El plan intercosecha de 7000 pesos que cobran los temporarios no solo es insuficiente, además alcanza apenas para la mitad de los trabajadores del limón, frutilla y arándanos. A la otra mitad se la arroja a sobrevivir como pueda hasta el año que viene.
Jueves 15 de octubre de 2020 16:36
En la quebrada de Lules, al sur de la provincia, arrancó la cosecha del arándano y la frutilla. Allí la bandeja de 1 kilo de arándano se paga $ 14. A muchos trabajadores los levantan en la ciudad: puede ser Monteros, Tafí Viejo o la Banda. Ahí dicen un precio pero durante el jornal muchas veces se enteran de que les van a pagar la mitad o menos. En bondis truchos los hacen viajar, laburan al rayo del sol en medio del campo. La bronca se masca en las fincas.
Son los trabajadores olvidados por todos los gobiernos y donde no hay ningún derecho laboral. Trabajo a destajo en la temporada y aportes de miseria cuando termina.
Del padrón de 32.000 trabajadores temporarios que presentó la UATRE Tucumán, por resolución nacional solo recibirán el beneficio del plan intercosecha unos 24.000 cosecheros, por un monto de $7000, y por apenas tres meses. Los 8 mil trabajadores que quedan afuera son quienes no llegaron a cumplir tres meses de temporada o cobraron más de 51.000 pesos.
Enfrentar la temporada del arándano y la frutilla
En Santa Lucía, localidad donde explotó la producción de arándano, un cosechero nos cuenta que el jornal (11 u 12 horas consecutivas) se paga $ 1.220. La gente está dispersa en el campo, pero los ritmos de superexplotación y paga miserable empiezan a sembrar la idea de que hay que exigir un pago mínimo por jornal, para que se vuelva en el mes al equivalente de la canasta familiar. Para lograrlo hay que organizarse colectivamente por finca.
Los empresarios están aprovechándose de la necesidad de las familias. La temporada del limón fue corta y muchos necesitan algún ingreso. La brutalidad empresaria no se detendrá: para imponer un salario por jornal mínimo igual para todos se impone la huelga de brazos caídos: "¿sino cosechamos nosotros, quien les va a cosechar?", nos cuenta.
Los que ganan siempre
Las cifras de las ganancias empresarias del sector son escandalosas. Nombres de grandes patronales que resuenan internacionalmente como los hermanos Lucci, del grupo Citrusvil, o la citrícola San Miguel, en manos de las familias Otero Monsegur; en el arándano tenemos al ex gobernador Alperovich. Sólo la San Miguel ganó en limpio, arriba de 5.000 millones de pesos el año pasado.
El presidente Alberto Fernández quiere que estén aún mas contentos y otorgó hace unas semanas un plan de incentivo a empresarios del sector. Mientras hay recortes a los trabajadores, hay mas plata para los ricos.
La UATRE firme junto a las patronales y el gobierno
Un proceso de profunda desconfianza recorre el campo y los empaques. Cada día más voces se levantan contra la burocracia traidora de la Uatre, en manos de "Remache" Ferreyra. Extorsiones a trabajadores para que pongan una cuota de $ 300 para entrar en el plan interzafra nacional. Reparto discrecional a los fieles de los planes provinciales, mientras se deja sin cobertura social ni salarial a los que se levantan. La persecución es moneda corriente.
Contra el pacto traidor y los métodos policiales de la burocracia, trabajadores de distintos sectores comienzan a agruparse en un espacio de "autoconvocados" que en movilizaron y realizaron cortes de ruta por el aumento en los planes interzafra para llevarlo de 5.000 a 17.000 pesos. Fueron estas acciones las que empujaron a la UATRE a tener que convocar a una movilización en Tucumán pidiendo que el valor del plan equipare al IFE.
Pero una vez anunciado el aumento de 2000 pesos por parte de los funcionarios de Alberto Fernández, las listas opositoras que venían impulsando a los autoconvocados, como la de Dalinda Sanchez (concejal de Alberdi en las listas de Manzur), festejaron el anuncio y ahora se bajan del reclamo de miles de trabajadores que quedaron afuera de los padrones y del descontento generalizado porque en vez de cuatro meses, los planes se recortaron a tres meses.
Este proceso profundo, que marca un "ya no más abuso" de los trabajadores golondrinas, de desarrollarse, puede marcar un cambio en la situación de un sector de la clase trabajadora que históricamente ha sido superexplotada y precarizada.
Un pliego de reivindicaciones de emergencia
Las demandas que se van articulando desde abajo expresan la ambición de escapar de las mentiras y destratos de los empresarios y de la burocracia sindical. Salir a las calles está a la orden del día, para exigir:
*- Pago mínimo por jornal para todos los cosecheros, que cubran en el mes la canasta familiar ($ 51.000)
*- Temporada mínima de 6 meses e inclusión en el Plan Interzafra sin restricciones y para todos los trabajadores que quedaron afuera.
*- Basta de trabajo a destajo, paga por jornal no por bulto entregado.
*- Asambleas y elección de delegados por finca y empaque. Basta de los delegados puestos a dedo por Ferreyra.
*- Por una distribución democrática de los planes, en asamblea, que contemple la necesidad de los trabajadores y sus familias. No a dedo por la burocracia.
*- Aumento de los planes interzafra, que sea de $ 17.000 en base a un impuesto de las grandes fortunas del citrus.
Para que ganen los trabajadores golondrina es necesario unir en un mismo pliego de reivindicaciones al sector rural (limón, arándano, frutilla), el empaque y fabrica con los azucareros y de la alimentación que también sufrirán un fuerte recorte en este año de crisis y pandemia.
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