En 1983 salió “Luchando por el metal”, hito fundacional del heavy metal en Argentina. Repasamos algunos episodios curiosos y memorables de esta banda fundamental a través de un material imperdible.
Juan Ignacio Provéndola @juaniprovendola
Sábado 1ro de septiembre de 2018
1. Dígame: Los años de trío
La formación emblemática de V8 es como las delanteras de los viejos grandes equipos: sus apellidos se recuerdan de memoria. Iorio, Civile, Rowek y Zamarbide no fueron los únicos integrantes de la banda, pero sí los que crearon y grabaron los himnos más entrañables: aquellos de Luchando por el metal (1983) y Un paso más en la batalla (1985).
Esta alineación de V8 fue la primera que grabó y coincidió en una cierta conducta de trabajo, aunque significó la depuración de una serie de intentos previos de Ricardo Iorio por consolidar la banda junto a otros compañeros.
La prehistoria del grupo incluye la figura de otro Ricardo, el Chofa Moreno, guitarrista que en cierto punto compartía con Iorio el liderazgo de un proyecto todavía en formación.
De esa época aparece este video que registra el audio de “Dígame”, una pieza más hardrockera y simpática que el estilo que dominaría al grupo en sus discos oficiales. Este demo es, a la sazón, la grabación más antigua que se tiene de V8, grupo que entonces era un trío completado con el baterista Antonio Pesadilla Colantonio y Ricardo Iorio multiplicándose en el bajo y la voz.
2. Parcas sangrientas: V8 a color para todo el país
“¡Basta de hippies, basta de llorar!, ¡Estalló el tiempo del metal!”, arrancó el grupo. Cuatro tipos embutidos en cuero y llenos de incrustaciones plateadas se movían como cyborgs por la pantalla. El programa Rock R.A. de ATC (antigua denominación de la TV Pública) transmitió en septiembre de 1982 para todo el país dos canciones de V8 a las que ni siquiera se animó a mencionar en zócalos y videographs. Es que una se llamaba “Vomitando heavy metal” y la otra “Parcas sangrientas”.
La primera es la que un año más tarde se grabó en Luchando por el metal como “Tiempos metálicos”. La otra, en cambio, mantuvo su nombre y dejó para siempre esta performance televisiva en la que Iorio termina renegando con su bajo luego de que se le soltara la correa. Su instrumento, sin embargo, siguió sonando. Es que todo era parte de un playback con cintas de demo que el grupo debió ir a buscar al estudio de grabación a último momento.
3. B.A. Rock ’82: Media hora de crudo heavy metal
Después de diez años volvía el festival Buenos Aires Rock y V8, que todavía no había grabado su primer disco, se había aquerenciado un lugar en la cartelera gracias al dato que les había pasado Pappo y a las posteriores gestiones de Pedro Leontjew.
Leontjew tenía la misma edad que los músicos, manejaba un bar en el que pasaba videoclips de canciones (algo inédito para la época) y, con mucho entusiasmo, se hizo cargo de manejar al grupo en esos años donde todo estaba por descubrirse. Bajo su gestión V8 grabó las primeras canciones en condiciones dignas, consiguió tocar con frecuencia y además obtuvo la libertad después de que todos sus integrantes fueran insólitamente detenidos unas horas por la policía en la fiesta presentación del festival.
La participación de V8 en el B.A. Rock fue furiosa e inolvidable. Ahí se ve al grupo tocando a la tarde para un grupo pequeño de fanáticos, mientras la mayoría de los asistentes los ignoraba. Para colmo, la organización decidió sobre la marcha recortarles el tiempo y allí surgió la histórica frase de Iorio: “No nos dejan tocar más, así que vamos a hacer dos temas y nos vamos. Y los hippies… ¡que se mueran!”.
Todo eso puede verse en este video imperdible de media hora filmado por el propio Leontjew.
4. Solución suicida: El registro de Iorio y Chofa Moreno
Tras su salida de V8, Chofa Moreno armó un proyecto con tres compañeros, entre ellos Hugo Benítez (primer cantante de Horcas) y Juanchi Baleirón, luego cofundador de Los Pericos. Como la relación con Iorio seguía siendo amistosa, Moreno le pidió que le escribiera algunas canciones. El grupo se llamó Letal y el bajista de V8 dejó para siempre su letra y su voz en “Solución suicida”, popularizada años más tarde por Osvaldo Civile en Horcas.
“Solución suicida” es acaso el mejor testimonio del tan mentado pero poco registrado talento de Chofa en la guitarra a través de un solo incendiario. Lamentablemente, en este video la performance es interrumpida por la aparición de la otra canción a la que Iorio reportó en Letal: “Todo normal”.
Un recuerdo para siempre de esta dupla, grabado pocos meses antes del fallecimiento de Moreno, sucedido el 20 de julio de 1984.
5. Trágico siglo: De los tiempos es el fin
A pesar de que el segundo disco Un paso más en la batalla parecía evidenciar un grupo más maduro y seguro de sí mismo, V8 inició a partir de allí una curva descendente que lo encaminaría hacia la disolución. Problemas internos, cambios de músicos y hasta la conversión al evangelismo de varios de sus miembros produjo un desgaste que lijó el potencial creativo de una banda dispuesta a mucho más de lo que dejó.
El clima espeso sobrevuela El fin de los inicuos (1986), el último disco, ya sin Rowek ni Civile y con letras dominadas por las aspiraciones religiosas de Alberto Zamarbide, Miguel Roldán y Adrián Cenci. A pesar de que el álbum tiene canciones notables, Iorio se vio disminuido en esta nueva relación de fuerzas y dejó de sentir que el proyecto le pertenecía. Finalmente V8 se separaría un año después.
El último recital se produjo el 11 de octubre de 1987 en Taiwán, pequeño boliche del barrio porteño de San Telmo. Un show conflictivo, precedido por incidentes entre parte del público que ingresó a la fuerza y un grupo desangelado, acaso consciente de que, tal como reza la última estrofa de la canción “Trágico siglo”, “Todo culmina en una ilusión”. El video pertenece al archivo fílmico de Joaquín Anmat.
6. A través de los tiempos: un motor sin su cilindro principal
En muchos aspectos el mito de V8 trascendió a la propia existencia de la banda, generándose tras su disolución un fanatismo y una referencia simbólica mucho mayor a la que el grupo gozó cuando estaba en activo.
Esto llevó, por ejemplo, a que el conjunto se rearmara casi por insistencia del publico a principios de 1996 en el marco del Metal Rock Festival. El evento incluía los grupos actuales de los ex V8 con el propósito de que los músicos luego cerraran las veladas sobre el escenario.
Y así fue. Salvo por un pequeño detalle: Ricardo Iorio rechazó la oferta y la banda se recompuso en el bajo con Miguel Roldán, quien en verdad había sido guitarrista de El fin de los inicuos tras la partida de Civile. Con esta formación inédita V8 realizó una serie de shows, grabó un disco en vivo en Obras y hasta compuso una canción nueva llamada “A través de los tiempos”, que terminó significando el primer y único videoclip oficial en la historia del grupo.
7.Lanzado al mundo hoy: Giardino conducción
Los años siguientes a la separación de V8 estuvieron plagados de especulaciones sobre posibles vueltas y, principalmente, de críticas cruzadas entre sus ex miembros. Una polémica en la que también quedó involucrado Walter Giardino, de fugaz pero intenso paso por la banda, la cual abandonó luego de terminar a los golpes con el propio Iorio en el sótano de la casa del cantante Alberto Zamarbide, donde ensayaban.
Sin embargo el tiempo calmó algunas heridas y depone posiciones que parecían irreconciliables. Y así fue como casi treinta años más tarde Giardino y Zamarbide se reencontraron en los escenarios para compartir algunas de aquellas viejas canciones.
Primero fue en agosto de 2013 en La Plata, donde el cantante apareció en un show de Rata Blanca para hacer “Chico callejero”. Pero el momento más entrañable se produjo un mes después en el Malvinas Argentinas, ocasión en la que Rata se presentó con la formación de su primer disco (que incluye a otro ex V8, el baterista Gustavo Rowek) y, en el medio, subió Zamarbide para hacer “Lanzado al mundo hoy”.
Una versión mágica y emocionante que deja en el aire un interrogante sin respuesta: ¿Qué hubiese sido de V8 si Giardino duraba más tiempo aportando su invaluable calidad artística?
8. Cautivos de un sistema: El reencuentro de Iorio y Zamarbide
Junio de 2013, barrio de Palermo. En una vieja bailanta tropical reconvertida en sala de rock Alberto Zamarbide regresaba a la Argentina para conmemorar los treinta años de Luchando por el metal. Una excusa para repasar las canciones de V8, y también para volver a verse con viejos compañeros.
Esto sucedió al final del show, cuando los rumores que circularon en la previa se cristalizaron con la aparición de Ricardo Iorio sobre el escenario. Hicieron tres canciones: comenzaron con “Muy cansado estoy”, terminaron con “Destrucción”, y en el medio ambos cantaron el que Zamarbide señaló como “el verdadero himno de V8”. Se trataba de “Cautivos de un sistema”, la única de todas las canciones grabadas a lo largo de los tres discos de V8 en la cual Iorio aportó su voz.
Al término de la canción en cuestión, mientras el público cantaba “¡V8 no murió!”, el ex bajista corrigió: “No, V8 no murió… lo mataron”. Que descanse entonces en el oído y los corazones de quienes aún se siguen conmoviendo con esas canciones urgentes y actuales.