El 28 de noviembre estuvo marcado por una gran lucha contra las privatizaciones en San Pablo, que el gobernador Tarcísio de Freitas (Republicanos) quiere imponer.
Viernes 1ro de diciembre de 2023 00:56
Contra la afirmación del gobernador de que "sólo están haciendo estudios" sobre las privatizaciones en San Pablo, la verdad salió a la luz con la huelga unificada del Metro, CPTM (Compañía Paulista de Trenes Metropolitanos) y SABESP (empresa de saneamiento), que mostró a la población los objetivos de Tarcísio: quiere vender las empresas públicas para garantizar los beneficios de los grandes empresarios. Lo que llamó la atención fue que los trabajadores del metro se sumaron masivamente a la huelga, demostrando una vez más su impresionante firmeza en la lucha, más aún ante el gran nivel de acoso, amenazas e intimidaciones que han recibido por parte de Tarcísio y de la patronal del Metro de San Pablo.
Los trabajadores luchan por defender los servicios públicos para el pueblo que ya sufre todos los días las privatizaciones, como las innumerables fallas en los trenes de las líneas privatizadas del CPTM, la falta de electricidad y las altas tarifas a cargo de Enel, por ejemplo, y que ahora quieren avanzar hacia la privatización de Sabesp y otras empresas estatales. Tarcísio de Freitas protege los intereses y los beneficios de los multimillonarios que compran estas empresas, prueba de ello es el hecho de que las líneas privatizadas reciben cuatro veces más dinero, transportando menos de la mitad de pasajeros que las líneas estatales, mientras que estas últimas se quedan sin fondos.
En contra de lo que se dice de los "estudios" sobre la privatización, Tarcísio pretende aprobar la privatización de SABESP a finales de este año, y en el Metro quiere externalizar, con licitaciones en marcha, el servicio de pasajeros en las estaciones y el mantenimiento de las vías de la Línea 15 Prata, dos ataques que los trabajadores del metro vienen combatiendo. Por eso el gobierno intentó golpear a los trabajadores del metro con el despido de 8 trabajadores, entre ellos el vicepresidente y directivos del sindicato, por eso nuestra prioridad está en la lucha la reincorporación de estos compañeros despedidos por luchar contra la privatización.
A pesar de que en la última semana ha habido muchas medidas antisindicales, acoso y amenazas de castigos individuales para los que se sumen al paro, hechas por Metrô y Tarcísio antes y durante la huelga, el 28 de noviembre los trabajadores mostraron una fuerte unidad en la lucha y una huelga extremadamente potente con más del 90% de adhesión, demostrando que los trabajadores del metro no se van a dejar intimidar ni aceptar los despidos. Por no hablar de la amenaza de que 4.000 policías militares estarían en las líneas de metro y tren para reprimir la huelga, lo que resultó no ser el caso.
El apoyo de la población a las huelgas y a la lucha contra las privatizaciones también se hizo presente con el respaldo recibido en los días previos en algunas estaciones de subte, y también en las redes sociales, y fue expresado en una encuesta online realizada por UOL, y también por juristas.
En conferencia de prensa, el gobernador ultraderechista y los presidentes de las empresas estatales dejaron claros sus objetivos de aislar a los trabajadores del subte que están en lucha contra las privatizaciones, diciendo que los metroviarios (trabajadores del subte) "son el problema", con más peso en la huelga. Por el contrario, estamos luchando por la unidad de nuestra clase, por lo que llamamos a las centrales sindicales y a las direcciones de los demás sindicatos a no ceder a esta política y a desmentir al gobernador en la práctica, mostrando que nuestra lucha fue y es unitaria y que los trabajadores de los subterráneos pueden contar con su solidaridad, ya que todos los sectores están unidos contra las privatizaciones, y necesitan estar mantener esta unidad contra cualquier sanción que pueda venir a los trabajadores de los subterráneos.
Sindicatos como la Apeoesp (Sindicato de profesores), dirigida por la Central Única de Trabajadores (CUT), deben dar su apoyo a esta campaña democrática contra las amenazas de sanciones, ya que no se vio por parte de la dirección mayoritaria de la Apeoesp el día que se realizó la huelga unificada. Este sindicato dijo que se iba a plegar a esta medida de lucha y no organizó a los profesores de base para que se unieran realmente a la huelga. Con la voluntad de lucha que los trabajadores han mostrado para derrotar las privatizaciones, si las direcciones impulsaran efectivamente esta lucha, podría tener aún más fuerza para derrotar la política privatizadora de Tarcísio.
Fue una lucha muy fuerte, con un importante paro de los trabajadores del subte, a pesar de los límites impuestos por la burocracia sindical. Creemos que la experiencia ha demostrado que nuestra lucha puede ser aún más fuerte con medidas como la creación de comités de huelga formados por representantes electos de las bases, apuntando a un comando unificado de las categorías en lucha, y con asambleas, incluso unificadas, que permitan a las bases decidir sobre la duración de la huelga y todas las cuestiones relativas a la dirección de la lucha, como ya venimos defendiendo en las asambleas de trabajadores del metro.
En la lucha contra Tarcísio y las privatizaciones, la clase trabajadora está demostrando que es ella la que puede derrotar los ataques y a la extrema derecha, con la que está de acuerdo el gobierno del frente amplio Lula-Alckmin. Un ejemplo de ello son las declaraciones del ministro de Puertos y Aeropuertos de Lula, Silvio Costa Filho (Republicanos), que afirmó que "Lula y Tarcísio están en sintonía", refiriéndose a "asociaciones" como la que destinará fondos del PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento) a proyectos de privatización de líneas de metro y trenes en San Pablo. Esto no es sólo un ejemplo, sino también el hecho de que Lula mantenga los metros de gestión federal en el PND (Plan Nacional de Privatizaciones), como en Recife, y apoye la privatización del metro de Belo Horizonte a principios de año. Todo esto demuestra cómo la conciliación de clases fortalece a la extrema derecha.
Por eso necesitamos construir una movilización independiente de los gobiernos, es la única forma de parar estos ataques. Frente a esta enorme lucha contra las privatizaciones, las direcciones de los sindicatos no pueden frenar su desarrollo subordinando la voluntad de lucha que vimos en los últimos paros a la dinámica de la Asamblea Legislativa de San Pablo (ALESP). Por el contrario, es necesario que la actuación de los parlamentarios de izquierda sea un instrumento para impulsar la movilización, y por eso venimos llamando a los parlamentarios, y a figuras como Boulos, a llevar su apoyo a la lucha, y a abrir sus tribunas parlamentarias para que los despedidos puedan denunciar las medidas del Metro y los trabajadores puedan difundir su lucha. También es necesario que las centrales sindicales convoquen asambleas para construir un plan de lucha, sobre todo teniendo en cuenta que las huelgas de los últimos meses han demostrado que una huelga general contra Tarcísio hubiera sido posible si las direcciones de las grandes centrales sindicales lo hubieran querido.
La fuerza mostrada por los trabajadores en aquella jornada de huelga unitaria hizo mella en el gobierno de Tarcísio y ganó más apoyo de la población, impidiendo que el gobierno jugara con su demagogia contra la población y los trabajadores, dejando a Tarcísio en una situación más difícil para seguir adelante con sus planes privatizadores. En este momento, tenemos que aprovechar este punto de apoyo para seguir avanzando en nuestra lucha, reforzando la movilización para parar las privatizaciones, las terciarizaciones y revertir los despidos.
Este artículo fue publicado originalmente en Esquerda Diário , parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.