×
×
Red Internacional
lid bot

La Plata. UNLP: un balance necesario de las elecciones en Humanidades

El 1 de diciembre se realizó el traspaso del centro de estudiantes. El Aule (Patria Grande) realizó una reivindicación de sus diez años como conducción sin hacer una autocrítica sobre las decisiones políticas que lxs trajeron hasta acá. La Jauretche (JP) trazó en una definición su orientación como nueva conducción: ser “mejores gestores” que la Franja Morada, que viene de fortalecerse en la UNLP y pasó a dirigir 10 de los 17 centros.

Lunes 12 de diciembre de 2022 18:15

Queremos abrir un debate sobre los cambios en nuestra facultad, cómo fortalecer una oposición de izquierda al peronismo, realizar un balance sobre la política del Aule y volver a traer la reflexión sobre qué tipo de centro necesitamos de cara a lo que se viene.

¿Qué pasó en las elecciones?

En la “asamblea” de traspaso, ambas agrupaciones hicieron gala de su capacidad de tapar el sol con las manos. Ninguna hubiera comenzado su discurso sin hablar del recorte al presupuesto universitario de haberse realizado el evento durante el gobierno de Cambiemos. Pero hoy, cuando Cristina y Massa revientan un 18% de los fondos de las universidades nacionales para 2023, silencio de radio.

Para no hablar del ajuste, la decisión política de las agrupaciones oficialistas en las últimas elecciones en la UNLP fue reducir el debate sobre el modelo de centro a la mera gestión de los servicios. De esta forma, limitaron la pelea electoral al terreno que le es favorable a los aparatos políticos tradicionales con mayores recursos para ofrecerse como “gerentes” de bufet y fotocopiadora, y como apéndices de las autoridades. Esto benefició particularmente a Franja Morada, brazo estudiantil del radicalismo que, además de abonar a este clima, se apoyó en la demagogia para capitalizar la bronca de amplios sectores contra el gobierno nacional y sus agrupaciones. En Humanidades hay que darle el debido lugar a su avance, notable en términos relativos, en carreras como Educación Física, Lenguas Modernas, Ciencias de la Educación e Historia y Geografía. Hubo casi una duplicación de sus votos respecto de 2019.

¿Por qué se fortalecen las agrupaciones de los partidos tradicionales? En el marco de la crisis económica, miles de estudiantes buscan alcanzar lo antes posible un título para buscar una salida. Recibirse es para muchxs la aspiración ante tanto trabajo precario para sostener una carrera y una vida. En este contexto, la UNLP y la facultad fomentan un "recibase quien pueda" y una lógica meritocrática de terminar rápido y con un promedio "aceptable".

La Franja Morada definió las reglas en la UNLP y La Jauretche fue el mejor alumno en Humanidades. Buscan darle a este problema una solución individualista. Actúan como empresa en las facultades para evitar el debate político y la organización colectiva, democrática y desde abajo. Así lo reconocieron en su traspaso: “lo mejor que podemos hacer para enfrentar a la derecha es gestionar mejor que la Franja Morada”. Como son parte de la fuerza política que hoy está continuando el programa de Macri y volviendo realidad los planes del FMI, mejor no hablar de ciertas cosas. Buscan ocultar la realidad debajo de la alfombra y reducir los horizontes del movimiento estudiantil a la gestión. Esto trae como consecuencia la atomización del movimiento estudiantil, con un modelo de estudiante que tiene que dedicarse a rendir y aprobar, desarticulando la formación crítica, despolitizando los contenidos y el transcurso por las carreras.

El Aule, por su parte, después de años de integración exponencial al Estado y al régimen universitario, tema sobre el que volveremos luego, se adaptó al mismo modelo. Ni los planos de la ampliación del buffet- que les habilitaron las autoridades para el último día de elección- les alcanzaron para revertir los resultados. Durante los últimos años boicotearon todo espacio de debate y autoorganización, convocando a asambleas con meses de distancia, impidiendo que se desarrollen acciones, y ni hablar de un plan de lucha contra el ajuste que deja a miles de compañerxs afuera.

¿Y las ideas?

Pero hay otro factor que explica la victoria de este peronismo tradicional: el planteo ideológico que imprime la propia facultad. Esta se orienta cada vez más a la naturalización del capitalismo a través de la gestión de la miseria y la vinculación entre la formación de profesionales con la administración del Estado, el que ajusta y reprime a lxs que menos tienen. Buscan formar en un contenido específico: el de ciencias humanas y sociales sin filo crítico, que no cuestione el orden social existente. Los reformistas de sillón insisten: de lo que se trata es de analizar, ocupar cargos y ministerios. Y como "no da la relación de fuerzas", hay que votar al "mal menor", porque sino… avanza la derecha.
Esta orientación le es favorable a La Jauretche, que utiliza el debate sobre la reforma de los planes de estudio para abrir paso a una orientación estatalista de nuestras carreras, discutida entre cuatro paredes con las autoridades. Muy distinto es el planteo de la izquierda, de bregar por una formación crítica y una transformación de los contenidos a través de un proceso asambleario y democrático.

Te puede interesar: Informe UCA: el 43,1% de la población está bajo la línea de pobreza

Por su parte, el rol que jugó el Aule como conducción del centro de estudiantes fue, durante años, abandonar todo debate político e ideológico sobre qué modelo de universidad hace falta. Hace mucho pasaron al llano terreno del "gerencialismo" estudiantil. Decidieron no dedicar energías a formar una corriente de militantes críticos, dejando de lado los debates en las comisiones por carrera ante el avance de La Jauretche. Se concentraron así solo en las carreras grandes de la facultad para ofrecer servicios y abonar a una idea de un centro que solo se encarga de garantizar “soluciones” inmediatas a problemas estructurales y políticos. Nunca como una herramienta para luchar por nuestros derechos.

Toda su actuación en el Consejo Directivo no fue, en ningún momento, la de pelear proyectos y demandas de la mano de la organización estudiantil, promoviendo que lxs estudiantes se movilicen incluso a las mismas sesiones del Consejo. Al contrario, fueron cómplices de las autoridades que se han negado a tratar proyectos como la implementación del Cupo Laboral Travesti Trans No Binarie, o la creación de jardines materno-parentales en la facultad para lxs estudiantes con familiares a cargo, proyectos presentados año a año por la izquierda en la facultad.

Lo que hacen ambas agrupaciones tiene un correlato con lo que sostienen a nivel UNLP. Haber votado al presidente de la universidad, de la Franja Morada, Martín López Armengol, tiene costos. La universidad sigue profundizando una orientación social y política al servicio de la ganancia, con convenios con empresas privadas y contaminantes como Shell y Copetro. También con el multimedio La Nación, con Techint de Paolo Rocca. Además, este año aprobaron un convenio con el Gobierno Nacional para que lxs estudiantes auditemos a quienes reciben el plan Potenciar Trabajo a través de encuestas, que determinarán quiénes siguen accediendo a un plato de comida ¿Qué contenidos progresivos podemos conquistar para nuestros planes de estudio mientras se mantengan estos convenios?

El Aule y las memorias del olvido

Tras una derrota histórica, no hay una instancia en la que el Aule se cuestione todo lo mencionado hasta acá. Hablan de un “piso de derechos” y de una “permanencia” que cientos de miles de pibes precarizadxs o bajo la línea de la pobreza ni siquiera conocen. Se plantean defender la educación pública sin cuestionar el factor principal que la ataca: el ajuste del gobierno del que son parte.

En sus orígenes se autodenominaron de "izquierda popular", con la premisa de "criticar lo malo y defender lo bueno" del kirchnerismo. En 2015 esa lógica los llevó, con el ballotage entre Scioli y Macri, a hacer campaña por el candidato menemista que recicló CFK. Con la excusa del “mal menor” pasaron a negar el ajuste que ya había comenzado con la devaluación y el ataque a la protesta social. Fue la suma de giros a derecha del kirchnerismo la que abrió paso a Cambiemos. Lejos de sacar una conclusión “por izquierda”, Patria Grande entendió que el camino era el de “integración a costa de lo que sea” y en el 2019 fueron parte de las listas del Frente de Todos. Entregaron sus banderas con el “apoyo crítico” al pacto con el FMI, abandonando las luchas populares como mostró Guernica, y llegaron al límite de tener una ministra, Gómez Alcorta, en el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades, que renunció tras saludar al medieval Juan Manzur y no hacer nada ante la represión, tortura y encarcelamiento de las mujeres mapuche.

En la universidad, como correlato de esta integración, pasaron de tomar el rectorado en 2014 contra la asunción del radical Fernando Tauber como rector a tragarse cuanto sapo morado hubo, empezando por la votación al propio Tauber en 2018, y luego al ya mencionado López Armengol este año. Siendo consecuentes con su lógica de “pelear desde adentro”, fueron los mejores opositores a la organización estudiantil democrática, porque de lo que se trata es de “negociar” con las autoridades. Esto se expresó la semana previa a la elección, cuando las autoridades de la facultad cambiaron de forma arbitraria las bandas horarias, y la respuesta de la conducción y de todas las argupaciones peronistas fue juntar firmas para “convencer” a la decana Ana Julia de que se arrepienta de su, digamos… decreto. De izquierda no les queda ni un pelo y de lo que se trata es de construir una verdadera alternativa en nuestra facultad y la UNLP.

Poner en pie una oposición a las corrientes del gobierno y a la Franja Morada

Hace falta construir una alternativa fortaleciendo una gran corriente militante de izquierda revolucionaria, que es lo que nos planteamos desde la Juventud del PTS. Para volver a poner de pie al movimiento estudiantil y así defender la educación pública y apoyar todas las luchas de lxs trabajadores y las mayorías populares contra el ajuste del gobierno, la derecha y el FMI. Para pelear por una universidad donde puedan entrar lxs hijxs de lxs laburantes y combatir la deserción, organizándonos por becas integrales que alcancen para vivir y estudiar, por el boleto educativo 100% gratuito, proyecto presentado por el Frente de Izquierda en 2013. Incluso para terminar con la precarización laboral que impone el mismo régimen universitario, que somete a trabajadores no docentes a contratos basura, y a docentes dando clases sin cobrar un peso durante años.

Te puede interesar: Elecciones UNLP: Un balance necesario para construir una alternativa independiente y de izquierda

Queremos cuestionar de raíz esta universidad de clase y que nuestros conocimientos se pongan al servicio de las necesidades de las mayorías y de la clase trabajadora. No simplemente analizar la realidad, sino ser parte de un debate para ampliar el horizonte de lo posible. Además, pensar nuestros planes de estudio de manera crítica para modificar los contenidos y orientarlos a que lxs estudiantes, como futuros profesionales, seamos sujetos de transformar la realidad que estudiamos.

Por eso, como reflejamos en la campaña, durante todo el año continuamos tendiendo lazos con sectores que tienen un gran potencial transformador. En nuestra facultad con lxs trabajadores del Astillero Río Santiago, que han protagonizado jornadas históricas con el apoyo de lxs estudiantes; con las familias del barrio Cabezas, que sufrieron un crimen social a causa del ajuste en vivienda de todos los gobiernos. En esta situación, todas las agrupaciones de la facultad le dieron la espalda al barrio que está literalmente a metros de nuestro predio. El Aule en los primeros momentos se dedicó a seguir con su “jueves de birra”, y en los meses siguientes continuaron la campaña de más seguridad en el BIM de la mano de La Jauretche, siguiendo los pasos de la Franja Morada en Psicología. Cada vez que dicen “que la facultad no sea una burbuja” se les cae la cara.

También impulsamos campañas para que la facultad no sea ajena a los debates que están poniendo en agenda el movimiento de mujeres y diversidades, y el movimiento ambiental. Por eso no vamos a hacer oídos sordos a la negación de derechos por parte de la UNLP como la implementación del cupo laboral trans, denunciamos los convenios de la universidad con empresas extractivistas porque pensamos que nuestros conocimientos pueden aportar a desarrollar una relación armónica con la naturaleza, y seguimos organizándonos por la Ley de Humedales. Para todo esto es fundamental cuestionar los cimientos de un régimen universitario que, además de tener una orientación contraria, es profundamente antidemocrático. En este, lxs estudiantes estamos completamente subrepresentados en todos los organismos de cogobierno, como el Consejo Superior y los distintos Consejos Directivos, donde se decide todo a espaldas de la inmensa mayoría de quienes habitamos las facultades. Ni siquiera para decidir quiénes son las autoridades de la facultad o la universidad tenemos el derecho mínimo de un estudiante, un voto.

Hay que cuestionarlo todo desde abajo, poniendo en pie un movimiento estudiantil que delibere democráticamente y cambie el rumbo con asambleas, cuerpos de delegados y la más amplia coordinación. Se vuelve urgente recuperar el centro de estudiantes y refundarlo como herramienta de organización, que sea un puntapié para dar todas estas peleas. Para defender la educación y acompañar las luchas en curso, como la de residentes y concurrentes, o la del SUTNA, que mostró que luchando se puede ganar y de la cual participamos con la bandera del centro a pesar de la negativa del Aule y todo el peronismo. Construir esta alternativa independiente y de izquierda en la facultad se vuelve una tarea de primer orden para que los y las estudiantes juguemos un rol en esta crisis.