Miércoles 16 de septiembre de 2020 12:51
Foto: Clarín
El Partido Obrero que está dentro del FITU, ha sacado una catarata de notas contra el PTS. Estos artículos están llenos de afirmaciones arbitrarias (donde no se toman ni siquiera el trabajo de citar con seriedad), calumnias o mentiras que son la marca de cómo polemiza. Rompieron con Altamira pero heredaron este método de discutir que los caracteriza. Todo el mundo sabe que pedir un apego aunque sea mínimo a la verdad es imposible con el PO [1].
La parte del Partido Obrero que está dentro del FIT, ha declarado sin el más mínimo pudor que el PTS ha cometido el “delito” de pelear que la Jornada del 17 de septiembre sea llamada por el Plenario del Sindicalismo Combativo (que es un reagrupamiento sindical combativo como su nombre lo indica), junto a los partidos de izquierda y todos los sectores agraviados por el gobierno y las patronales (tomas de tierras, movimiento de mujeres, juventud precarizada, estudiantes que tienen que desertar, etc.). Por supuesto, independientes del gobierno y la oposición burguesa, PERO TODOS JUNTOS.
Por otra parte, esta jornada el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) sale a instancias del PTS, que la propuso hace dos meses.
El PO prefirió que la jornada del 17 sea organizada por el PSC y luego invitar a los demás sectores, viendo qué lugar darle a cada uno. Se negó de manera rotunda a llamar a una reunión donde todos, el PSC, otros sectores sindicales independientes, todos los sectores en lucha, los que luchan por su derecho a la tierra, los precarios y la izquierda, pudiéramos organizar en común una gran jornada a la altura del ataque, y también, aunque no les guste, a la altura de las demostraciones que hace la derecha reaccionaria.
No hacer esto, es decir, no convocar todos juntos, obviamente debilita nuestras fuerzas para lograr la manifestación más grande posible contra los ataques del gobierno, como la amenaza de desalojo a las tomas, el crecimiento de la desocupación, justicia por Facundo Astudillo Castro, entre otras consignas para que la crisis no la paguen los trabajadores y los sectores populares y comenzar a disputar la calle a la derecha reaccionaria.
Insólitamente el PO oficial se opone a esto. Nos acusan de ser electoralistas y al mismo tiempo, sin coherencia lógica, nos atacan por no llamar en común a un acto sólo del FIT. ¿Qué sería un acto del FIT no convocado en conjunto con todos los atacados por el gobierno y las patronales sino mero electoralismo?
No podrían haberlo expresado con mayor claridad. Ahora hacer un acto convocado sólo por el PSC, otro día uno convocado sólo por el FIT. Es decir, separar la lucha sindical y social de la lucha política.
Separar la lucha sindical y social de la política es contrario a una estrategia marxista revolucionaria
Para el PO e IS, los sindicatos organizan la lucha obrera por sus reivindicaciones (lo que lleva a un sindicalismo que no cuestiona al gobierno ni al régimen burgués), y los partidos dedican su militancia sólo a elecciones de todo tipo (en sindicatos, centros de estudiantes y elecciones generales provinciales o nacionales). Si hay luchas, la línea es mandar delegaciones de pocos compañeres para no interrumpir las campañas electorales permanentes del tipo que sean. Nos faltó aclarar que en este esquema los movimientos de desocupados se limitan a la pelea por lo que el Estado está dispuesto a dar, retrocediendo incluso de una agitación enérgica por trabajo genuino.
El PO, como en la fiambrería, agarra a los explotados y los separa en fetas para que cada uno luche por separado. La lucha en estas condiciones, INSISTIMOS, jamás logrará enfrentar con algún éxito al régimen burgués de conjunto. Con lo cual solo nos quedaría pelear por reformas cada vez más miserables, sin poner en cuestionamiento nuestra condición de esclavos asalariados; y con el desarrollo de la crisis, ni siquiera eso, ya que lo que las grandes masas son sometidas a la desocupación creciente y salarios de hambre.
Algunos resultados están a la vista. El SUTNA, que se reclama clasista, se niega a convocar junto con la izquierda a una reunión para organizar una lucha común, entre otras cosas, por los más desamparados que no tienen donde vivir. ¿Y porque será? Porque el PO no hace trabajo político en los sindicatos, sino meros acuerdos con dirigentes aislados (algunos incluso militantes de su propio partido). Esa política lleva a que ni el PO ni el SUTNA (que el PO dice dirigir) puedan movilizar base u obreros avanzados de esos sindicatos.
Más de 50 años de práctica (y de fracasos), donde luego de hacer todo tipo de concesiones, los dirigentes de Sitraic, Telefónicos, SOIP, Grossi, se pasaron al bando de la burocracia directamente, parece que no les mueve un pelo.
El Partido Obrero no hace trabajo político en los sindicatos. Los ha transformado, como critica Trotsky, en un fin en sí mismo, o mejor dicho, reemplaza el trabajo sistemático sobre los sectores más avanzados de la clase obrera con alianzas con dirigentes aislados que jamás discuten de política en sus fábricas o empresas, y mucho menos buscan organizar agrupaciones amplias (y en perspectiva fracciones) de los trabajadores más conscientes.
Como explica Trotsky “La burguesía siempre tiende a separar la economía [es decir, la lucha por el salario y las condiciones de trabajo, NdR] de la política, comprendiendo perfectamente que si logra insertar a la clase obrera en el marco corporativo, ningún peligro serio amenaza su hegemonía".
El PO no tiene una agrupación clasista en el SUTNA, salvo que se considere que la unidad con sectores peronistas enormemente mayoritarios les permite un “clasismo sui géneris”. Discúlpenos por tener que volver a citar a Trotsky sobre cuestiones tan elementales: “El partido sólo puede organizar su influencia en los sindicatos en la medida en que sus miembros trabajen en estos sindicatos y hagan admitir en ellos los puntos de vista del partido. Su influencia sobre los sindicatos depende, naturalmente, de su número así como de su manera de aplicar en una justa medida, de una forma consecuente y apropiada, los principios del partido a las necesidades particulares del movimiento sindical. El partido tiene el derecho y el deber de plantearse como objetivo alcanzar, en esta vía, una influencia decisiva en las organizaciones sindicales. Llegará a lograrlo cuando el trabajo de los comunistas en los sindicatos se realice completamente y en todo conforme con los principios del partido y bajo su permanente control”. Y luego con la misma lógica plantea: “Se debe condenar severamente la conducta de determinados comunistas que no sólo no luchan en los sindicatos a favor de la influencia del partido sino que se oponen a una acción en este sentido en nombre de una falsa interpretación de la autonomía sindical”.
Lamentablemente debemos decir que el PO oficial y el PO-Tendencia referenciado en Altamira comparten la misma concepción duramente criticada por Trotsky.
Lo peor de todo es que en la Conferencia Latinoamericana que realizamos todos los integrantes del FITU, el PO oficial (porque el otro no participó) citó la posición de Trotsky hacia los sindicatos. Ileana Celotto del PO AGDUBA planteó: “Como dijo Trotsky en la época del imperialismo, los sindicatos o tienen una dirección revolucionaria o terminan integrándose al estado”. Sin embargo, se olvidó decir que a renglón seguido Trotsky aclara que esto: “significa una lucha cuyo objetivo es convertir a los sindicatos en órganos de las amplias masas explotadas y no en órganos de la aristocracia obrera”. Aunque hay poca aristocracia obrera en Argentina, nadie puede negar que los obreros en blanco y sindicalizados están en mucho mejores condiciones que las masas desocupadas, con trabajos precarios y sin vivienda. No es un olvido casual, ya que el SUTNA, donde el PO reclama tener mucha influencia, jamás hizo nada por los tercerizados de Fate, de los que no considera representante y que viven y trabajan en condiciones mucho peores que los afiliados al sindicato. Toda corriente política que avale esta división –incluso en la propia fábrica– está kilómetros de los consejos de Trotsky.
Desde el otro extremo de los sectores sociales de la clase trabajadora, el PO tiene una tendencia minoritaria en el movimiento de desocupados. La misma ha ido ocasionalmente a marchas del SUTNA. Al revés, NUNCA. No decimos, un par de dirigentes, sino que nunca el PO se ha propuesto movilizar una fracción de los obreros del neumático para apoyar a los desocupados.
Así se organiza la tercer “feta” del trabajo militante del PO. Los sectores más oprimidos, los desocupados, son organizados como una colateral del partido que no lucha, como al inicio del movimiento piquetero, por trabajo genuino. Allí van bajo las banderas del Partido (perdón, del Polo) Obrero. Esos compañeros y compañeras en su gran mayoría son reclutados a cambio de que sus dirigentes tramiten, gracias a las movilizaciones y relaciones políticas, los planes que necesitan para sobrevivir. Es por eso que desde el PTS estuvimos siempre en contra de armar colaterales del partido para gestionar planes y luchamos por un movimiento único democráticamente organizado por los propios desocupados.
El Partido Obrero oficial, nos dice que este tema de no poder hacer convocatorias conjuntas de la izquierda y los sectores agraviados junto al sindicalismo combativo tiene su explicación en que el trabajo en los sindicatos es un “arte complejo”. El arte “será complejo”, pero el PO oficial practica otro arte alejado del marxista.
La izquierda “cupera”
Hasta acá una discusión con una política que se adapta al régimen burgués. El FIT, en su peor elección, sacó más de 500 mil votos a presidente y 200 mil más a diputados. ¿No es el momento de intentar movilizar a una fracción de esa fuerza y convocar a un acto común con todos los atacados por los gobiernos y las patronales?
El PO junto con IS, al revés, ha batido un récord, esta vez mundial. No sólo dividen, como muchas corrientes en todo el mundo, lo sindical de lo político, sino que han inventado el “cupo”. Han peleado a brazo partido para que todo evento, marcha, plenario, o lo que venga, tenga “cupos”. Cualquier persona normal nos preguntará: ¿cupos para garantizar que asista un mínimo de gente a las actividades? NO. Cupos para garantizar que no vaya más gente que la que deciden los convocantes. Otros nos preguntarán: ¿es que lo hacen en locales chicos? NO. Ponen cupos máximos incluso para hacer actos en la calle, en Plaza de Mayo o en reuniones virtuales. Es decir, luchan para que vaya menos gente.
Se llegó al colmo que en la última reunión de la multicolor docente, habiéndose conectado 500 docentes y con otros que no podía ingresar, los “Secretarios Generales” no quisieron habilitar una extensión de la cantidad de gente que podía conectarse que era de 500 y pasarla a mil. De esa forma docentes que querían ser parte, quedaron afuera. La convocatoria a la reunión se hizo con dos días de anticipación. Y así y todo, los y las docentes fueron, pero un sector quedó afuera. No se pudo, manda el cupo. Querían ocultar lo máximo posible lo que se vio en los cartelitos del zoom, lxs militantes de la Marrón (PTS e independientes) eran el doble que lxs de Tribuna Docente (referenciada con el PO). Sacar a los docentes del zoom fue la solución encontrada.
Ahora en la marcha del 17 convocada por el PSC, otra vez lo mismo. Cada corriente tendrá un cupo para manifestarse por política del PO e IS, 250 personas por organización. Eso es lo que puede concurrir a la marcha del 17. Esperemos sentados y en calma los insultos por venir. Podemos anticiparlos: queremos destruir al PSC. ¿Por qué? Porque queremos que vaya más gente. Para este operativo cupero, pusieron también horarios donde los trabajadores tienen menos posibilidades de participar, acorde a esta decisión de buscar la marcha más chica posible (se llegó a barajar ir a Plaza de Mayo y hacer una conferencia de prensa!!).
La política de no reagrupar a la vanguardia hace que los mismos sindicatos o agrupaciones sindicales que convocan no puedan movilizar ningún sector significativo de su base, sobre todo cuando se trata de causas que no son las propias e inmediatas, por fuera de los dirigentes de las directivas y los delegados que ya no trabajan. Y a decir verdad con su política, en el SUTNA se “logró” que ni siquiera vayan algunos cientos a las marchas por su propio salario. Tal es la educación ejercida por “el clasismo”. El PO e IS sostienen la ficción de que esos actos son convocados exclusivamente por los sindicatos –que incluso como decimos arriba se niegan a discutir con la izquierda–, pero la mayoría de la “movilización con cupo”, donde la izquierda no es convocante, será de militantes de la izquierda.
Desde el MAC-PTS y el ANCLA-MST nos vimos obligados a convocar un acto amplio y sin cupos
Desde el MAC y el ANCLA, frente a esta convocatoria tan limitada, decidimos hacer luego del acto del PSC una actividad más amplia con sectores agraviados (salud, juventud precarizada, estudiantes, participantes de las tomas) en el Obelisco. El PO oficial e IS tildaron a esto de “divisionismo” y “adaptación al kirchnerismo”. Para nosotros, no querer hacer un acto común lo más grande posible donde tengan peso los y las compañeras de Guernica por ejemplo (sobre todo en estos momentos donde es necesaria una gran demostración de fuerzas contra la política del desalojo) y de apoyo a las tomas que el gobierno está disolviendo a palos es una “ca-pi-tu-la-ción” (como gusta silabear el PO) a los K y a la derecha.
Por nuestra parte, desde el PTS, intentamos hacer trabajo político en los sindicatos impulsando no sólo agrupaciones político sindicales y candidaturas obreras, sino también campañas para que los obreros en blanco, o al menos un sector de ellos se sientan parte de una misma clase con sus hermanos más castigados. Es decir, reagrupar a la vanguardia, que en Argentina consta de muchos miles de compañeros y compañeras. A esta vanguardia el PO oficial la llamó “masa amorfa”, una pasada de rosca en su defensa de la primacía de los “secretarios generales” Así fuimos cientos de trabajadores al Indoamericano allá en el 2010, peleamos en Kraft y en PepsiCo por los contratados incluso en minoría. Fuimos a una “guerra” en Lear porque no aceptamos que los obreros que iban a ingresar (que ni sabíamos quiénes eran) lo hagan como trabajadores de segunda. Nuestros compañeros del FFCC Roca pelearon con las demás corrientes desocupadas en unidad contra los despidos y por conseguir puestos de trabajo para los desocupados. Así vimos como con esta política y el esfuerzo militantes de obreros independientes, Donnelley se transformó en una fábrica de gran militancia, sin la cual no se hubieran podido garantizar años de dificilísimo control obrero. Eso sucedía mientras cientos de docentes, trabajadores de otras empresas y estudiantes, con nuestros diputados al frente como corresponde, y compartiendo balas de goma, ponían el cuerpo a diario junto a los obreros de Lear en lo que fue llamado “La lucha más importante de la década K”.
Así los compañeros de Zanon en su momento planteaban la lucha por el trabajo genuino y por eso votaron que ingresen compañeros desocupados a la fábrica, incluso del PO, aunque esto significara menos ingresos para ellos. Se movilizaron por cientos y sufrieron la represión cuando el gobierno quiso dar una lección represiva al MTD el día que Pepe Alveal perdió un ojo. Pusieron el cuerpo junto a cada uno de los sectores reprimidos y se llevaron parte de sus balas de goma y palazos. Fueron a apoyarlos a la comisaría cuando fueron detenidos. No un par de dirigentes, un sector considerable de la fábrica. En ese marco impulsaron que sus dos principales dirigentes, sean candidatos a diputados con el Frente de Izquierda. No lo hicieron en nombre de toda la fábrica o del Sindicato por respeto a la maduración del conjunto, sino en nombre de su agrupación clasista. Pero tuvieron su apoyo, al punto tal que ambos salieron electos diputados provinciales.
Esto nos hizo una corriente militante en el movimiento obrero. ¿Por qué tanto peso a los secretarios generales y tanto amor por el cupo por parte del PO? Porque por fuera de ellos y algunos delegados cercanos más, que en gran parte ya no trabajan, no movilizarían mucha gente más por alguna causa que no sea la propia.
Por nuestra parte, en los Encuentros sin cupo, como fue el del Posadas fuimos con más de mil trabajadores y así en cada encuentro como los que impulsamos por Lear y Madygraf. Allí o en las movilizaciones “no cuperas”.
El Partido Obrero estuvo en los momentos de mayor lucha totalmente por fuera de la vanguardia obrera. Incluso en la de Fate del 2007, donde los principales protagonistas no son los dirigentes actuales del sindicato. En ese entonces inventó la teoría de que había que hacer agitación “desde afuera”, en una interpretación extraña de Lenin. Luego, mientras el PO tuvo primacía en el FIT inventaron la teoría de la fusión de la izquierda y el movimiento obrero gracias al “ascenso electoral” de la izquierda. La “teoría” no resistió unas PASO. Después llevaron los métodos de la FUBA al movimiento obrero y adoptaron la política de la supremacía de los Secretarios Generales. Esta también durará poco, porque sin corriente obrera militante nada puede sostenerse, mucho menos en momentos como este. Ya podemos ver en las notas donde nos critican la vuelta a la vieja “teoría” de que el partido “desde afuera” agita y que el “partido es el programa” aunque no quede más que alguna gente y un papel escrito con consignas.
Amagando con la izquierda, para pegar con la derecha
Mientras se niega a juntar la mayor fuerza posible contra la política del gobierno, el PO tiene el atrevimiento de acusarnos de claudicar al kirchnerismo poniendo citas que demuestran exactamente lo contrario. Decimos que en Vicentin y en tantos otros casos, la derecha pega y el gobierno arruga. Algo no muy distinto a lo que dice el propio PO cuando ataca el gobierno, aunque con la diferencia que nosotros nos tiramos claramente contra la oposición de derecha y no sólo contra el gobierno, tal vez sea esto lo que les molesta. Pero ¿cómo se puede hacer política sin demostrar que en muchos asuntos centrales el gobierno, votado por la inmensa mayoría de los trabajadores y los pobres, retrocede incluso de medidas ultra limitadas como la de Vicentin?
El PO oficial en parte, y Altamira en todo, quiere que formemos una especie de “Grupo A”, es decir, que decidamos las tácticas parlamentarias (como dar quórum o no) sometiéndonos a la política, y a veces a los caprichos, de la oposición derechista. No compañeres. No somos parte de cualquier “oposición”, o mejor dicho, somos una oposición clasista, y en cada caso debemos definir nuestra táctica parlamentaria en función de los intereses de las grandes mayorías y no adaptándonos a las tácticas de Larreta o Macri.
[1] En la nota por ejemplo dicen: “Otra variante de esta postura fue la posición del NPA, que no denunció la fracción trotskista del PTS, que llamó a ‘ganar la calle contra Le Pen’ –la variante derechista más extrema- en el ballotage, una manera sibilina de llamar a votar por Macron –la variante ‘democrática’ de la derecha-, quien hoy es la cabeza de la ofensiva contra las masas en Francia y referente europeo de esta política”. Una mentira flagrante como puede verse en http://www.laizquierdadiario.com/Debate-con-el-NPA-frances-sobre-la-consigna-Ningun-voto-para-el-FN-y-la-logica-del-mal-menor o en http://www.laizquierdadiario.com/Ni-Le-Pen-ni-Macron-la-importancia-de-una-posicion-independiente. De tan poco serios, ni se tomaron el trabajo de buscar nuestra posición.