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Red Internacional
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Un Mercosur para presionar sobre Venezuela

Argentina y Brasil intentarán utilizar la cumbre del Mercosur para sancionar a Venezuela, aunque la oposición de Uruguay y Paraguay lo hacen poco probable. Brasil llega a la presidencia pro tempore.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Viernes 21 de julio de 2017 11:49

Dos hechos simbólicos atravesarán la reunión de presidentes del Mercosur que se está celebrando en la provincia argentina de Mendoza. Mientras que Mauricio Macri, que oficia de anfitrión, intentará en el cierre de este viernes imponer una sanción a Venezuela si el gobierno de Maduro no retrocede con el llamado a la Asamblea Constituyente, la presidencia pro tempore del bloque pasará a manos del gobierno golpista de Brasil.

El canciller argentino, Jorge Faurie, ya anunció el jueves que Macri intentará que los países miembros del Mercosur le apliquen a Venezuela el Protocolo de Ushuaia, algo así como la cláusula democrática de la OEA, para no solo expulsar a Venezuela del bloque en forma definitiva sino avanzar en la aplicación sanciones. Se trata de un nivel de injerencismo que ni siquiera se animó a aplicar la propia OEA, ni la ONU o la Unión Europea (que solo llegaron a una advertencia sobre la convocatoria de la Constituyente por parte de Maduro).

La política hacia Venezuela se ha convertido en el principal caballito de batalla de Macri ante el desastre de su política exterior en otras áreas y sobre todo ante el fracaso de la "lluvia de inversiones" y la "vuelta al mundo" que anunció desde el principio de su gestión. De la mano de personajes como Lilian Tintori, dirigente de la oposición de derecha y golpista venezolana y esposa de Leopoldo López, Macri fue el ideólogo de la suspensión de Venezuela del Mercosur (lo que le generó cortocircuitos con la excanciller Malcorra) y ahora va por el intento de una sanción directa, buscando ubicarse como el "lider" más consecuente de la derecha regional.

Si embargo es muy probable que, más allá de la propaganda, el plan de Macri termine en un absoluto fracaso. Si bien cuenta con el apoyo del gobierno golpista de Michel Temer en Brasil, no corre la misma suerte frente al resto de los socios fundadores el bloque. El uruguayo Tabaré Vazquez ya anunció que no votaría a favor de la aplicación de la cláusula por “el respeto a la autodeterminación y el rechazo a la intervención en asuntos internos de otros países", mientras que el mandatario paraguayo, Horacio Cartes, también sería contrario a una sanción que le hace acordar a la que se le aplicó a Paraguay tras el golpe civico-militar contra el gobierno de Lugo.

Por su parte la chilena Bachelet, que participa como gobierno invitado anunció que no se propunciará al respecto, mientras que Evo Morales que busca cumplir con los pasos para incorporarse al Mercosur dijo estar absolutamente en contra.

Es posible entonces que los intentos de Macri terminen fracasando y que finalmente termine saliendo algún tipo de documento en el que se hable sobre la situación en Venezuela.

El tema Venezuela es espinoso para muchos de los gobiernos, porque si bien no hay dudas que la Constituyente que convoca Maduro es absolutamente fraudulenta, también lo es que la oposición ha asumido posiciones abiertamente golpistas, llamando en forma permanente a las Fuerzas Armadas para que den un golpe y ahora anunciando la conformación de un gobierno de Unidad Nacional (que nadie votó). En el caso de Macri, que había sido uno de los adalides de la lucha por la libertad del opositor Leopoldo López (hoy en prisión domiciliaria), se le suman decenas de pedidos de organizaciones internacionales por la libertad de la dirigente social Milagro Sala y contra una actuación cada vez más represiva ante el conflicto social, como se vio sobre todo en el último mes.

Brasil y una mirada hacia el pacífico y la UE

La otra joya de la reunión del Mercosur es que la presidencia pro tempore pasa a manos de Brasil. Si bien el mandato es rotativo, no deja de ser simbólico que sea el golpista Michel Temer quién asuma el liderazgo del bloque. Jaqueado por los escándalos de corrupción, juicios y pedidos de impeachment, Temer sin embargo es sostenido en el poder para terminar de pasar un paquete de ataques a los trabajadores que ya cumplió su primera fase con la aprobación de la Reforma Laboral.

Esta reforma que acaba de un plumazo con las conquistas obtenidas por el movimiento obrero brasileño durante años de lucha, pretendía ser copiada por el gobierno de Mauricio Macri para ser aplicada tras las elecciones legislativas de octubre. Sin embargo, y como denuncia la misma prensa oficialista, tuvieron que dar marcha atrás luego de la tenaz resistencia de las y los trabajadores de la multinacional PepsiCo que en su lucha contra los despidos no solo sufrieron una brutal represión de parte del gobierno, sino que se convirtieron en un ejemplo para los millones de trabajadores que están en riesgo de perder su trabajo.

Esto no quiere decir que Macri no intente volver a avanzar con mayores ataques (que ya los viene aplicando), pero por ahora es el golpista Temer quien tiene para mostrar los "logros de gestión" de la derecha regional. Y esto resulta importante para los gobiernos de Argentina y Brasil y para los empresarios de los países que conforman el Mercosur, cuando están a la búsqueda de un acuerdo comercial con la Alianza del Pacífico y sobre todo la Unión Europea.

El Mercosur intentará consensuar la flexibilización de barreras arancelarias para la producción primaria de granos y alimentos, para exportar a otros países cómo amortiguador de medidas proteccionistas por parte de EE.UU. tras la llegada de Trump al gobierno.

También se busca avanzar en negociaciones con la Unión Europea, y allí esperan que el "ejemplo" de Brasil haga llegar las mágicas inversiones, tras la flexibilización en extremo de las relaciones laborales y el aniquilamiento de las conquistas de los trabajadores.

Macri, desesperado, ha dicho que el Mercosur ya intercambió ofertas para buscar acuerdos con Canadá, la Asociación Europea de Libre Comercio, Corea del Sur y Japón. Sin embargo, en Argentina los brotes verdes siguen sin aparecer y el crecimiento de empleo se da solo en la construcción y la función pública, mientras que cae drásticamente en el sector privado.

Así como el "ejemplo" de la reforma laboral de Temer quiere ser copiada por Macri para "abaratar costos" a este lado de la frontera, la feroz resistencia y el ejemplo de las obreras de PepsiCo, que por ahora obligaron a dejar ese proyecto en stand by, también se extendió por las fronteras de los países que componen el Mercosur, y más allá, mostrando que es posible frenar los ataques de la derecha continental.


Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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