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Red Internacional
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OPINIÓN. Violencia contra las mujeres y medios de comunicación de masas

Nuevo Informe ante la ONU sobre la violencia hacia las mujeres en los medios de comunicación.

Virginia Gómez

Virginia Gómez @mavirginiagomez

Miércoles 2 de noviembre de 2016

Fotografía: Otro Viento

Por estos días se desarrolla un debate en el Comité de Naciones Unidas sobre la situación de las mujeres en la Argentina, que incluye un informe sobre el tratamiento de los medios de comunicación sobre la temática. Para tal fin el Observatorio de la discriminación en radio y TV, presentó un informe elaborado en noviembre de 2015. El mismo fue confeccionado por el AFSCA, el Consejo Nacional de las Mujeres y el INADI.

El informe pretende “conocer, mediante un exhaustivo relevamiento, qué tipo de discursos discriminatorios y/o estigmatizantes circulan a diario en la TV de aire”. Para tal fin un equipo interdisciplinario “relevó programas informativos, políticos o de opinión; de espectáculo; infantiles; talk y reality shows; de ficción y de deportes durante una semana completa del mes de junio de 2015”. No olvidemos que se realizó en el marco de la concentración del 3 de junio convocado vía redes sociales por el Colectivo #NiUnaMenos, integrado mayoritariamente por trabajadoras de prensa de distintos medios de comunicación.

El informe llama la atención sobre la “alarmante frecuencia con la que transcurren discursos que, desde el lenguaje audiovisual, cercenan los derechos de diversos grupos sociales a través de representaciones que los menoscaban, invisibilizan o ridiculizan”.

Medios para reproducir la violencia

Como metodología el informe realizó un relevamiento de los contenidos de programación de 5 canales de aires incluyendo los fines de semana, y exceptuando el análisis específico de publicidad.

Ya la introducción del informe adelante como el monitoreo focalizado en TV muestra que la discriminación puede tomar diferentes formas: invisibilización, ridiculización, denigración, cosificación, estereotipación, entre otras. Y que cuando se realiza este tipo de abordajes, se refuerzan ideas negativas y estigmatizantes y se retroalimentan prácticas discriminatorias hacia los colectivos vulnerados, en este caso particular hacia las mujeres.

Quienes confeccionaron el informe, resaltan el Art. 70 de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, partiendo de la Ley 23.592 de Actos Discriminatorios, que establece que la programación de los servicios “deberá evitar contenidos que promuevan o inciten tratos discriminatorios basados en la raza, el color, el sexo, la orientación sexual, el idioma, la religión, las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición económica, el nacimiento, el aspecto físico, la presencia de discapacidades o que menoscaben la dignidad humana o induzcan a comportamientos perjudiciales para el ambiente o para la salud de las personas y la integridad de los niños, niñas y adolescentes”. Toda una declaración de intenciones que se encuentra lejos de la realidad.

El Informe demuestra cómo “la violencia contra las mujeres es el eje de discriminación que alcanzó mayor visibilización durante la semana monitoreada, abarcando el 55,5% de los registros” (sobre una muestra de 191 casos).

Alcanza su punto máximo el miércoles 3 de junio de 2015, con el 22,5 %, día en que se realizó la concentración conocida como #NiUnaMenos aunque, paradójicamente, el 14,1% de estas tematizaciones son discriminatorias y, entre éstas, el más alto porcentaje refiere a violencia contra las mujeres (11%). El Informe también destaca que en donde se encuentran la mayor cantidad de abordajes ligados a la discriminación fueron producciones de ficción. Y que este tipo de discriminación está directamente asociada con los modelos de belleza hegemónicos, tanto en lo relativo a varones como mujeres, en cualquiera de los ámbitos de la vida y, justamente, son reproducidos desde la televisión en forma constante.

Del total de los registros sobre violencia hacia las mujeres, el 25% han sido abordajes positivos, por ser inclusivos y no discriminatorios, según el Informe; el 27% han tenido aspectos positivos y negativos; y el 48% han sido completamente discriminatorios y alejados de toda perspectiva de género o de derechos. Inclusive alerta cómo, incluso en valoraciones positiva, se usan imágenes, infografías y/o musicalización espectacularizantes y morbosas.

Dentro de este panorama general, hay un dato significativo. En comparación con otros periodos, se desprende de la investigación que la concentración del 3J de 2015, “generó un ambiente propicio para ofrecer un servicio de difusión de recursos útiles para las mujeres”, por el impacto de la convocatoria y la participación de cientos de miles de mujeres en todo el país, y sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires, que atrae más la mirada de los canales de televisión por ser el centro político del país.

Sin perder de vista, que más allá de aquella coyuntura, la violencia contra las mujeres ocupa el primer espacio en las pantallas de TV en lo que respecta a la “representación negativa de los grupos vulnerabilizados”. Las mujeres que transitan situaciones de violencia “siguen analizándose como hechos aislados, individualizados, como un destino anunciado para que se produzca tal fatalidad en lugar de ver las causas profundas que constituyen el entramado de este problema social”.

Intenciones estratégicas

En términos de Rita Segato, antropóloga argentina, los medios masivos de comunicación son los maestros de la “pedagogía de la crueldad”, donde la reproducción constante de este tipo de representaciones impide la empatía entre las personas, lo que dificulta la identificación entre pares y las posibilidades de desarrollar lazos de solidaridad, o tendencias hacia vínculos comunitarios y colectivistas. Desde este punto de vista, cumplen un rol destacado en la reproducción de las estructuras de poder de la sociedad capitalista y patriarcal, en la degradación de las relaciones parentales y vinculares entre personas, empezando por los que se dan en la familia nuclear tradicional, donde las mujeres carecemos de autonomía material y espiritual (subjetiva). Como sutilmente los define Segato en una entrevista en Página 12 (29/5/2016), los medios de comunicación de masas son en la actualidad el “brazo ideológico de la estrategia de la crueldad”.

Privados o públicos y gubernamentales, estos medios son funcionales a la reproducción de un orden social, donde los femicidios, como “crímenes sociales”, son hoy por hoy uno de los principales flagelos que hartan a las mujeres y las empujan a los estallidos y la acción. Expresada en movilizaciones locales o nacionales masivas o paros en los lugares de trabajo y jornadas en los de estudio, como secundarios, terciarios y universidades.

Merece ser también tema de análisis también, en otros artículos, el rol del Colectivo de periodistas #NiUnaMenos y de las redes sociales, ante este fenómeno profundo. Como también otro aspecto novedoso, sobre todo luego de la masiva movilización del 19O, donde las prensas escritas se erigen como prensas partidarias de distintas alas de las que actúan dentro del fenómeno. Desde las periodistas del Colectivo #NiUnaMenos, que son en muchos casos militantes políticas aunque no sea de público conocimiento, expresión esto último de cierta crisis de las instituciones tradicionales de “representación” (partidos patronales, sindicatos, etc). Como el rol de los “editorialistas” de diarios como La Nación y Página 12, por dar solo dos ejemplos, que expresan las políticas ya sea del gobierno de Cambiemos o del kirchnerismo-peronismo en la oposición, en disputa por el contenido y perspectiva del fenómeno. Utilizando sus prensas escritas para intervenir en lo que se empieza a preconfigurar como los contornos de un nuevo movimiento de masas inédito e histórico en la Argentina.

Desafíos

La Izquierda Diario, ante esta situación, rescata la experiencia de la prensa leninista, como organizador colectivo. Una herramienta que exprese las experiencias más avanzadas del fenómeno, como el paro decidido en asamblea en la multinacional Pepsico. Como el surgimiento de comisiones de mujeres en los lugares de trabajo y estudio. Alentando como proponemos las militantes de Pan y Rosas, la organización independiente del Estado, de los partidos tradicionales y de la jerarquía eclesiástica que tienen responsabilidad política sobre nuestros padecimientos. Un arma a disposición de favorecer la movilización de las mujeres, para conquistar la creación de un plan integral contra la violencia que padecen, en base al aumento del presupuesto, obteniendo el dinero necesario con impuestos progresivos a las grandes fortunas, como propone el proyecto de ley de los diputados Myriam Bregman y Nicolás del Caño del Frente de Izquierda, que fue replicado en distintas legislaturas provinciales donde tenemos representación.

Pero también, La Izquierda Diario es parte de “nuestro brazo ideológico”, para demostrar que las mujeres, los trabajadores y jóvenes que se suman al grito de #NiUnaMenos, no empezamos de cero. Rescatando las experiencias más avanzadas de quienes se propusieron en el pasado tomar el cielo por asalto, dejándonos valiosos aportes y conclusiones que es tarea nuestra retomar, en clave creativa. Para poder responder a los nuevos interrogantes que se nos presentan, y superar las encrucijadas del futuro.

Un diario, una herramienta, una voz que encarna miles de voces insurrectas, con páginas abiertas para que sean escritas por esas miles de nuevas protagonistas, cronistas de sus propias vidas. Ellos tienen su “Estado mayor”, basado en la sofisticación que le permite el uso de la concentración de sus riquezas. Nosotros y nosotras, a fuerza de la unidad colectiva de miles, estamos construyendo, humildemente, el nuestro.

En los artículos publicados en La Izquierda Diario sobre periodismo con perspectiva de género, hemos trazado los lineamientos generales de una primera aproximación de la cuestión desde un punto de vista de izquierda.

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Virginia Gómez

Nació en Buenos Aires en 1982. Es Licenciada y Profesora en Enseñanza Media y Superior en Ciencia Política (UBA). Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.

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