Durante los meses de febrero y marzo de este año, más de 450 trabajadores y estudiantes, cuadros y dirigentes del PTS se dieron cita en Ciudad de Buenos Aires, zona Norte y zona Sur de GBA, La Plata, Rosario, Córdoba, y Tucumán para discutir conceptos claves del primer tomo de El Capital.
En un hecho inédito en décadas, más de 450 militantes se reunieron en distintos lugares del país para debatir El Capital. Fueron en todos los casos jornadas de intercambio intenso, con múltiples intervenciones que permitieron abordar en profundidad las grandes cuestiones que Marx plantea en las primeras tres secciones de El capital.
Acá presentamos las primeras intervenciones del seminario realizado en Ciudad de Buenos Aires, en el Hotel Bauen. El primer día del curso estuvo dedicado casi en su totalidad a la discusión sobre el método de El Capital. Se buscó poner de manifiesto que hablar del método de El Capital significa a decir verdad, hablar de su objeto. Se abordaron desde este ángulo los límites de la economía política clásica, y más específicamente de David Ricardo, para avanzar en la definición de qué es lo que el modo capitalista de producción tiene de completamente original. Apelando al extraordinario prólogo de Engels al segundo tomo de El Capital, se señalaron los principales escollos con los que chocó el barco de la economía política clásica hacia 1830.
Se señaló que Marx fue original por ser el primero en superar dialécticamente esos obstáculos que eran nada más ni nada menos que el del plusvalor y el de la ganancia. Marx fue pionero en el terreno de la economía política al comprender no solo la diferencia entre la forma en que las mercancías se producen y el modo particular en que ese proceso se pone de manifiesto en la esfera de la circulación, sino que fue capaz de entender las múltiples mediaciones que se establecen entre ambas esferas. Como él mismo dice, no es que la economía política clásica no haya entendido que había una diferencia entre la forma y el contenido, solo que no fue capaz de comprender por qué un contenido dado se ponía de manifiesto bajo esas formas determinadas. Esto significa decir que la economía política clásica, aún cuando hizo grandes avances, no llegó a comprender los verdaderos mecanismos de la realidad.
Criticando a la economía política clásica, Marx rescató la teoría del valor, del plusvalor y de la ganancia y por decirlo de algún modo, les dio larga vida. A través de la distinción entre la esfera de la producción y la de la circulación (que hasta cierto punto se pueden asociar a forma y contenido) demostró la manera en que el plusvalor se producía y cómo se ponía de manifiesto en la ganancia. Demostró así la norma del modo de producción capitalista y con ello, como dice Ernest Mandel, otorgó un fundamento científico a la teoría de la revolución proletaria. Por el contrario el barco de la economía política clásica –coincidiendo con la situación de una clase burguesa que perdía la relativa frescura de su juventud– naufragó dando origen a una teoría económica de los “fenómenos” a la que Marx denominó economía vulgar, clara antecesora del actual mainstream.
Partiendo de estos fundamentos, se hicieron jugar a través de la participación y discusión de los presentes, los más conocidos elementos como el método de ascenso de lo abstracto a lo concreto, método de exposición e investigación, aspectos lógicos e históricos en la obra, la estructura de El Capital en su conjunto y la relación entre el capital en general y la multiplicidad de capitales. Se utilizaron para la fundamentación de esta parte textos de Ernest Mandel, Karel Kosik, Jindrick Zeleny, Roman Rosdolsky, capítulos de los Grundrisse, prólogos de Marx y Engels, entre otros.
Luego y en el transcurso de los días subsiguientes, a través de exposiciones y una gran cantidad de intervenciones de los presentes, se fueron abordando y discutiendo los cuatro apartados del Capítulo I, “La mercancía”, con especial énfasis en los problemas que hacen a la forma de valor y el fetichismo. Se intentó en todo momento poner de relieve la conexión entre el texto y la jerarquía que Marx otorga a los problemas de forma y contenido, tal como se trató el primer día.
El capítulo II, “El proceso del intercambio” y, en particular el complejísimo capítulo III, “El dinero o la circulación de mercancías”, fueron expuestos en sus contenidos fundamentales y con lujo de detalles. Interactuando con las preguntas e intervenciones de los presentes, se buscó a la vez poner de manifiesto que en el distanciamiento progresivo entre la forma de dinero y el valor –a partir del cual Marx formula por primera vez en la obra la posibilidad de las crisis–, se pueden encontrar valiosísimas herramientas para pensar las complejas condiciones actuales de existencia del modo de producción capitalista.
Luego de exponer los ejes fundamentales del capítulo IV, “La transformación del dinero en capital”, durante el último día se inició el cierre del curso intentando retomar más explícitamente los problemas expuestos en la introducción metodológica y la solución aportada por Marx.
Con este espíritu de volver al punto inicial a través de su resolución, se expuso en detalle el capítulo V, “Proceso de trabajo y proceso de valorización”, se realizó un breve recorrido señalando elementos claves de los capítulos VI, VII, VIII y IX, para terminar con una exposición sobre el capítulo X, “Concepto del plusvalor relativo”.
Entre preguntas y exposiciones se señaló el modo a través del cual, tanto en el capítulo V como en toda la sección sobre el plusvalor absoluto, apelando a la diferencia entre esfera de la producción y la esfera de la circulación y las cuestiones de forma y contenido, Marx resuelve el problema del plusvalor entendiendo que el obrero no vende su “trabajo” como creía Ricardo, sino una mercancía muy particular que es su “fuerza de trabajo”. Tras la intervención de los presentes que se suscitó luego de la exposición sobre los movimientos fundamentales que hace Marx cuando expone la plusvalía relativa, se buscó demostrar cómo Marx a esa altura de la obra ya se empieza a topar con elementos de mayor “concreción” apelando reiteradamente a problemas que se resolverán recién en el Tomo III de El Capital.
En este marco y a la vez que entre las intervenciones de la mesa y los presentes, se introdujeron algunos elementos que excedían el nivel de abstracción de los capítulos abordados, se buscó dejar en claro que para avanzar científicamente sobre este problema era indispensable continuar la lectura de la obra. Se expuso como idea general el concepto de que también la relación entre la esfera de la circulación y la esfera de la producción, entre forma y contenido, entre esencia y apariencia, está en la base de la demostración de Marx de que la única fuente de la ganancia capitalista es el plusvalor aunque esto no se exprese –no se manifieste– de manera directa en la realidad tal cual como se nos aparece.
En el resto de los seminarios y durante las distintas jornadas de discusión, también se desarrollaron estos temas de alta complejidad con similar participación activa de los presentes. Vale la pena resaltar la asistencia a estos cursos de montones de trabajadores de la alimentación, metalmecánicos, del neumático, de aguas gaseosas, jaboneros, trabajadores de la salud, docentes y estatales, así como estudiantes terciarios y universitarios.
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