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Red Internacional
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Opinion. Universidad del Comahue: la crisis golpea a las residencias universitarias

Las y los estudiantes que vivimos en las residencias universitarias de la UNCo nos vemos afectados por el ahogo presupuestario y el ataque a la educación pública. Si nos organizamos podemos enfrentar el vaciamiento, defender la universidad y dar la pelea por el aumento presupuestario que tanto necesitamos.

Viernes 24 de agosto de 2018 00:00

Ante la crítica situación presupuestaria de las universidades nacionales, vemos peligrar la continuidad de nuestros estudios como nunca antes. Sabemos perfectamente que el “hilo fino” que van a cortar primero somos nosotros.

La posibilidad de tener la beca de residencia nos facilita enormemente a una mayoría de los que somos becarios. Nos permite acceder a la educación superior ya que si tuviéramos que pagar un alquiler, que actualmente superan los $10.000, sería mucho más difícil mantenernos en Neuquén. Muchos venimos del interior de la provincia e inclusive de otras provincias para poder estudiar.

Vemos que la crisis presupuestaria en la que está inmersa nuestra universidad amenaza con llevarse puesto nuestro futuro: que nuestro comedor universitario no está en funciones, las facultades funcionan como pueden por problemas de infraestructura esenciales como la falta de gas o la enorme deserción que aunque el rector Gustavo Crisafulli no actualiza a la fecha, nosotros sabemos que es contundente porque vemos a nuestros compañeros dejar cursadas a mitad de cuatrimestre en masa.

A esto se le suman las insuficientes Becas que recibimos que rondan los $2.200 y todos los aumentos en los alimentos e impuestos que nos acorralan todos los meses.
Cabe destacar que somos una ínfima minoría quienes podemos acceder a una Beca, tanto por sus requisitos meritocráticos como por la poca cantidad que ofrecen debido al ya saqueado y bajo presupuesto universitario.

Ante el grave ahogo presupuestario y desfinanciamiento de nuestras universidades que se profundiza año tras año ¿Por qué recién ahora salen a informar al conjunto de la comunidad que el avión está en picada y en llamas? ¿Por qué los estudiantes no sabemos qué es lo que está pasando, ni estamos organizados cuando somos los principales afectados por las consecuencias de este ajuste?

La realidad de los y las estudiantes que vivimos en las residencias es cruda. El presupuesto que administra la secretaría de Bienestar no llega a cubrir el mantenimiento de las viviendas, ni su futura ampliación para que no estemos tan amontonados, menos aún la posibilidad de albergar a nuevos becarios.
Los presupuestos son vaciados y no hay respuestas. Mientras soportamos la demagogia de la actual gestión que gobierna la universidad, cuando embellecen las pocas e insuficientes becas que existen.

Dos mil doscientos pesos mensuales para comer, sacar apuntes, comprar libros y vivir. Parece una burla cuando vemos cómo la inflación nos licúa poder adquisitivo constantemente. Vemos el estado de nuestras facultades, estamos en ellas, cursamos y nos forjamos ahí. También vemos como una casta política que juega para sus propios intereses opera sobre nosotros en la universidad con total impunidad y decide el futuro de nuestras carreras.

El hecho de que mis compañeros abandonan por el desfinanciamiento es una cuestión real, no "una parte" aislada. La situación económica de los compañeros que vemos desfilar a nuestro lado y jamás llegamos a conocer es desastrosa y transversal para todos.

En mi caso particular la única ayuda que recibo es de mi madre, que es jubilada y está pasando las penurias de percibir una jubilación de miseria por la reforma previsional. Si no hubiese obtenido la residencia, hoy estaría dentro de la enorme franja de la llamada deserción.

El último dato es del año 2014 y dice que la deserción era del 82%. Para dar un ejemplo, en la facultad de economía ingresan más de 400 estudiantes. A mitad del cuatrimestre quedan 50 o menos.

Defendamos la Universidad poniendo en pie un gran movimiento estudiantil

La salida a esta crisis está en la organización y la coordinación. Soy parte de la agrupación estudiantil En Clave Roja (Independientes + Juventud del PTS) con la que venimos llevando adelante una campaña activa en defensa de la educación pública. Poniendo en debate la gravedad de la situación y planteando que la salida no va a estar en manos de una casta de funcionarios que cobran sueldos de privilegio, mientras los estudiantes recibimos las migajas.

El saqueo que están llevando adelante Macri y el FMI lo podemos enfrentar con la perspectiva de dar una salida de las y los trabajadores y estudiantes, docentes, no docentes y toda la comunidad educativa que se proponga defender la universidad pública.

Imaginémonos miles confluyendo en las calles para frenar los ataques en curso, repudiando el pago de la deuda fraudulenta y proponiendo que esa plata vaya a nuestras universidades, a educación y a la salud pública.

Tomando el ejemplo del movimiento de mujeres que copó las calles como una verdadera marea verde por el derecho al aborto legal, que impuso que el derecho a decidir sea un tema central de la agenda política. Con el Senado votando en contra este derecho para que continúen las muertes en la clandestinidad, y pese a las presiones de la Iglesia, el derecho al aborto legal es sin dudas un debate ya ganado en la sociedad que nos deja la importante lección de que los derechos se consiguen con la movilización.

Hoy en todo el país se está desarrollando una gran lucha universitaria. Pongamos en pie un gran movimiento estudiantil en la UNCo para enfrentar este ataque. Son ellos o nosotros.

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