Este 13 de noviembre también está convocada una nueva jornada de paralización, frente a la hipócrita respuesta del Gobierno hacia las y los trabajadores de la salud, mandándole aplausos mientras colapsan los servicios públicos y se mantienen las condiciones de precariedad.
Viernes 13 de noviembre de 2020
A un año de la huelga general del pasado 12 de noviembre, las y los trabajadores del sector público de la salud convocaron a un paro, tanto en Valparaíso como a nivel nacional, por mejores condiciones laborales, bonificaciones y por el aumento del presupuesto, pues el Gobierno anunció un mísero aumento de $162 de aporte per cápita por persona a la salud pública.
A su vez, salieron a exigir la libertad de las y los presos políticos de la revuelta y del pueblo mapuche.
Este jueves fueron cientos de trabajadoras y trabajadores de la salud quienes salieron a las calles de Valparaíso y Viña del Mar, después de meses de estar en primera línea de combate contra el covid-19, con turnos dobles y precarización laboral, para demostrar su descontento frente al reajuste miserable de $162 pesos por persona planteado por el gobierno de Sebastián Piñera. Esto, mientras que las instituciones como Carabineros y las Fuerzas Armadas siguen teniendo presupuestos y bonos millonarios para seguir reprimiendo a quienes se movilizan para derribar todos y cada uno de los pilares de la dictadura.
A su vez, asistieron diferentes organizaciones territoriales y sindicales que se sumaron a las exigencias de las y los trabajadores de la salud, mientras se levantaban lienzos y cánticos por la libertad de las y los presos políticos de la revuelta y del pueblo mapuche. Una de las organizaciones sindicales que se encontraba dentro de la movilización fue la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), organismo que, por responsabilidad de sus dirigencias, ha sido fuertemente cuestionado por su ausencia dentro de los diferentes conflictos de trabajadores que se vienen dando desde el año pasado, dejando pasar incluso la ley de “protección del empleo” que dejó a más de 1 millón de trabajadoras y trabajadores entre la suspensión y el despido. La dirección del organismo está a cargo de Bárbara Figueroa, militante del PC, quien en una entrevista de la Red dijo que “la CUT no ha buscado ni buscará nunca representar a un mundo que es diverso e inorgánico”, para así justificar la ausencia de la CUT en los diferentes conflictos, y a su dirección claudicante frente a las movilizaciones que se han venido desarrollando durante los últimos meses.
Sabemos que las perspectivas de las dirigencias conciliadoras de la CUT, no son luchar por levantar una gran huelga general para retomar las luchas de octubre y echar a Piñera, pero es necesario que tanto sectores de trabajadores, mujeres y la juventud le exijamos tanto a la CUT, como a los grandes organismos sindicales y estudiantiles que convoquen a un gran paro nacional para terminar con la salud y educación de mercado, por no más despidos, ni AFP, por la libertad de todos los presos políticos de la rebelión y para que la crisis la paguen los empresarios, para sacar a Piñera y seguir en la lucha para conquistar una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana para acabar con las miserias heredadas de la dictadura.