En los últimos años han aumentado las solicitudes de refugio de migrantes por situaciones de violencia.
Joss Espinosa @Joss_font
Miércoles 22 de junio de 2022 10:09
Un comunicado del Museo Nacional de los Ferrocarriles de México reportó que la violencia sexual y de género es una de las razones que obligan a las mujeres y niñas a salir de sus países de origen y pedir refugio en México. En su mayoría procedentes de Centroamérica.
En dicho comunicado señalan que una de cada tres centroamericanas han sufrido violencia y al menos 3 mil 529 fueron victimas de feminicidio en 2018.
Por su parte, el colegio de la frontera señala que esta violencia tiene repercusiones directas en la migración, pues es uno de los detonantes que hace que las mujeres, muchas de ellas acompañadas de sus hijes, abandonen sus países de origen. De forma más global esto ha generado un aumento exponencial en las peticiones de refugio de migrantes procedentes de Centro y Sudamérica, el Caribe y África.
Como muestra de esto, de 2013 a 2019 hubo un aumento de más del 5 mil por ciento de solicitudes de refugio en México, por condiciones de violencia.
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El infierno no acaba
Estas cifras muestran que, si las mujeres salen de sus países de origen es porque se ven obligadas a hacerlo a causa de la violencia, lo cual también se combina con situaciones de precarización y falta de oportunidades que configuran un caldo de cultivo de enorme vulnerabilidad.
Sin embargo, en esa búsqueda de una mejor vida se encuentran con otras condiciones de violencia y discriminación. En primer lugar, pasar la frontera sur de México representa ya un reto, debido al aumento de políticas antiinmigrantes con el despliegue de la Guardia Nacional, que reprime, detiene y deporta —junto al instituto de migración— a las y los migrantes.
Esto se combina con que, además en muchos de los casos, la policía y las autoridades de migración están coludidas con las redes de trata y sectores del narcotráfico, imponiendo “cuotas” a las migrantes, para no ser entregadas a dichas bandas o deportadas.
No hay cifras exactas, pues muchas migrantes no denuncian por temor a ser deportadas, pero se estima que alrededor del 80 % de las mujeres migrantes viven algún tipo de violencia sexual en su paso por México.
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Estas cifras de violencia se asientan no solo en el aumento de las redes de trata, sino también en las condiciones de vulnerabilidad que tienen las mujeres migrantes debido a las políticas antiinmigrantes. Se vuelve urgente que el movimiento de mujeres que ha salido por miles a las calles exigiendo un alto al feminicidio voltee la mirada hacia las mujeres migrantes y retome como parte de sus exigencias el libre tránsito y plenos derechos para las y los migrantes.
Ningún ser humano es ilegal.