El pasado viernes, el vicepresidente Michel Temer (PMDB) anunció que evalúa abandonar su cargo de articulador político del gobierno hacia final del mes, una vez concluida la votación de la “Agenda Brasil”, el paquete de medidas de ajuste contra los trabajadores que Dilma y el PT apoyan. Este movimiento del PMDB está en sintonía con el debilitamiento del gobierno, la continuidad de la crisis política y su dependencia de otros partidos.
Martes 25 de agosto de 2015
Temer anunció que evalúa su salida hacia final del mes una vez finalizada la votación de la “Agenda Brasil” anunciada por Renan Calheiros y apoyada por Dilma. La ultima votación del paquete de medidas de ajuste fiscal del gobierno se dio esta semana, con el fin de la exoneración fiscal para algunos sectores empresarios, una medida para ampliar la recaudación de impuestos por el gobierno. Temer afirma que esperará un poco para abandonar el cargo, hasta que su desembarco “no sea visto como un nuevo factor de inestabilidad política.”
Las declaraciones de Temer, actual presidente del PMDB, fueron hechas al día siguiente del anuncio oficial de denuncias contra Cunha por su vínculo en el escándalo de la Operación Lava Jato, junto al ex presidente y actual senador Collor de Mello. Un explicación sería que Temer dejaría el cargo de coordinador político del gobierno para aproximarse a los partidos de oposición a la presidenta, la clave para esta opción serían las recientes declaraciones del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB) sobre que Dilma debería renunciar a la presidencia
Análisis
Este movimiento, en verdad, puede ser analizado de varias formas pero todas llevan a la misma conclusión: el debilitamiento del gobierno. Por un lado, Temer estaría preparando el terreno para la separación política en relación del PMDB. Por otro, la movida de Temer y el PMDB tendrían como objetivo la negociación de nuevos cargos, mayor poder en el gobierno, debilitando aún más políticamente a Dilma hasta el final de su mandato.
Como analizamos, el gobierno de Dilma se debilita (no con los métodos de Eduardo Cunha en la Cámara de diputados) a pesar del alejamiento de la amenaza de impeachment (destitución) pues se apoya en la fuerza (rehén) de otros partidos. Así, la crisis política ronda al gobierno y al PT… la tristeza no tiene fin para Dilma.
Frente a la crisis política y económica del país, ni los actos de la derecha del pasado 16 de agosto ni los recientes actos oficialistas del 20 del mismo mes, fueron capaces de presentar una alternativa de organización de los trabajadores y el conjunto de la población pobre, para enfrentar los ataques del gobierno y los patrones contra el ajuste fiscal, los despidos y el aumento del costo de vida. Es necesario un tercer campo, independiente, contra el gobierno y contra la burocracia sindical que apoya los ajustes de Dilma (como la central Força Sindical que apoya a Eduardo Cunha (PMDB) y la CUT que está del lado de los ajustes de Dilma), construido en base a un programa para que la crisis la paguen los patrones y no sea canalizada por la derecha.
Eduardo Cunha se niega a renunciar al cargo
Un día después de ser denunciado por la Procuraduría General de la República Eduardo Cunha se negó a renunciar al cargo. “No existe la menor posibilidad de no continuar al frente de la Cámara por el período para el cual fui electo presidente. Nadie va a intimidarme. No voy a renunciar al mandato para el cual fui electo por la mayoría absoluta en el primer turno. No renuncio. Es parte de mi vocabulario”, afirmó Cunha en un evento organizado por sindicalistas en San Pablo.
Cunha y el ex presidente Collor de Mello fueron formalmente acusados por corrupción pasiva y lavado de dinero en el esquema de corrupción que funcionaba en Petrobras. Forman parte de la lista de 50 políticos investigados junto a los ex directivos de las grandes constructoras sospechados de haberse beneficiado con los negociados de corrupción.
Cunha fue acusado de haber recibido al menos US$ 5 millones por intermediar en un contrato de Petrobras. El mismo Camargo, delator en la Operación Lava-Jato confesó haber recibido un soborno de US$ 40 millones de la surcoreana Samsung Heavy Industries, empresa que provee de navíos a la empresa estatal. Un nuevo caso que evidencia la relación entre la corrupción de los políticos y los intereses de los grandes capitalistas, en este caso, involucrando a empresarios extranjeros.