En la última sesión del Consejo Superior de la UNCO, el rector Gustavo Crisafulli, dio un informe sobre la situación de las universidades nacionales y del Comahue en particular. ¿Cómo afecta la crisis y cómo enfrentarla?
Martes 20 de agosto de 2019 21:16
El pasado jueves 15 de agosto, se llevó a cabo la última sesión del Consejo Superior de la UNCO. Además del tratamiento de temas de rutina, la misma contó con un informe del rector Gustavo Crisafulli sobre la situación económica y financiera de las universidades nacionales en general, y de la UNCO en particular.
El rector comenzó el informe diciendo que durante el mes de junio el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) compuesto por rectores de universidades públicas, anunció que el Ministerio de Educación de la Nación, no dio respuestas a la solicitud de un refuerzo presupuestario extraordinario para atender las situación de crisis financiera de las universidades.
Además anunció que por recortes del poder ejecutivo, se cancela la construcción de los edificios que ya contaban con la aprobación técnica para las facultades de Informática, Ambiente y Salud en la ciudad de Neuquén y Lenguas en Roca. Según sostuvo, la UNCo no se encuentra en condiciones para afrontar el 50% del costo, que debía ser financiado por el Estado nacional.
Producto de la corrida cambiaria del lunes y martes, la provisión de bienes y servicios del sector privado está paralizada, afectando por ejemplo la provisión de bancos para las facultades de Humanidades, Turismo y Cs. de la Educación, o equipos para la Facultad de Ciencias y Tecnología de los Alimentos, entre otras cosas. Por otro lado, sigue el retraso en la asignación del presupuesto del 2019. En agosto recién llegó el 50% de la cuota de abril.
Ante esta situación alarmante lo que propuso el rector es "trabajar con los decanos para garantizar lo básico para terminar el cuatrimestre". En este sentido, dijo que firmaron una resolución rectoral que apunta a preservar los recursos disponibles, pero no especificaron qué significa en concreto.
En otras palabras, es la administración de la miseria presupuestaria, que cada año se siente más, con edificios que se caen a pedazos, sin platos que alcancen en el comedor y con precios que se multiplicaron. Con becas insuficientes en cantidad y montos muy retrasados por la inflación, etc. En todas las facultades falta personal no-docente. Cuando trabajadoras y trabajadores no-docentes se jubilan, no se llama a concursos, impidiendo, por ejemplo, la posibilidad de hacer trámites para estudiantes que trabajan y no tienen disponibilidad horaria. Y lo mismo pasa en muchos casos con docentes.
Todo esto complica aún más la posibilidad de cursar para miles de estudiantes. La crisis golpea a la enorme mayoría de las y los estudiantes, con la inflación, tarifazos, el altísimo precio del colectivo (que obliga a muchos estudiantes a pagar de $52 hasta $200 por día según el viaje), la precarización laboral, etc. Muchos son los que abandonan por tener que trabajar. En la UNCO los últimos datos disponibles (que hace 4 años que el rector no actualiza), hablan de un 82% de deserción.
El ajuste en marcha, de la mano del gobierno de Macri, del FMI y de los gobernadores provinciales es brutal. La enorme devaluación de la semana pasada es un salto en el golpe al bolsillo y golpea duramente a las universidades. Frente a eso, la postura del rector pareciera ser similar a la del PJ y las burocracias sindicales a nivel nacional: esperar que todo mejor cuando cambie el gobierno y asuma Alberto Fernández (para quien el dólar a $60 está más que bien).
Desde En Clave Roja, en el Consejo Superior y en la presidencia del Centro de Estudiantes de Humanidades, creemos que las y los estudiantes debemos organizarnos desde cada curso y con asambleas por facultad (como la que convocamos en Humanidades para el jueves 22/08). Exigimos a las autoridades que realicen un relevamiento de la situación de las y los estudiantes, porque sabemos que con esta crisis económica aumenta la deserción estudiantil.
A su vez planteamos que realicen un informe detallado y público de la situación presupuestaria, y que el presupuesto 2020 no sea definido, como el de 2019, entre cuatro paredes y sin consulta al movimiento estudiantil y docente que, en 2018 protagonizó importantes movilizaciones contra el ajuste. El presupuesto para el 2020 debería ser discutido con estudiantes, docentes y no-docentes.
Necesitamos de la mayor unidad entre estudiantes y trabajadores de la universidad para enfrentar la crisis presupuestaria de la UNCo. Juntos tenemos que exigir a la CGT y centrales sindicales, un paro nacional de 36 horas para frenar el robo que están llevando adelante los grandes empresarios y los bancos con la devaluación y la fuga de millones de dólares. Exigimos plata para educación y no para pagar la deuda, como impone el FMI, y que nadie se quede sin poder estudiar.