo, la empresa procesadora de alimentos para peces, de capitales peruanos, se niega a ceder.
Martes 29 de enero de 2019
SalmoFood no quiere ceder ante la demanda de casi 190 trabajadores agrupados en el Sindicato Ernesto Díaz en la comuna de Castro en la Isla de Chiloé, que llevan 8 días de huelga y se mantienen afuera de las instalaciones de la empresa. Se trata de la propiedad de uno de los conglomerados económicos peruanos más poderosos del país vecino, el Grupo Romero, que ingresó al rubro nutrición animal en Chile durante el año 2012.
Según el dirigente sindical, Gabriel Henríquez declaró que los puntos que mantienen abierta la disputa son: la exigencia de los trabajadores de acabar con el tope del bono de producción, el reajuste del bono el Bono Nocturno y la exigencia de un Bono de vacaciones.
En tanto, desde la empresa se han mostrado intransigentes. En ese sentido, Henríquez manifestó que “el gerente General ha reiterado en varias ocasiones que ese bono (nocturno) se ha subido al 400%, pero de una base de $500 que teníamos. Entonces rechazamos esa oferta que dieron ellos, encontramos que es injusta comparada con la de otras compañías del mismo rubro”.
Frente a la instransigencia patronal, Bárbara Figueroa, la presidenta de la principal central sindical del país, la CUT, entregó el respaldo y solidaridad de la Central a los trabajadores y sus familias e instó a la empresa “a buscar el diálogo, a construir espacio de encuentro en las materias que están aquejando a los trabajadores y que no se han podido resolver”.
No se trata de un llamado ingenuo al diálogo con los empresarios, se trata de una estrategia de cooperación entre clases, donde siempre los que ceden y deben ser pacientes son los trabajadores. Así lo expresa el ánimo de resignación que imprime a los trabajadores de base, reflejado en tono del presidente del sindicato quien señaló que "No es fácil estar siete días en huelga apostados acá, con la incertidumbre de los trabajadores de qué va a pasar. Sabemos que esta huelga legal es descontada después a los trabajadores. Imagínense la preocupación dentro de los trabajadores”, pero, aclaró: “Estaremos acá hasta cuando sea necesario. Pensamos que la empresa sí puede dar, porque son cosas que no les cuestan recursos a ellos en el tema de los bonos”. Sin dar cuenta de que las riquezas las generan los trabajadores y que si se efectúan o no los descuentos dependerá de la fuerza de la movilización y la solidaridad de clase para que se sostenga la lucha.
La presidenta de la multisindical señaló, además, que se pondrán en contacto con la Confederación Sindical de las Américas para que "esta materia también la abordemos con las centrales en el Perú y podamos hacer acciones en contra de estos empleadores que hoy no buscan el respeto de los acuerdos y de la posibilidad de construir una buena negociación colectiva con los trabajadores y trabajadoras".
No es una actitud de hoy, simplemente, la sed insaciable de ganancias de los empresarios, no sólo golpea a los trabajadores que se encuentran en negociación colectiva, también es la causa de la crisis ambiental que vive la isla.
Por último, advierte de reemplazo en la huelga, situación que se repite luego de la reforma laboral que amarró la Nueva Mayoría y que facilita este tipo de prácticas empresariales que vienen exigiendo a su gobierno una nueva ofensiva contra el poder de negociación colectiva y mayor precarización del trabajo.
Los trabajadores deben confiar en su alianza internacional para imponer su voluntad, pero poniendo su confianza en sus métodos históricos de lucha como la huelga, los paros en solidaridad, los cortes de ruta, marchas y la unidad con los estudiantes y la juventud, no en el diálogo con los empresarios ni en las maniobras parlamentarias, como ha venido impulsando el Partido Comunista a la cabeza de la CUT.