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Red Internacional
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A 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA. Trotski leyendo la Revolución rusa

La Revolución rusa no está en el museo de antigüedades sino en la actualidad política por la sencilla razón de que el capitalismo hoy, en 2017, es más capitalismo aún que ayer, en 1917.

Martes 5 de diciembre de 2017

Nota Previa

El texto que viene a continuación fue el guion para mi intervención el 1 de diciembre de 2017 en el “XXXI Encuentro Internacional de Ciencias Sociales” que organizó la Universidad de Guadalajara (México) para tratar los “Cien años de la Revolución Rusa”. Insistir en que sólo fue el guion dada la autonomía del discurso por lo que la propia intervención y su guion se complementan.

Introducción

La Revolución rusa no está en el museo de antigüedades sino en la actualidad política por la sencilla razón de que el capitalismo hoy, en 2017, es más capitalismo aún que ayer, en 1917. Si entonces ya le era necesario a la humanidad conquistar el socialismo para poder salir su mayoría de la opresión y de la alienación hoy esta necesidad todavía es mayor porque lo que nos venden como democracia sólo es una “democracia para ricos”. Téngase en cuenta que el Estado que se nos quiere vender como la mayor democracia del mundo, los EEUU, es en la realidad de los hechos, el mayor productor, distribuidor y traficante de armas del planeta. Que este y los otros grandes Estados “democráticos”, como es el caso de la Unión Europea, Inglaterra y Japón, para poner ejemplos centrales, posibilitan que además de la explotación de la fuerza de trabajo, tanto en su variante de precariedad permanente como en la de los más de cinco millones de niños esclavos, se de la prostitución y la trata de mujeres, además de permitir el alcoholismo y la drogadicción como fenómenos sociales. Eso sí, sus políticos tienen un excelente nivel de vida material; y no me refiero ya a sus principales líderes, los Jefes de Estado y los Jefes de Gobierno y sus ministros sino el más sencillo de sus diputados. Así, en la “democrática” Unión Europea un eurodiputado gana al mes más dinero que un trabajador o una trabajadora de Bulgaria, Rumania o Polonia en todo un año. Por lo tanto, estos regímenes no tienen nada que ver con una verdadera democracia, con una democracia social.

Las obras

Trotski le dedicó tres libros a la Revolución rusa. Uno a la revolución de 1905 y dos a la de 1917. La obra que le dedicó a la primera revolución rusa se titula “1905. Resultados y perspectivas”. Escribió la obra en Viena entre 1908 y 1909. En ella formuló la “teoría de la revolución permanente”, que terminó de completar en el destierro de Almá-Atá –hoy Almaty- (Kazajstán) y en el exilio de Prinkipo (Turquía). Esta teoría constará de tres partes. En la primera parte tratará “el problema del tránsito de la revolución democrática al socialismo”, en la segunda “la revolución socialista como tal” y en la tercera “el carácter internacional de la revolución socialista” (León Trotsky. La revolución permanente. Fontamara (1979), páginas 52-55).

A la revolución rusa de 1917 Trotski le dedicará dos obras, “Las lecciones de Octubre” y la “Historia de la Revolución rusa”.

Como mi intervención tiene que ser obligatoriamente muy breve porque somos tres ponentes, me centraré en las “Lecciones de Octubre”, la hermana menor de la “Historia de la Revolución rusa”, y que tiene la ventaja de ser una breve aproximación a la revolución rusa de 1917 que estimo ideal para que la gente joven establezca un primer contacto con sus pormenores. No obstante, permítaseme hacer una sintética valoración de la “Historia de la Revolución rusa”, elaborada en Prinkipo entre diciembre de 1929 y mayo de 1932, y apuntar dos temas, de los infinitos que tiene esta obra. Hace unos años que escribí que “en esta obra convergen el conocimiento directo, la profusa documentación y la inmedible capacidad narrativa e interpretativa del autor, lo que convierten a la obra en una joya de la historiografía contemporánea” (Antonio Liz. La Revolución rusa. De febrero a octubre de 1917. IA (2013), pág.3).

En el apartado de recordatorios mencionemos, por imperativo del poco tiempo del que dispongo, dos tan solo. El primero es quién era Lenin para Trotski. Pues, como él mismo nos dice, “el jefe de la revolución” (León Trotsky. Historia de la Revolución rusa. Veintisiete Letras (2007), pág.535). ¿Y por qué pudo ser esto? Trotski lo argumenta así: “Lenin pudo ser el jefe indiscutible del partido más revolucionario de la historia porque la magnitud de su pensamiento y de su voluntad encontraron al fin aplicación en las grandiosas posibilidades revolucionarias del país y de la época” (pág.276).

El segundo recordatorio es que explicita la “ley del desarrollo desigual y combinado”, que alude, en palabras del propio Trotski, “a la aproximación de las distintas etapas del camino y a la confusión de distintas fases, a la amalgama de formas arcaicas y modernas” (pág.13) en las que se basa el desarrollo del proceso histórico. Aclarando que donde se revelaba más indiscutiblemente esta ley en la Rusia zarista era “en la historia y el carácter de la industria rusa. Nacida tarde, no repite la evolución de los países avanzados, sino que se incorpora a estos, adaptando a su atraso propio las conquistas más modernas” (pág.16), lo que permitió una gran concentración de fábricas punteras con, a su vez, una gran concentración de trabajadores fabriles lo que convirtió a la Rusia zarista en la caldera de la primera revolución socialista de la Historia Universal.

“Las lecciones de Octubre” será la introducción que hará Trotski para la publicación del Tercer Volumen de sus obras editadas por la Editorial del Estado (Gosizdat) en octubre de 1924. Este texto va a ser la primera aproximación de Trotski al estudio de la Revolución rusa de 1917. Hará este prefacio, como él mismo nos lo indica, porque considera que el Partido Comunista (bolchevique) de Rusia es una fracción de la Internacional Comunista (IC) y que, por lo tanto, debe ayudar a los Pecés de la III Internacional ha resolver sus propios venideros “Octubres”, esto es, a organizar metódicamente la conquista del poder a través de una insurrección. La actualidad del prefacio, en el tiempo mismo que Trotski lo escribió, vendría por los propios sucesos de Bulgaria y Alemania donde los partidos comunistas no habían estado a la altura política de la coyuntura revolucionaria que se había dado en sus respectivos países.

“Las lecciones de Octubre” son, efectivamente, unas lecciones políticas para el conjunto de la IC y para el propio PC(b)R por lo que desencadenará toda una respuesta del aparato dirigido por la “Troika” formada por Stalin, Zinoviev y Kámenev ya que las lecciones políticas que se impartían en el texto iban en contra del ahogamiento de la democracia revolucionaria que estaba aplicando la “Troika” tanto en el seno de la III Internacional como en el propio partido comunista ruso.

Esquematicemos en breves apuntes algunas de estas lecciones políticas que Trotski da a los comunistas de su tiempo y a las jóvenes generaciones de hoy en día a través de su texto:

1.-“El proletariado no puede apoderarse del poder por una insurrección espontánea” (León Trotsky. Las lecciones de Octubre. Obras Escogidas. Tomo I. Editorial Fundamentos (1976), pág. 17). Por lo tanto, la insurrección bien organizada le es imprescindible a la clase obrera para conquistar el poder y esta no se puede organizar realmente sin el partido revolucionario de la clase trabajadora porque “el partido es el instrumento esencial de la revolución proletaria” (pág.19).

2.-El Partido es un órgano político vivo por lo cual “las crisis dentro del partido surgen a cada viraje importante” (pág.19) ya que cada nueva coyuntura trae la necesidad de “un viraje táctico” que “implica una ruptura más o menos importante” de “hábitos y métodos” pasados, “dimanando de ahí el origen directo de choques y crisis” (pág.19).

3.-Ante cada nueva coyuntura el Partido tiene que poner al día la “táctica” sin perder por ello nunca de vista el objetico estratégico de conquistar el poder. Por “táctica” entiende Trotski “el arte de conducir las operaciones aisladas” siendo la “estrategia el arte de vencer, es decir, de apoderarse del mando” (pág.20), del poder.

4.-Esta diferencia entre “táctica y estrategia” se hace en el movimiento obrero solo a partir de la Revolución de Octubre, desde que la clase trabajadora conquistó el poder. No obstante, Trotski aclara que las cuestiones tácticas clásicas del movimiento obrero como son las actividades sindicales y las actividades parlamentarias no sólo no desaparecen sino “que adquieren una nueva importancia como métodos subordinados de la lucha combinada por el Poder” (pág.21).

5.-La conquista del poder por la clase trabajadora en 1917 supuso que “la revolución de Octubre asestó un golpe formidable a la parodia escolástica del marxismo” (pág.22), es decir, a la revolución por etapas de mencheviques y socialdemócratas que siempre dejaban para un futuro lejano, indeterminado en el tiempo, la Revolución socialista. Así, para los mencheviques rusos “Rusia sólo podía pretender repetir la historia de los pueblos avanzados, con la burguesía en el Poder y la socialdemocracia en la oposición” (pág.23). Por lo tanto, el método político de los mencheviques en la Revolución desde febrero a septiembre, periodo en el que contaron con el poder -haciendo bloque con los eseristas (el partido de la mayoría social campesina)- en el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado y en el Comité Ejecutivo de los Soviets de Toda Rusia, fue cederle el poder a la burguesía a través del Gobierno Provisional oponiéndole sólo “a la burguesía dirigente una presión que no saliese del molde del régimen democrático burgués” (pág.24).

6.-La política de mencheviques y eseristas les llevó a caer en “las redes del defensismo” (pág.26), al defender la patria regida por la burguesía lo que les llevaba a someterse a los intereses estratégicos imperialistas de la burguesía rusa que quería continuar la guerra para controlar más enclaves territoriales como era el caso, por ejemplo, de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos y de la propia Constantinopla para controlar el tráfico comercial del Mar Negro. De ahí que “para Lenin, la tarea principal estribaba en sacar del pantano defensista a la vanguardia proletaria” (pág.26), a los bolcheviques. Pantano defensista en el que chapoteaban “viejos” bolcheviques, como era el caso de Kámenev y Stalin. Para la derecha bolchevique, por boca de Kámenev, ya tan tarde como en el mes de abril, “aún no estaba acabada la revolución burguesa, que no ha dado todo su rendimiento” (pág.37).

7.-El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (bolchevique) no tuvo una política propia, de independencia de las otras clases sociales, hasta la llegada de Lenin a Petrogrado en abril. Hasta su llegada Pravda, el periódico principal del POSDR(b), defendía el “pantano defensista” en contra de lo que pensaba la mayoría bolchevique en Petrogrado, la caldera de vapor de la revolución social. Así, las “Tesis de Abril”, que, en apretada síntesis, propugnaban retirar todo el apoyo al Gobierno Provisional ya que la etapa de la revolución burguesa estaba finiquitada y exigían prepararse para darle todo el poder a la clase trabajadora a través de los Soviets, supusieron una ruptura con el Comité Central (CC) de “viejos” bolcheviques. En la Conferencia de Abril de todo el Partido en Petrogrado, el POSDR (b) debatía el camino a seguir entre dos alternativas, la de los bolcheviques de izquierda liderados por Lenin y la de los bolcheviques de derecha encabezados por Kámenev y Zinoviev: “¿Vamos a la conquista del Poder para realizar la revolución socialista o ayudamos a perfeccionar la revolución democrática?” (pág. 36). Las “Tesis de Abril” se impusieron, es decir, ir a la conquista del poder, pero esta victoria estratégica de Lenin fue la primera batalla política de Lenin con los “viejos” bolcheviques de derechas que seguirán pujando por “perfeccionar la revolución democrática” y no querían saber nada de preparar al POSDR(b) para la conquista del poder.

8.-Las “Jornadas de Julio”, que trajeron un momento contrarrevolucionario porque los bolcheviques, para no dejar aislado política y militarmente a Petrogrado, no quisieron seguir la estela de los obreros, marineros y soldados que en Petrogrado salieron en manifestaciones armadas a la calle exigiendo derribar al Gobierno Provisional ya que este insistía en continuar la guerra, acentuaron el proceder de la “derecha bolchevique” (pág.44) que quería participar en el Preparlamento para “perfeccionar la revolución democrática”, actitud que Lenin calificó de “vergonzosa” (pág.46).

9.-El intento de Golpe de Estado de Kornilov en agosto, parado por la iniciativa política y social de los bolcheviques, vino a posibilitar la recuperación de la estima de los bolcheviques en la subjetividad política de los obreros, soldados y marineros de Petrogrado. La derrota del Golpe de Estado y las elecciones a las Dumas (ayuntamientos) municipales, como la del propio Petrogrado y la de Moscú, donde los bolcheviques incrementaron notablemente sus concejales, y la victoria de los bolcheviques en las elecciones del 9 de septiembre para elegir el nuevo Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, a partir de aquí de mayoría bolchevique, trajo una nueva coyuntura política dentro del proceso revolucionario que Lenin leyó de inmediato por lo que le propuso al Comité Central del POSDR(b) la puesta en el orden del día de la insurrección para conquistar el poder. Entonces, con esta propuesta de Lenin, entró en “fase decisiva la lucha de tendencias dentro del partido” (pág.47), es decir, la pugna política entre los que estaban a favor de la insurrección para conquistar el poder y los que querían continuar con la política de “perfeccionar la revolución democrática”. Esta nueva lucha política en el seno del Partido Bolchevique la empezó a ganar Lenin en la reunión del CC del POSDR(b) del 10 de octubre. En ella se decidió, por fin, poner en el orden del día la preparación de la insurrección para conquistar el poder. Pero esto no supuso que los más recalcitrantes de la derecha bolchevique dejaran de oponerse, al contrario, sus principales representante, Kámenev y Zinoviev, enviaron una carta “a los principales organismos del partido” (pág.48) donde dirán que “estamos profundamente convencidos de que proclamar en este momento la insurrección armada no sólo es jugarse la suerte de nuestro partido, sino también la de la Revolución Rusa e internacional” (pág.48). ¿Cuál era, por lo tanto, la estrategia política de Zinoviev y Kámenev? Ellos mismos nos lo dicen, “obtener, por lo menos la tercera parte de los mandatos en la Asamblea Constituyente” (pág.48) para seguir, como ya hemos indicado anteriormente, con la dinámica de “perfeccionar la revolución democrática”. Por el proceder de la derecha bolchevique, Trotski advertirá a los estudiosos del Octubre soviético, que si “los adversarios de la insurrección hubieran tenido supremacía en el partido y (en) el Comité Central (…) habría estado la Revolución condenada a la ruina” (pág.53).

10.-A pesar de la debilidad político-estratégica de la derecha bolchevique el POSDR(b), afortunadamente, advierte Troski, tenía a Lenin, el indomable estratega revolucionario de la clase trabajadora. Pero claro, “no todos los partidos tendrán a disposición suya un Lenin cuando se encuentren frente a frente con un caso análog0” (pág.53), razón por la cual es imprescindible que todos los cuadros y militantes comunistas estudien el Octubre soviético.

Como es sabido, gracias al genio estratégico de Lenin, al liderazgo de Trotski en el Comité Militar Revolucionario y a la determinación de los cuadros bolcheviques entre los obreros, soldados y marineros, la insurrección del 24-25 de octubre (6-7 de noviembre en el calendario occidental) triunfó y con ello cambió la marcha de la Historia Universal ya que desde Octubre de 1917 en adelante es una evidencia histórica que los oprimidos de la Tierra liderados por la clase trabajadora pueden conquistar el poder, hecho que la intelectualidad burguesa no puede borrar del proceso histórico por más calumnias que eche sobre el Octubre bolchevique.

Conclusión

Para terminar, y a modo de conclusión, quiero señalar tres lecciones capitales, vitales, transcendentales, para la clase trabajadora hoy y que se extraen del estudio de “Las lecciones de Octubre”:

  •  El Partido revolucionario es la herramienta política imprescindible para que la clase trabajadora tenga una política propia en cada coyuntura y la estrategia de conquistar el poder.
  •  El Partido es un organismo vivo razón por la cual los cambios de coyuntura romperán viejos hábitos que sólo se podrán superar con una radical democracia en el seno del Partido y una gran cultura política en cada uno de sus militantes.
  •  La insurrección para conquistar el poder hay que organizarla metódicamente y ejecutarla cuando la subjetividad revolucionaria de la clase trabajadora esté en la cresta de la ola.

    Guadalajara (México), 1, diciembre, 2017