Con el foco puesto en la crisis presupuestaria y el paro de las y los docentes de ADUNC, el próximo Consejo Superior sesionará en el Monumento a San Martín de Neuquén. ¿Qué alcance tiene la crisis y cómo defender la universidad?
Jueves 9 de agosto de 2018
En los últimos días volvió a tomar estado público la crisis presupuestaria en la Universidad Nacional del Comahue. El pasado lunes 6 de agosto se realizó una sesión especial de la Comisión de Educación en la Legislatura de Neuquén, y una conferencia de prensa conjunta en la sede de la UNCo entre la Asociación Docente de la Universidad (ADUNC), la Asociación del Personal No Docente (APUNC), la Federación estudiantil (FUC) y el Centro de Investigadores y Docentes (CEDIUNCO).
Este viernes 10 de agosto a las 10:00hs se realizará una sesión extraordinaria del Consejo Superior en el Monumento a San Martín, en Neuquén. Los sindicatos y la federación estudiantil, convocan a las 9:30hs en el playón de la Universidad para movilizar a la sesión. El rector, Gustavo Crisafulli, realiza declaraciones en los medios y alerta sobre el impacto de la demora en el giro de las partidas mensuales para gastos corrientes.
Pero, ¿de qué se trata la crisis presupuestaria en la UNCO?
Los números del presupuesto
El hecho que complicó aún más la situación financiera de la Universidad, es la sub-ejecución por parte del gobierno nacional del presupuesto para las universidades nacionales durante el 2018. Ese presupuesto, votado por Cambiemos en el Congreso, junto al PJ y el massismo, ya era insuficiente en ese momento.
El monto solicitado por el Consejo Superior de la UNCo en 2017 fue de $3.294 millones, y lo destinado tras la votación en el Congreso fueron $2.068 millones. Cada día que pasa, ese monto se reduce en términos reales por el impacto de la inflación. Cabe aclarar que en el presupuesto se estimaba una inflación anual del 10% (hoy nadie piensa que bajará del 32%) y un dólar a $19 (hoy a $28).
Pero no conforme con eso, la Secretaría de Políticas Universitarias retuvo desde febrero las partidas presupuestarias correspondientes a los gastos corrientes como servicios, becas, comedor, residencias, extensión e investigación. Tras el giro de unos $14 millones, el gobierno aún debe unos $40 millones.
La crisis estructural y el ajuste a pedido del FMI
La Universidad del Comahue fue declarada en los últimos años en “emergencia edilicia” y “emergencia presupuestaria” por las propias autoridades. Durante los últimos 3 años la UNCO, recibió cada vez menos presupuesto en relación al solicitado.
En el 2015, el Consejo Superior de la UNCo solicitó un presupuesto de alrededor de $1.500 millones para el 2016. En ese entonces, el presupuesto impulsado por el gobierno de Cristina Fernández otorgó sólo $1.200. Es decir, un 20% menos.
En el 2016, el Superior solicitó $2.500 millones para el 2017. Ya bajo el gobierno de Macri (aunque con los votos positivos de diputados de los bloques del Frente Renovador y el Frente para la Victoria), aprobaron un presupuesto que destinaría a la UNCO $1.660 millones. Un 33% menos.
El recorte sobre lo solicitado para el 2018, fue de un 37%.
El incumplimiento actual de los giros mensuales a las universidades se da en el marco de un recorte presupuestario de $3.000 millones realizado por el gobierno en el mes de marzo. En el contexto del brutal plan de ajuste fiscal acordado por Macri con el FMI, es de esperarse que la universidad sea blanco de ataques, así como lo son la educación pública en su conjunto, la salud, el sistema previsional, el empleo estatal y los subsidios a quienes menos tienen.
¿En qué impacta la crisis presupuestaria?
Todos los meses las universidades reciben el presupuesto desdoblado en dos cuotas. Una, la que se destina a pagar salarios del personal docente y no - docente. La otra, es la que se destina a gastos corrientes, es decir: servicios (luz, gas, agua), bienes de consumo, becas y bienestar estudiantil, mantenimiento, obras, etc. Esos son los $40 millones que debe el Estado nacional.
Lo primero que golpea la situación financiera actual es todo aquello que hace a la crisis estructural de la universidad. Las becas, ya insuficientes, los comedores, que ya hoy no alcanzan a cubrir la demanda o ni funcionan (como en Ciencias de la Educación y Psicología), etc. son lo que está en peligro. Si el último dato que publicó el rector al iniciar su primer mandato (en 2014) fue de un 82% de deserción, en el marco del ajuste en marcha, los tarifazos y el aumento del costo de vida, nada indicaría que fuera menor.
Por otra parte, este ahogo presupuestario profundizará la crisis edilicia, con facultades sin edificio propio, edificios sin gas, con instalaciones eléctricas en condiciones paupérrimas, aulas que se inundan, techos que se caen, etc. Las consecuencias del desfinanciamiento educativo las vimos crudamente hace pocos días, en el brutal crimen social de Moreno, donde 2 docentes perdieron la vida tras innumerables reclamos por el estado de la instalación de gas. ¿Tan distinta es la situación de la UNCO?
El desfinanciamiento tiene por objetivo ahorrar fondos para el pago de la deuda externa, pero hay algo más... Sobre la base de la Ley de Educación Superior (LES) y el avance de la CONEAU que se profundizó con la gestión kirchnerista de Crisafulli, es la fundamentación para la búsqueda del financiamiento externo. Es decir, para realizar convenios con empresas privadas, como las petroleras, que financien la universidad a cambio de que ésta acompañe cada vez más los intereses corporativos del mercado.
Hay que organizar la lucha en defensa de la universidad pública
En este cuadro se da el paro de las y los docentes universitarios la semana del 6 al 10 de agosto, ante la negativa del gobierno a realizar la paritaria. El gobierno ha realizado ofertas irrisorias y mantiene congelado el salario desde noviembre del 2017, con un ínfimo aumento del 5%, mientras la inflación se estima en un 32%. Es decir, el gobierno recortó el salario real de las y los docentes.
Ante esta situación, Crisafulli vuelve a aparecer mediáticamente denunciando el desfinanciamiento y advirtiendo (por tercer año consecutivo) que peligra el segundo cuatrimestre. Pero no hay que tener ninguna confianza en el rectorado que avaló el ajuste cuando el presupuesto nacional lo asignaba el gobierno anterior. Durante todo este tiempo, las autoridades administraron la miseria, aumentando los costos del comedor, despidiendo trabajadoras precarizadas de limpieza, etc. Y al mismo tiempo, acelerando la aplicación de las leyes menemistas impulsadas, casualmente, por el FMI y el Banco Mundial, como la LES.
Las y los estudiantes tenemos que confiar en nuestras propias fuerzas, junto a las de los docentes en paro. Hay que seguir el ejemplo del movimiento de mujeres: el camino es la lucha en las calles. Necesitamos organizar un verdadero plan de lucha nacional entre estudiantes, docentes y no docentes, para pararle la mano al ajuste de Macri y los gobernadores, dictado por el FMI. Tenemos que exigir el pago de la deuda pendiente a las universidades, un aumento inmediato del presupuesto educativo acorde a las necesidades, y respuestas ya al reclamo salarial de los docentes. Necesitamos un plan de lucha contundente para exigir plata para educación, y no para la deuda externa.
La agrupación estudiantil En Clave ROJA (Juventud del PTS + independientes) llama a todas y todos los estudiantes a organizarse en defensa de la universidad pública desde abajo, desde cada curso. La Federación Universitaria del Comahue (MILES - CEPA) y las conducciones de todos los Centros de Estudiantes, deben convocar desde ahora a asambleas en todas las unidades académicas para que las y los estudiantes puedan informarse de la situación y votar un plan de lucha. El camino es el de las asambleas inter-facultades, la unidad con las y los docentes y todos aquellos que enfrentan el ajuste en marcha.