¿El avance del ajuste puede tomar por sorpresa al dirigente del gremio de la alimentación? Es tan cómplice con su tregua como el resto de la conducción de las centrales sindicales.
Jueves 12 de noviembre de 2020 18:21
Foto: STIA
Rodolfo Daer, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Industrias de Alimentación (STIA), se refirió a las medidas de ajuste que el Gobierno viene impulsando, ante la total pasividad de la CGT y de la conducción burocrática de la mayoría de los sindicatos del país. En diálogo con FM La Patriada, dijo que "si hablamos de la reunión de ayer con la CGT, no nos podemos enterar por los diarios que hay un ajuste".
"Macri fundió el país, pero las correcciones se tienen que hacer en un marco de consenso", agregó el burócrata sindical. Su principal preocupación, como se ve, no es que el sentido de la flecha económica vaya hacia el ajuste, sino la participación de él y los suyos en las negociaciones para implementarlas.
Julio Tévez, trabajador de Kraft-Mondelez, referente de la Agrupación Bordó de la Alimentación y del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC), sostuvo que "se entera del ajuste por los medios porque hace casi 40 años que no sabe lo que es trabajar en una fábrica. Es un burócrata que vive como un millonario que gana como 500 lucas por mes, entre el sueldo del STIA y de la Federación, obviamente que del ajuste se entera por los medios porque él no lo vive".
El gobierno de Alberto Fernández da anuncios en materia económica y social que su ministro Martín Guzmán se complace en informar al FMI. "En las últimas semanas y tras la famosa carta de Cristina Kirchner, el oficialismo avanzó con la represión en Guernica, se dio media sanción al presupuesto de ajuste que elimina el IFE y disminuye partidas de salud y educación, anunció una nueva fórmula de movilidad que perjudicará a millones de jubilados, se reunió con Héctor Magnetto de Clarín, Paolo Rocca de Techint y otros grandes empresarios, emitió deuda a favor de los especuladores y finalmente anunció que pedirá al FMI un acuerdo de facilidades extendidas que implica más ajustes y reformas estructurales", informó recientemente este diario. Tan marcado es el ajuste, que hasta la CGT tuvo que salir, este martes, a manifestar tibiamente su "descontento" con un comunicado.
En este contexto, el líder alimenticio pronunció sus quejas por no haber sido anoticiado antes de tales medidas de ajuste. Sin embargo, ¿puede tomarlo tan por sorpresa esta política contra la clase trabajadora? Desde que comenzó la gestión actual es claro que las promesas de campaña fueron eso, simples promesas. Lo de empezar por "los más débiles" no fue así. En línea con el comunicado emitido por la CGT, en el que manifestaba su preocupación por la eliminación de políticas de ayuda social y de asistencia para el pago de salarios, como el IFE y la ATP, Daer solicitó que se revisaran estas medidas y que se atacara al sector financiero. Nada más lejos de las intenciones oficiales. Lo demuestra el hecho de que el Frente de Todos jamás tocó a los bancos. De hecho, mientras jubilados y jubiladas pierden, la banca privada ganó 103.000 millones de pesos hasta julio.
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Las prioridades del Gobierno siempre fueron pagar la deuda externa ilegítima y preservar las ganancias empresarias, en detrimento de las condiciones de vida del pueblo pobre y trabajador. Incluso con la pandemia, sostuvo esta orientación. Las jubilaciones vienen siendo la variable de ajuste. La asistencia social otorgada para el sector informal, el IFE que Guzmán ya anunció que no se volverá a pagar, no alcanza más que para la supervivencia. El poder adquisitivo de los salarios viene siendo pulverizado y pierde por afano con la inflación. La mayor sumisión del país al FMI a través de un nuevo acuerdo de "facilidades extendidas" amenaza con profundizar esta senda.
La dirección burocrática de las centrales sindicales, mantuvo durante este Gobierno la misma tregua que le dio a Macri. Muchachos coherentes. Siguen sin hacer nada más que reuniones y amenazas mientras, tal como hizo Daer en la entrevista, respaldan firmemente el proyecto político de Alberto Fernández y dejan claro que forman parte del Frente de Todos.
En otro momento de la entrevista, Daer se refirió a la discusión paritaria de su sector. "Estamos en paritarias, si no hay acuerdo la semana que viene vamos a medidas de fuerza", afirmó el referente gremial. Luego adelantó que la medida de fuerza consistiría en una marcha en vehículos a la sede de la cámara empresaria una vez que se termine la conciliación obligatoria, el día lunes 16 de noviembre.
"Nuestro gremio, con muchos cuidados, bronca, miedo, pero las compañeras y compañeros van a trabajar. La primera recomposición salarial, mayo – junio, fueron ínfimos", aseguró. Vale aclarar que esas recomposiciones ínfimas, no podrían haber pasado así como así de no ser por la pasividad de las conducciones sindicales.
Habla como si esos ajustes en los salarios pasaran como por arte de magia. Pero el jueves 16 de julio las Cámaras Empresariales y la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA), cerraron un acuerdo paritario que congeló los aumentos salariales hasta septiembre, a cambio de una suma de $6000 por única vez.
"Nosotros como parte del sindicalismo combativo reclamamos aumento de 40 % ya, cláusula gatillo y bono de 50 mil. Además peleamos por la efectivización de contratados y contratadas y asambleas en todo el gremio para votar un plan de lucha para lograrlo", agregó Tévez de la Agrupación Bordó.
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En las declaraciones Daer manifestó que el sindicato aceptó un acuerdo mínimo cuando la actividad se encontraba paralizada, pero remarcó que es "insostenible” que no hayan aumentos salariales con las industrias funcionando plenamente. Lo insostenible es la versión de que empresas con ganancias millonarias como las grandes alimenticias tengan problemas para afrontar el pago de los salarios.
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Además, en el gremio de la alimentación las fábricas pudieron seguir en funciones declarándose como parte de las actividades esenciales, aunque fuesen fábricas de golosinas. Expusieron a trabajadores y trabajadoras de la alimentación solo para seguir vendiendo chocolates.
"Ahora las fábricas están trabajando bastante bien, en muchos lugares horas extras, no puede ser que el aumento que estamos reclamando no sea equiparable con la inflación al mes de diciembre", agregó.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario