Treintiséis integrantes de la comunidad coya El Arazay continúan demorados en Orán, a 170 km de sus hogares. El intendente de esa ciudad, el saenzista Pablo Gonzalez los mantiene encerrados en un club del que no pueden salir siquiera para comprar comida. Un conflicto entre los gobiernos de Argentina y Bolivia impide que regresen a Los Toldos, en Santa Victoria.
Viernes 24 de abril de 2020 21:48
Como venimos informando, trabajadores golondrinas y sus familias, entre los que se encuentran 13 niños y niñas menores de 10 años, están varados en la localidad de Orán desde el 10 de abril. Según afirman, solo comen una vez al día con alimentos que les llevan profesores y estudiantes de la UNSa, y organizaciones solidarias. Ni el gobierno provincial de Gustavo Sáenz ni el municipal de Orán, hacen nada para garantizar una estadía digna mientras siguen corriendo los días y no se soluciona el problema diplomático y de logística entre los gobiernos de Argentina y Bolivia para que puedan cruzar la frontera y llegar a sus hogares.
Lo paradójico es que Sáenz, que ni siquiera pronuncia el tema, estuvo ese mismo 10 de abril en Los Toldos, inaugurando una obra. En medio de la cuarentena había llegado en helicóptero, ya que a esa localidad del departamento de Santa Victoria, solo se llega desde Bolivia. Dejando en claro que para las y los trabajadores no hay helicópteros.
Un verdero encierro
Mientras el intendente de Orán, el saencista Pablo Gonzalez, mantiene entre cuatro paredes y bajo llave a los trabajadores y sus familias en un club del que no pueden salir siquiera para comprar comida, por su parte, el intendente de Los Toldos, Virgilio Mendoza, manifestó esta mañana a los trabajadores varados que ya no puede hacer más nada.
A la espera de que se solucione el conflicto y pueda destrabarse el viaje de regreso a su comunidad, una de las integrantes del grupo de golondrinas sostuvo que están desesperados y no saben qué hacer.
Como te venimos contando desde estas páginas, la situación por la que está pasando integrantes de la comunidad El Arazay es una muestra sobre cómo tratan los gobiernos de turno, tanto nacional como provincial y municipales a las y los trabajadores precarizados y originarios. En una provincia donde solo en lo que va del año ya han muerto más de 30 niñas y niños wichís por causas relacionadas con la desnutrición, totalmente evitables.