Las vacunas de privilegio desataron una crisis política en el gobierno nacional que se extiende a la provincia. Un plan de vacunación exitoso era uno de los objetivos de la coalición gobernante para sostener la apertura económica y dar una idea de “vuelta a la normalidad”. Un plan que se empañó desde este viernes, de consecuencias todavía inciertas.
Sophia Viceconte Estudiante Terciaria | Militante del PTS-FIT Unidad
Lunes 22 de febrero de 2021 11:28
El «vacunagate» que puso al desnudo los privilegios de la casta política y los amigos del poder sacude la política nacional, y que provocó la renuncia del ministro de Salud de la Nación, tiene su correlato en la provincia. La lista de vacunados VIP menciona a los intendentes de Puerto Madryn, Trelew, Rawson y Comodoro Rivadavia entre los “privilegiados”. A esto hay que sumarle el “robo de vacunas” del Hospital Regional que terminaron en el vacunatorio VIP instalado en el sindicato de camioneros de Comodoro Rivadavia. Estos hechos muestran que el escándalo que se generó no es un problema de buenos o malos funcionarios, sino que es la forma de funcionar de un Estado, que a pesar de un discurso donde afirma que “nos cuida”, solo protege y actúa al servicio de los empresarios, la casta política y dirigentes sindicales que acceden a la vacuna, mientras millones de trabajadores y el pueblo pobre se ven impedidos de acceder a este elemental derecho: la vacunación universal.
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En Chubut, este escándalo de la vacunación VIP para intendentes, empresarios y sindicalistas choca con la cruda realidad de una provincia que ya tiene más de 51000 contagiados y 803 muertos, donde no se terminó de vacunar al personal de salud, la primera línea, no hay plan de vacunación y recién se está abriendo la inscripción para la población, además en Trelew 175 vacunas fueron desechadas por perder la cadena de frío en el mes de enero.
La vacuna contra el covid-19 es un bien codiciado y escaso en todo el mundo, producto de la irracionalidad de un capitalismo que prioriza el negociado de los grandes laboratorios por encima de la salud. En medio de una pandemia se niegan a liberar las patentes para un acceso universal a la vacuna. Esta dinámica ha desatado escándalos de vacunados VIP en distintos países. Como dice la declaración del Frente de Izquierda Unidad: “Esto sucede en la Argentina, al igual que en Perú, Chile y otros países mientras la población trabajadora de estas naciones sufren las consecuencias de la pandemia sin perspectiva de una vacuna en el corto plazo”.
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La composición de todas esas listas es transversalmente de clase. Poder político y poder económico de Estados capitalistas que están constituidos sobre antagonismos de clase irreconciliables. Aquí y allá los nombres son más que nombres, exceden el problema de “funcionarios que no funcionan”. Son la expresión de una clase social que se repite como minoría privilegiada sostenida por el estado mientras las mayorías trabajadoras son condenadas a padecer las consecuencias de su irracionalidad. Esta es la base constitutiva de estos Estados, que se divorcian cada vez más de la mayoría de la sociedad. Esa separación de la casta política hoy se agranda, luego de más de un año de “administrar” una pandemia garantizando que los ricos se hagan más ricos y los pobres más pobres (y que además se lleven las peores consecuencias de la crisis sanitaria).
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Como manifestó Christian Castillo dirigente nacional del Frente de Izquierda: “esto es un golpe a un discurso gubernamental que pretendía que estaba antes que nada el interés de la población, que "nos salvamos entre todos" y acá al menos se ve la conducta de varios funcionarios que han hecho primar esto. Pero insisto, también se ha visto en municipios y en otras provincias, como en Santa Cruz, en Henderson, en el caso de la provincia de Buenos Aires, y seguramente veremos otros casos en estos días, porque es un fenómeno generalizado que no se detiene acá más allá de que ahora haya saltado este caso. También lo que tiene que ver es la forma en la cual se están generando las vacunas, a partir de grandes laboratorios que están haciendo enormes ganancias. Pfizer va a ganar U$S 15.000 millones este año y calcula que U$S 50.000 millones el año que viene. AztraZeneca también ha tenido ganancias extraordinarias. Entre los laboratorios y los Estados con capacidad de producción hacen negocios mientras la población mundial pasa meses antes de vacunarse más allá de que esto podría hacerse liberando las patentes y permitiendo que se fabriquen las vacunas en numerosos países donde no se puede hacer porque no están los acuerdos. Este es un punto central, porque vemos funcionarios que se benefician y grandes negocios capitalistas mientras la población sigue siendo víctima del coronavirus”.
Por esto, desde la izquierda proponemos la liberación absoluta de las patentes y la centralización del sistema de salud, incluyendo a los laboratorios, juntando tanto los recursos del sector público y privado para empezar la producción inmediatamente, en acuerdo con los países latinoamericanos y que mientras tanto, el plan de salud sea controlado por organizaciones de los trabajadores y trabajadoras del sector de salud para que haya un control popular y estricto del plan de vacunación y que no haya el mínimo privilegio para nadie.