En tiempos de cuarentena, la Dirección de Salud Mental de la provincia busca cerrar el Equipo de Atención Comunitaria de Villa El Libertador. Desde La Izquierda Diario seguimos reflejando las denuncias y reclamos que diferentes trabajadores realizan en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Lunes 6 de abril de 2020 17:15
Este Centro de atención comunitaria está en Villa El Libertador, un populoso barrio de Córdoba capital. Habitualmente atiende casos ligados al deterioro de las condiciones de vida debido a los hundimientos de las casas por el sistema de cloacas, de consumos problemáticos de sustancias, de violencia de género y de todo otro tipo de situaciones. En los últimos días, ha registrado un significativo aumento de la demanda de atención.
En ese marco, profesionales integrantes del Equipo de Salud Mental denuncian el desmantelamiento del espacio y sostienen que "no pueden cerrar sus puertas". Asimismo señalan que este cierre se anunció luego de que reclamaran por mejoras en las condiciones sanitarias para poder desempeñar sus tareas.
Desde que comenzó la cuarentena debieran disponer de un servicio de limpieza en el lugar de trabajo, contar con insumos como barbijos, guantes, alcohol en gel, y un teléfono para comunicarse con las y los pacientes.
La respuesta del Estado fue desoir los pedidos, a lo que se sumó el traslado de tres profesionales y el consecuente cierre del espacio, anunciado el pasado 2 de abril.
Nora Galán, Flavia Rivero e Isabel Mamani, profesionales que trabajan en el lugar, difundieron la situación, a través de un comunicado que circuló en las redes sociales:
“Fuimos citadas por las coordinadoras del Área de Atención Comunitaria, Verónica Farris y Adriana Sanchez, donde recibimos una notificación de traslado. Dicho traslado, aparentemente por disposición del Ministro de Salud, firmado por la Directora de Salud Mental, Lic. Guidetti, se hace al Centro Salud 42 de Barrio Comercial para Nora Galán e Isabel Mamani y a Casa del Joven para Flavia Rivero. La extensión del Centro Infanto Juvenil que se desempeñaba en nuestra sede, a cargo de Cristina Tinnacher y Virginia García, desconocemos el destino, al igual que el del Dr Gorga, psiquiatra que se encuentra actualmente de licencia".
Explicaron, "desarman el equipo haciendo casi imposible continuar con el trabajo asistencial y de promoción ya que los destinos asignados no corresponden a nuestra área programática. El Centro de Salud 42 dista más de 30 cuadras de nuestra sede actual y la Casa del Joven a kilómetros de distancia. Todo esto fundamentado en que, por la situación de pandemia y al no poder resolver la limpieza de la sede, debe desarmar el equipo y trasladar a lxs profesionales. Es decir que, en plena pandemia, se deja sin atención de salud mental a un área de una población estimada en más de 100.000 habitantes. Aparentemente resulta menos costoso sacar a los profesionales del lugar que gestionar la limpieza del mismo (con las normas de bio seguridad correspondientes)”.
«Aparentemente» resulta menos costoso sacar a los profesionales del lugar que gestionar la limpieza del mismo.»
Agregaron que “también nos retuvieron las llaves del inmueble sin darnos la posibilidad de retirar los elementos mínimos para realizar nuestro trabajo, como historias clínicas de lxs usuarixs, material de librería, bibliografía, etc. además de objetos personales y muebles propios. Cabe recordar que el Equipo se formó y asentó en este barrio en el año 1985. Junto con el de Barrio Maldonado fueron los que impulsaron la creación y conformación del Área de Atención Comunitaria. Desarrollamos las actividades en la sede de Tilcara 1428 desde el año 2001, con una amplia trayectoria de inserción comunitaria e institucional. Lamentamos profundamente esta medida arbitraria, que no responden a un criterio sanitario claro, que lejos de llevar tranquilidad a la población, garantizar el acceso al servicio de salud y sostener a quiénes sostienen, acarrean angustia y malestar. Son tiempos de cuidado, de minimizar los daños, de sostener y reforzar el trabajo en territorios donde la población está afectada por múltiples necesidades previas a la situación de emergencia. Estas acciones lejos de contribuir con este objetivo, constituyen una muestra de violencia institucional”.
El apoyo de vecinas y vecinos
Mientras estas noticias se conocían, el apoyo de diferentes profesionales de la zona y de las y los vecinos no se hizo esperar, reflejando la importancia del trabajo que realizan.
Estos son algunos de los testimonios de vecinas, vecinos y profesionales del barrio:
“Soy médica, doy fe de la enorme tarea que desde hace mucho tiempo lleva adelante el Equipo de Atención Comunitaria ... este equipo, al igual que los otros pocos equipos de salud mental del territorio realiza con mucho compromiso y profesionalismo una tarea extremadamente imprescindible. Es necesario que esta decisión se revierta, de no ser así significará una desprotección más, en un momento de crisis, para una comunidad con sobradas necesidades”.
Una vecina y persona asistida en el barrio, contó: “soy madre de un joven y asistimos al centro de salud mental que funciona en la calle Tilcara del barrio Villa El Libertador. Mi hijo, quién padece grandes problemas, se siente muy contenido al igual que yo por las licenciadas Nora Galán e Isabel Mamani, que nos asisten cada semana, sólo quiero que me digan ¿quién se hace responsable de la salud de mí hijo? ¿O acaso por no contar con los medios económicos no merecemos contar con un centro de salud? ¿Por qué? ¿Con qué derecho? Yo, una mujer que ha sufrido violencia, y trata de salvar a sus hijos de todo lo vivido, de repente aparece alguien y le dice qué no! ¿Porque les queda cómodo decidir por gente de bajos recursos, y sin derecho a tener nada? ¿Saben?.
«No tenemos contención ante las cloacas, no tenemos contención de salud, no tenemos contención edilicia, nos están sacando todo. No me matará el coronavirus, pero si esta política que están haciendo.» Vecina
Con visible indignación continuo, "acá en esta zona abundan los problemas, (violencia, drogadicción, intentos de suicidios, económicos, cloacas, etc.) pero claro, somos de la periferia, gente ignorante, pobre y sin derecho a nada, que le dan y le quitan según el responsable de turno, y no ven que acá hay personas que pensaron en dejar de vivir, si!!. Por último agregó “no tenemos contención ante las cloacas, no tenemos contención de salud, no tenemos contención edilicia, nos están sacando todo. No me matará el coronavirus, pero si esta política que están haciendo”.
Por su parte, un psicólogo que participa en el barrio agregó: “es lamentable que pasen estas cosas. Nada justifica un destrato y desconocer la experiencia de este equipo que hace muchos años trabaja en la villa. Hemos ido acompañando como pudimos (aunque sabemos que hace falta más…) a lxs vecinos afectados por las cloacas (además de a otrxs), participamos de asambleas y acciones que se fueron haciendo. ... Se equivocaron quienes decidieron esto, a mi modesto entender. Tampoco miden los efectos en lxs trabajdores (no son de palo). ¿Tanto costaba limpiar el lugar? Un abrazo a las compañeras y seguro que esto no cambiará en nada su compromiso con el barrio y la zona. Esto no parará nuestra convicción de la mejor salud mental para Villa El Libertador”.