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Red Internacional
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Veracruz. Violencia sin fin: Van 26 muertos por ataque en bar de Coatzacoalcos

Pelea por la plaza entre grupos del narcotráfico: la causa. Sigue la militarización y prospera el crimen organizado. El presidente afirma que uno de los presuntos autores de la masacre fue detenido en julio y liberado por la fiscalía veracruzana. Desde esa institución afirman que la responsabilidad es de la fiscalía federal.

Miércoles 28 de agosto de 2019

Con el despliegue de la Guardia Nacional y militarización de México, el crimen organizado sigue operando a sus anchas. Esta vez atacó el martes 27 por la noche un bar de la ciudad de Coatzacoalcos, donde provocó una masacre que hasta ahora se cobró la vida de 26 personas, mientras 11 permanecen hospitalizadas.

Fue en el bar Caballo Blanco, de reapertura reciente, donde el grupo armado abrió fuego y enseguida provocó un incencio y bloqueó las puertas de salida para evitar que las personas dejaran el local.

Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz, describió el incendio como un "artero crimen". El presidente López Obrador repudió los hechos y ha prometido una investigación profunda.

Por su parte, la Fiscalía General de Veracruz ha confirmado la muerte de 16 hombres y 10 mujeres, la mayoría a causa de la asfixia por el humo. La masacre ocurrió sobre las diez de la noche (hora local) del martes. Los clientes y los trabajadores del bar quedaron bajo fuego.

Según las autoridades, iniciaron un operativo de búsqueda de los responsables. En la conferencia matutina de este miércoles 28, López Obrador sostuvo que uno de los autores materiales de la masacre es Ricardo "N", alias La Loca, a quien las autoridades estatales detuvieron en julio pasado y liberaron en menos de dos días.

"En Veracruz no se toleran ya a los grupos delictivos", afirmó Cuitláhuac García y prometió que el crimen no quedará impune. Dio a conocer además que los atacantes secuestraron al dueño del bar, a quien se llevaron previo a iniciar el incendio.

Los tentáculos del crimen organizado en las instituciones

Esta nueva masacre abre una crisis ante la evidencia de la continuidad de los vínculos entre el crimen organizado y los altos funcionarios, como se mostró ante millones en el caso Ayotzinapa en 2014. Ahora, las autoridades federales y las estatales se echan la culpa mutuamente.

El gobernador, del Morena, alineado con el gobierno federal, acusa a la policía estatal y al fiscal de Veracruz por haber liberado el mes pasado a Ricardo "N", sin ponerlo antes a disposición de la justicia.

En la discusión intervino también el secretario de Seguridad de Veracruz, Hugo Gutiérrez, quien afirmó en Twitter que se ha solicitado a López Obrador la intervención de la Fiscalía General de la República ante la "evidente corrupción" de los procuradores locales. "Hay que investigar la actuación de la Fiscalía de Veracruz. Estamos pidiendo que la FGR atraiga el hecho y se haga una investigación a fondo", respondió López Obrador.

La fiscalía local niega haber detenido a Ricardo "N", alias La Loca, y acusa a la Fiscalía General de la República. "Esta persona no fue puesta a disposición de esta Fiscalía, sino de la Delegación Estatal de la FRG", afirma en un comunicado publicado la mañana de este miércoles. En el mismo texto señala que el sospechoso fue detenido una segunda vez a inicios de agosto por la Procuraduría federal, creada en el gobierno actual.

Mientras tanto, los cárteles Jalisco Nueva Generación y Los Zetas continúan la disputa por Veracruz, donde en lo que va del año alrededor de 1,600 personas fueron asesinadas. Y hacen un infierno de la vida de la clase trabajadora y los sectores populares.

López Obrador llegó al poder con un discurso de cambio y combate a la corrupción, pero casos como esta masacre demuestran la profunda podredumbre del régimen político y su carácter irreformable.

Su respuesta ante la violencia que recorre el país es la violencia del Estado, encarnada en el despliegue de la Guardia Nacional, que en Veracruz suma unos 4 mil efectivos, desplegados en distintos municipios de la entidad, entre ellos Coatzacoalcos, el escenario de la nueva masacre.

La verdad es que la militarización no tiene otro fin que impedir el paso de los migrantes por México y mantener amedrentada a la población. Los vínculos entre los uniformados y el crimen organizado siguen.