Se cumple un año de la muerte de Aylan Kurdi, el niño sirio-kurdo que apareció ahogado en la costa de Turquía. Desde entonces cientos de niños han muerto en el Mediterráneo intentando huir de la guerra.
Viernes 2 de septiembre de 2016
Aylan solo tenía tres años, junto a él también murieron su hermano de cinco años, su madre y otras nueve personas, entre ellos cuatro menores más, al hundirse los botes que debían llevarlos a la isla griega de Kos, y así poder entrar a Europa.
La foto de su cuerpo yaciendo en la playa turca conmocionó al mundo y fue una muestra del rostro más terrible de la nombrada ’’crisis de los refugiados’’. Una imagen que trascendió todos los medios, y que puso en jaque los “valores” de una Unión Europea que se mostraba completamente impasible.
En ese momento los gobiernos europeos se llenaron la boca de condolencias y “buenas intenciones”. Pero pronto se desenmascaraban sus lágrimas de cocodrilo. Sus ridículas “muestras de solidaridad” se resignaban a un cínico sistema de repartimiento de los refugiados en cuotas entre los distintos países de la UE.
Una solución que de por sí solo se proponía acoger a una ínfima parte de los millones de persones que huyen de países en conflicto como Síria, Irak o Afganistan, entre otros. Y que, por otra parte, ha demostrado ser un fracaso, mientras muchos países cerraron por completo sus fronteras, y otros como el Estado Español que a día de hoy solo acogió 474 refugiados de los 17.000 que se comprometió. Por otra parte, en otros países como Alemania mientras se aceptaba el ingreso de más de un millón de inmigrantes, al mismo tiempo se votaban múltiples leyes racistas y que facilitaban las deportaciones.
A ello le sumamos el famoso “Acuerdo de la vergüenza” entre la Unión Europea y Turquía, por el que se estableció que todos aquellos refugiados a los que no se les concediera el derecho de “asilo” podrían ser deportados.
Después de Aylan murieron muchos más
Según la organización Save de Children solo en este año 423 niños han muerto ahogados en el mar Mediterráneo. Según la misma organización el número de niños y niñas migrantes que llegan a Europa representa el 40% de las personas que cruzan el Mediterráneo.
Según afirma la Organización Internacional para las Migraciones, los niños y niñas son aún más vulnerables ya que son uno de los principales blancos de abusos, de trabajos forzados, explotación laboral y sexual por parte de las mafias de traficantes.
A su vez, el acuerdo entre la UE y Turquía está provocando que miles de refugiados, entre ellos muchos niños, vivan hacinados en campos, en condiciones completamente insalubres, con escasez de agua y de los servicios más básicos, mientras esperan ser deportados.
Eso sin contar todos aquellos niños que ni logran salir de su país en guerra. Todos recordaremos la reciente imagen de Omran, el niño sirio sentado y cubierto de polvo y sangre en una ambulancia. El sobrevivió a los bombardeos, pero su hermano de 10 años murió en el mismo ataque.
Según [Unicef-https://www.unicef.es] aproximadamente unos 8,4 millones de niños están afectados por el conflicto sirio. Y un tercio de estos niños, como el mismo Omran, solo conocen esta realidad ya que nacieron después de iniciarse la guerra.
Esta semana pudimos leer las declaraciones del padre de Aylan, Abdulá Kurdi, en el diario alemán Bild: “Después de la muerte de mi familia, los políticos dijeron: ’Nunca más! … todos querían hacer algo como fuera tras la foto que tanto les había conmocionado. ¿Pero qué pasa ahora? Los muertos continúan y nadie hace nada”.
Desoladoras palabras con las que se hace indispensable denunciar que las políticas reaccionarias y xenófobas de los gobiernos imperialistas europeos son directamente responsables de la muerte de Aylan, así como la de miles de niños sirios y de otros países en conflicto.