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Red Internacional
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BAJO EL AGUA. Tucumán: fin de año entre inundaciones, desalojos y la amenaza de perderlo todo

Un gobierno que prioriza el negociado inmobiliario-agropecuario por sobre planes de viviendas populares y obras públicas. Testimonios que reflejan a miles de familias que luchan por una vivienda digna

Juan Lobo @CanisLupus1917

Domingo 3 de enero de 2021 00:00

Toda la zona del gran San Miguel de Tucumán se vió anegada por una tormenta que en una hora arrojó más de 100 mm de agua. Este fenómeno ya no es una sorpresa y por el contrario se da cada vez más habitualmente. Es lo que se puso de manifiesto con las movilizaciones en todo el mundo por el cambio climático que es causado por un sistema capitalista que pone en primer lugar las ganancias por sobre cualquier otro factor, incluso si eso lleva a desastres ambientales y daños irreversibles.

El sistema cloacal y de desagües de la provincia se encuentra totalmente colapsado ante tormentas como la de la semana pasada. Lo que estamos viendo es la desidia criminal del gobierno ya que es un problema que viene manifestándose desde hace décadas. Cada año vislumbramos las mismas postales de familias trabajadoras que lo pierden todo. Ningún plan de obras públicas e infraestructura para controlar las inundaciones. A su vez un factor a la par del calentamiento global es el avance del desmonte en favor de negocios inmobiliarios y agropecuarios, que a su vez es el motor de desalojos violentos y de reprimir a quienes luchar por una vivienda, en aras de favorecer la especulación y construcción de barrios privados.

Hubo que lamentar 2 muertes en esta oportunidad, producto de la desidia estatal y numerosas familias que lo perdieron todo, centenares de casa anegadas por el agua.

Desde La Izquierda Diario nos pusimos en contacto con algunas de las tomas y asentamientos de los numerosos que hay sólo en la capital. Asentamientos que fueron creciendo durante la crisis económica multiplicada por la pandemia, que significó que cientos no puedan seguir pagando un alquiler.

En Banda del Río Salí, la tormenta inundó casas y se produjeron daños materiales. En el Barrio 23 de Agosto, una toma que se consolido y hoy es un barrio popular, frente al Ingenio San Juan, algunas casas sufrieron el embate de la tormenta pero fue la solidaridad de los vecinos la que logró contener y mitigar los daños.

En El Manantial la situación fue similar, en el Barrio El Mollar donde centenares de familias vienen de resistir una amenaza de desalojo -aún latente- tuvieron algunos sectores afectados, pero al igual que en el barrio 23 de agosto los vecinos actuaron ayudando a quienes estaban en una situación más desfavorable. No podemos decir lo mismo de la Policlínica El Manantial (inaugurada hace apenas más de un año), que se vio inundada de agua y barro, una situación similar a la que vimos en el Centro de Salud.

También la tormenta y la desidia estatal hizo mella en el asentamiento Altos de Belgrano, también en plena lucha por su derecho a la vivienda, con una orden de desalojo que se haría efectiva el próximo 14 de enero. Allí también se ayudaron entre vecinos y fueron desoídos desde las autoridades del municipio que lidera el kirchnerista Noguera. Les contestaron cínicamente que “todo Tafí del Valle estaba inundado”, les prometieron asistir con la ayuda de los bomberos el mismo día de la tormenta, algo que nunca ocurrió. Estos testimonios nos dejaron dos compañeras afectadas por la inundación.

En la vida hay que elegir

Los gobiernos supuestamente progresistas como el de Fernández-Fernández y las intendencias de El Manantial y Tafí viejo, como así también el gobernador Manzur o el intendente Alfaro le dan la espalda a las más de 35.000 familias que viven en asentamientos. Incluso desalojaron de forma violenta uno de ellos en Las Talitas, en vísperas de las fiestas de fin de año . Así como el gobierno k de Axel Kicilof, eligió reprimir un enorme asentamiento en Guernica para construir un barrio privado en favor de ex-funcionarios de la dictadura; Juan Carlos Bernard y Javier Noguera hacen lo propio, amenazando con el desalojo a tomas y barrios populares para construir barrios privados.

Los tildados de “delincuentes” y “usurpadores” son parte de la clase trabajadora, precarizados, cuentapropistas, que no pueden acceder a los planes de vivienda insuficientes y muchas veces otorgados de forma irregular. Es de vital importancia poner en cuestión este sistema capitalista que ubica la sed de ganancias por sobre las necesidades de la población, que no tiene ningún plan serio para mitigar y controlar las inundaciones que causa su propio modelo irracional de acumulación.

La lucha por el derecho a una vivienda digna tendrá un punto de apoyo vital en la autoorganización en cada barrio con asambleas y delegadxs, coordinando con otras tomas para defenderse de los intentos de desalojo y luchar por tener condiciones de vida dignas. También plantearse luchar junto a otros sectores de trabajadores que vimos salir a la lucha este último año, muchos de los cuales viven en asentamientos y son también atacados por empresarios, el gobierno y por sus propias direcciones sindicales.