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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Trabajadores inmigrantes, el internacionalismo y la clase obrera

El ataque xenofóbico recibido por un trabajador haitiano mientras realizaba sus labores ha generado numerosas reacciones y a la vez ha abierto debates sobre la inmigración en Chile.

Domingo 28 de mayo de 2017

por Emerson Morales,
Trabajador de la Industria Alternativa Obrera Rancagua.

Esta semana por medio de facebook la pagina “Haitianos en Chile” dio a conocer de un violento ataque xenófobo que sufrió Louis Fidner, trabajador inmigrante de nacionalidad Haitiano de 26 años, que trabaja en el terminal pesquero de Lo Espejo.

En el registro se ve como sufre un grave ataque por parte de un trabajador, siendo atacado en su muslo con un cuchillo carnicero, dejándole una grave herida y una severa hemorragia que queda registrada en un video de seguridad, su atacante huye y Louis queda pidiendo ayuda sin que nadie de forma inmediata lo socorriera.

Por suerte no murió y hoy se encuentra sin riesgo vital y hospitalizado luego de la operación que le salvo la vida, el en estos momentos está sin licencia ya que no contaba con contrato de trabajo, y una esposa e hija que lo acompañan. La peor situación tras un cobarde ataque, igual de preocupante es la reacción del resto de trabajadores que presenciaron el ataque, el no hacer nada inmediato solo por ser “extranjero” es lamentable el comportamiento que adoptamos entre los trabajadores, la dictadura y su herencia tienen parte activa dentro de este modelo que nos termina negando solidaridad y preguntándonos ¿Por qué vienen aquí? ¿Nos vienen a quitar el trabajo? ¿No pudo elegir otro país que tuvo que venir a mi patria a quitarnos nuestro empleo?

Frases como estas son con la cargan a diario día para estas personas que tienen soportar la adversidad y la violencia hasta niveles extremos como agresiones que sufrió el compañero Louis, sin olvidar lo violento de tener los menores sueldos, muchas veces sin contrato y con esto mucho más precarios, ¿y si agregamos la poca empatía y solidaridad de parte de los trabajadores, la juventud y el pueblo en general? ¿Te has puesto en sus zapatos? ¿Sabes lo complicado que es comunicarse?

Entre tanta competencia, individualismo y poca solidaridad que nos imponen y bombardean a diario no es ajeno a tener este “sentido común”, la prensa mostrando a diario el terror de los inmigrante y sus culturas, políticos empresariales como Sebastián Piñera argumentan que “muchas de las bandas de delincuentes que hay en Chile son de extranjeros” y el Presidente Trump de EEUU argumenta y lanza una ofensiva contra la inmigración y a favor de cerrar las fronteras.

El gobierno tiene mucha responsabilidad en las actuales políticas públicas sobre la inmigración de parte del estado, no hacen más que intensificar ese sentimiento de superioridad frente al inmigrantes que busca estabilidad y mejor vivir. El patriotismo y toda su orquesta por parte de la clase mas acomodada calan bien entre los trabajadores, que desconociendo su pasado, historia y luchas continúan reproduciendo e ignorando lo negativo de estas conductas sin cuestionar su origen.

La clase obrera, desde los inicios de la explotación se ha organizado de forma internacional. Las extenuantes jornadas laborales a que debían cumplir, sin descanso ni distinción de edad solo les permitía ganar lo justo para vivir, dormir y asistir nuevamente al látigo del capataz durante más de 15 horas diarias. Niños, mujeres y hombres trabajaban de sol a sol y de maquina en maquina esperando el preciado descanso que otorgaba el patrón, dueño de los medios de producción.

De este periodo nace la Asociación Internacional de Trabajadores con un grito que unificara la lucha de los trabajadores “8 horas de descanso. 8 horas de trabajo, 8 horas de recreación”, esta es la razón de porque es tan beneficioso hacernos pelear por nuestras nacionalidades y así imponer el patriotismo y hacernos ver diferencias que no existen empujándonos históricamente una y otra vez a luchar en guerras que no nos corresponden, pereciendo en la primera line como carne de cañón.

Comprendo su situación, sentimos su angustia por estar en un país nuevo y que las oportunidades se les cierran solo por su color de piel, su acento o su idioma. Soy un trabajador como millones dentro de esta franja de tierra llamada Chile y como miles de millones de este planeta que sufren a diario las penurias de este sistema que nos explota hasta nuestro último suspiro de vida y gracia. Me ha tocado ver la discriminación pero no he callado, sus problemas frente a la adversidad de no poder comunicarse debido al idioma creo que no es limitante y que nuestra tarea es mucho más grande, es necesario hacer consiente este problema, y buscar soluciones entre los compañeros de trabajo, familia, escuelas y universidades, charlarlo entre la choca y el trayecto a casa. Cuestionarlo todo.

¿Qué es ser ilegal? somos realmente muy distintos a ellos solo por el hecho que nacimos en tierras y costumbres diferentes. ¿Y que queda de nuestros esfuerzos por vivir, de nuestros sueños?, ellos no tienen que sudar su ropa a diario como nosotros, casi siempre en condiciones más precarias que uno. Nuestros niños cuando asisten y se divierten en plazas, jardines y escuelas se entretienen sin saber nombres, sin saber de nacionalidades ni colores, nosotros no nacemos racistas, al contrario nos forman como tal, nos hacen ver diferencias que no existen y nos hacen marginar al hermano o hermana que viene a buscar trabajo para sacar a su familia adelante buscando nuevas oportunidades como todos en gran medida.

La clase obrera es una y sin fronteras, el capitalismo como sistema global explota y deja caer en nuestros hombros sus crisis, haciendo pesar sobre la gran mayoría miserias, guerras, hambre y penurias, dejando a conglomerados imperialistas y empresarios nacionales el destino de nuestras vidas, avalados por el estado.

La clase obrera no está muerta y en cada país trata de imponerse a su contraparte, en Argentina resistiendo el ajuste que quiere dejar caer Macri, sobre el pueblo trabajador, en Brasil se manifiesta contra el corrupto y golpista Presidente Michell Temer que reprime a la clase obrera que trata de imponer una asamblea constituyente basada en la movilización para sacar a todos los corruptos del poder, o como en Francia donde la clase obrera resiste con huelgas los ataques del gobierno, hoy con Macron a la Cabeza ya orquestando los ajustes a la reforma laboral que le quita derechos a los trabajadores.

En todo el mundo la clase obrera tiene que soportar en sus hombros el sostenimiento de este sistema con el único fin de incrementar ganancias y elevar fortunas. Ellos no son parte indispensable, esos somos nosotros, los que mueven el mundo y que no tenemos banderas ni colores, nuestras vidas valen más que sus ganancias y la solidaridad y conciencia son nuestro mejor ataque y defensa.

La clase obrera es una y sin fronteras…