El miércoles finalizaron las elecciones de la Seccional Villa Constitución de la Unión Obrera Metalúrgica. Frente al triunfo de la lista Blanca, presentamos un debate sobre la alternativa que necesitamos los metalúrgicos.
Lunes 14 de marzo de 2022 19:12
Las elecciones de la seccional Villa Constitución de la UOM no fueron cualquier elección sino que se dieron en el marco de una gran crisis nacional, en una semana en el que el gobierno negociaba el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un acuerdo que implica aún más ajuste para los trabajadores y sus familias
No se puede dejar de lado que los últimos años estuvieron repletos de luchas que llevaron adelante los metalúrgicos de la región y de todo el país no solo contra el gobierno de Macri y sus ajustes, sino también ahora, en el gobierno de Alberto Fernández que sigue profundizando los ataques a los trabajadores negociando con el FMI.
La lista Blanca, alineada con el oficialismo de la UOM nacional, retuvo la conducción de la seccional con un amplio margen, luego de una campaña en la que desplegaron una enorme cantidad de recursos, plata en cartelería y en medios de comunicación.
Por su parte, la lista Celeste, como planteamos acá, unificó a sectores de la izquierda con miembros de la lista Azul paulonista, anterior conducción de la UOM local, alineada con la CTA de Yasky y responsable, entre otras cosas, de los despidos a activistas de Acindar en 2015.
Se trató, además, de las elecciones con más bajo porcentaje de votantes desde la recuperación del sindicato, lo que expresa la escasa participación de los trabajadores y campañas que no se ocuparon de nombrar lo más sentido de sus reclamos.
En la región hubo luchas donde los activistas y los trabajadores metalúrgicos se organizaron para enfrentar los despidos, lucharon por asambleas democráticas, se solidarizaron con trabajadores de otras fábricas como es el caso de Paraná Metal, exigieron mejores condiciones de seguridad en sus puestos de trabajo, entre muchas otras. En 2015, frente a los despidos a activistas de Acindar, los trabajadores de la fábrica se organizaron para enfrentarlos. Durante 2016 y 2017, hubo luchas que incluyeron paro de las tercerizadas por falta de pago de los bonos, y en 2019, en en marco de la negociación de paritarias, hubo asambleas que incluyeron una masiva asamblea general en Acindar para pelear por salario. Aún durante la pandemia, en 2020, en talleres y contratistas como Tec-Nac o EMET se llevaron adelante medidas de fuerza para enfrentar las suspensiones y despidos que las patronales llevaban adelante queriendo que los costos de la crisis y la pandemia los paguen los trabajadores. Además, los trabajadores de Tenaris, con la solidaridad de otros establecimientos, fueron a un conflicto en plena pandemia contra despidos. El año pasado, además de medidas de fuerza por salario, los trabajadores de Acindar se solidarizaron con un paro de 8hs contra el despido de un trabajador del sector de alambres.
Durante todos esos años y procesos de lucha han ido surgiendo compañeros y activistas muy valiosos frente a distintos sectores del sindicalismo oficialista, ya sea ante la Blanca o la anterior conducción de la Azul. Estos compañeros han dado numerosas peleas como se mencionó anteriormente. En ese marco, nosotros consideramos que la tarea más importante tiene que ser la de unificar a todos esos sectores de activistas con una política de independencia de los gobiernos, de las diferentes alas de la burocracia que sea lo opuesto a reciclar a sectores burocráticos que ya demostraron que no sirven para organizarse y luchar.
Es necesario apoyarse en ese paso adelante y en esa tradición de lucha de los activistas de la región, y construir un polo antiburocrático, de base y combativo, en la perspectiva de ser clasista, que sea capaz de pelear por asambleas del conjunto de los trabajadores y por la democratización del sindicato, para que sea una herramienta para enfrentar el ajuste que se viene.
El país y su mayoría trabajadora, está siendo entregada a los dictados económicos, políticos y sociales del FMI, lo que se traducirá en mayores ataques a sus conquistas, como el régimen de jubilaciones especiales (calorías), la modificación de los convenios colectivos de trabajo, el control de los salarios atados a la productividad y la inflación y la tercerización creciente que hoy reina en las grandes, medianas y pequeñas industrias y talleres. Durante la campaña, además, por abajo se notó el descontento por el salario, la desocupación, la precarización y las condiciones laborales, temas que estuvieron ausentes de la campaña más allá de meras declaraciones.
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Estos comicios dejan una lección para todo aquel que desee enfrentar verdaderamente los planes de las patronales, que es la necesidad de poner en pie un polo de todos los que queremos pelear por un sindicato democrático, antiburocrático y desde las bases, para enfrentar el ajuste que se viene.