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Red Internacional
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UNLP / FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES. Una mirada de clase sobre la cuestión agraria

El martes pasado se llevó a cabo un debate en materia agraria entre candidatos de las distintas fuerzas políticas, organizado por la Cátedra III de Derecho Agrario de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Participaron más de 200 personas, entre ellas, estudiantes, profesores, investigadores y extensionistas.

Lunes 5 de octubre de 2015

Del mismo participaron por el PTS - FIT el candidato a Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires Christian Castillo y Luana Simioni, candidata por la intendencia de la ciudad de La Plata.

La actividad consistió en la presentación de las propuestas en materia agropecuaria de las distintas fuerzas políticas por parte de los estudiantes que cursan la asignatura Derecho Agrario -Cátedra III- en la carrera de abogacía y luego el desarrollo pormenorizado de dichas propuestas por parte de los candidatos.

En su intervención, Castillo se destacó por defender una mirada distinta de la cuestión dejando en claro desde dónde habla el Frente de Izquierda y que no son ingenuas las posturas que debaten sobre el “campo” sin dar cuenta de los distintos intereses que entran en juego. Como Diputado Provincial aportó la mayor parte de su sueldo a las distintas luchas de los trabajadores, cobrando el salario equivalente al de un docente y poniendo la banca a disposición de los intereses de los trabajadores y sectores populares.

Reproducimos abajo parte de su intervención.

“… De nuestra parte van a escuchar un diagnóstico distinto al del resto de las fuerzas políticas.

Como punto de partida, si nos ponemos a analizar a dónde va lo q viene de la renta agraria y la ganancia agraria, podemos dividirlo en 4 sectores: consumo suntuario, fuga de capitales, especulación financiera, especulación inmobiliaria.
En Argentina hay solo cuatro mil grandes propietarios que concentran la mitad de las tierras cultivables del país, es decir, el 0,01% de la población. Los mismos que concentran grandes cantidades de hectáreas a nivel nacional también son propietarios de tierras en la PBA. Por solo dar algunos ejemplos, Blaquier en Jujuy tiene 170 mil ha., en Buenos Aires posee 45 mil. Así también podemos nombrar a los Anchorena, Fortabat, etc.

Actualmente una hectárea en la zona núcleo cuesta entre 17 mil y 25 mil dólares. El valor de la propiedad de la tierra aumentó un 200% en dólares a lo largo de la última década. Un año que la rentabilidad baja y lloran. Mientras tanto, un peón rural cobra aproximadamente $6000, el equivalente al salario mínimo; y el trabajo precario y en negro varía entre el 65% y el 80% según la zona.

Ahora, si nos preguntamos cómo obtuvieron las tierras, tenemos que decir: genocidio a los pueblos originarios y grandes negociados con el Estado. Y si nos preguntamos quiénes fueron los grandes perdedores: los pueblos originarios, que actualmente viven casi como en la prehistoria, en condiciones deplorables. Es así como los sojeros y los inversores internacionales de pooles de siembra avanzaron sobre ellos, arrojándolos a la miseria.

Pero esto no es excepcional de Argentina, esto es capitalismo. La minoría se queda con la mayor parte de la ganancia y la mayoría apenas llega a fin de mes. Cuando hay un poco de crecimiento económico se puede consumir un poco más, cuando viene la crisis se pierde hasta lo poco que se había ganado, en muy poco tiempo.

O damos vuelta la situación y ponemos el mundo al derecho, porque el capitalismo pone al mundo al revés, es un sistema absolutamente irracional porque como mencionaban, nuestro país produce comida para 400 millones de personas y sin embargo vemos a niños desnutridos. Si la propiedad de la tierra sigue en manos de las oligarquías de siempre esto no va a cambiar.

Entonces hay que poner las cosas claras, el campo no es el campo. Hay clases en el campo. Está este sector que es el 0,01% de los propietarios, que es mismo que viene desde el primer censo que se realizó en Argentina y están los trabajadores que nada tiene que ver con la situación de ese sector y que apenas cobran 6000 pesos por mes. Esto nos pone en un dilema de hierro, o expresamos el interés de la mayoría de la población o seguimos haciendo que un recurso estratégico como es la producción agraria siga estando al servicio de los bolsillos de unos pocos.

Es necesario explicar que los precios agrarios se guían bajo un criterio diferente del resto de las mercancías. Las mercancías tienen su valor determinado por el trabajo socialmente necesario para producirlas, en la producción agraria no. El precio se hace por donde el coste es mayor y la diferencia en las zonas donde la productividad es más alta es lo que se llama la renta diferencial. La misma puede darse por dos motivos, por la incorporación de tecnología o por las mejores condiciones naturales, en el caso de Argentina es por los dos motivos, por lo cual es altísima. Por eso se queda con un adicional aparte enorme de la renta media y de lo que es la ganancia capitalista en la producción agraria. Y muchas veces, ganan varios porque desde la sojización, todos los pequeños propietarios arriendan sus tierras a los pooles o grandes consorcios llamados agrobusiness y gozan de una renta de ese tipo.

Distinta a la producción de principio de siglo donde el arrendatario era el productor que arrendaba la tierra al gran terrateniente. Ahora hay grandes consorcios que explotan en gran escala y, en general, el propietario alquila la tierra.

Es por esto que nosotros queremos dejar en claro qué defendemos cuando hablamos del campo, es decir, el interés de los 850 mil trabajadores rurales que ganan sueldos de miseria y que en general están en negro. Segundo, sostenemos que un recurso estratégico de la economía tiene que estar destinado a satisfacer las necesidades del pueblo trabajador.

No es necesario pedir tanta inversión desde afuera; porque mientras tanto las grandes empresas fugaron alrededor de 400 millones de dólares al exterior y en los últimos 12 años se duplicó el porcentaje de giros al exterior aún con las restricciones existentes. Hay que nacionalizar las tierras de los cuatro mil grandes propietarios.

Con solo expropiar a ellos se duplican los ingresos de la mitad más pobre de la población. Imagínense si esos millones fueran destinados a salud, vivienda, educación y obra publica, la situación de los trabajadores y las clases populares sería distinta.

Si se apuesta al capitalismo, se opta por seguir con un mecanismo en el que todas las riquezas que ingresan por un lado se van por el otro, seguimos beneficiando a los ganadores de siempre, los que ganaron con la dictadura, con la hiperinflación, con la convertibilidad, con la devaluación después de Duhalde, los que se la llevaron en pala con la década ganada y los que van a seguir ganando después de estas elecciones cuando Scioli, Macri o Massa apliquen el ajuste. Y van a seguir perdiendo los trabajadores.

Por eso, nuestra mirada es diferente, nosotros apuntamos a que el poder económico sea expropiado, que esos recursos estén en manos del pueblo trabajador y que planifiquemos democráticamente la economía.

¿Qué es el socialismo? Es sensatez. ¿Qué es el capitalismo? La irracionalidad absoluta de este sistema en el que vivimos.”