Continuamos con las reflexiones abiertas por trabajadoras, trabajadores y jóvenes sobre el acto realizado en homenaje a León Trotsky el 21 de agosto pasado. En este caso, Antonella de la comisión de mujeres de Molinos Minetti.
Domingo 6 de septiembre de 2020 11:32
Salir de la rutina de ama de casa acercarme a la fábrica para apoyar a mi compañero cuando primero no le pagaban el salario y después para luchar contra los despidos,
ya esto provocó un cambio enorme en mi "normalidad".
Pero conocer al PTS directamente me cambió la vida. Si bien no entendía muchas cosas empezaba a ver la vida de forma distinta y descubrir por qué pasaban las cosas que nos afectan en la vida. Por qué el sindicato que mantenemos con los descuento nunca apoyó nuestra lucha.
Por qué el ministerio, el gobierno no hacen nada contra un empresario que nos roba el salario y después despide en forma ilegal. Por qué los jueces y policías, unos nos procesan y otros nos reprimen por pedir que nos paguen los salarios por los cuales trabajamos.
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Ahora entiendo que todos son parte del sistema que defiende los privilegios de los empresarios, de los ricos. Pero no sólo entendí eso, fui viendo que fui una esclava toda mi vida, esclava de la casa y la familia, y eso que mi compañero, con el que crecimos juntos, mejoró muchísimo en los últimos años, en hacerse cargo también de las tareas del hogar.
Pero igual veo que esa fue la vida de mi vieja también, no es que reniego de cuidar mi familia, eso me gusta, eso lo quiero. Pero pasar en contacto constante con las compañeras de Pan y Rosas, la lucha en el molino, me mostró que puedo ser más útil, que mi vida puede ser mejor, ahora paso leyendo LID, me entero de otras luchas, trato de llevar mi experiencias a otras como a las mujeres de los choferes de la UTA en conflicto, marcho en apoyo a los docentes, también contra el gatillo fácil.
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Cuidar a mi familia era importante pero ahora mi vida la veo realmente importante.
Hace unas semanas le decía a los compañeros que quería saber quién era Trotsky, por qué lo nombran tanto, por qué lo respetan, qué fue lo que hizo.
Como siempre no pasó una semana y ya hicimos una juntada donde no solo empecé a conocer quién es ese gran revolucionario ruso, también conocí más de nuestra clase, sus orígenes, sus primeras organizaciones de lucha, ahora un poquito sé quién es Lenin, quién es Marx.
Tanto querer saber quién es Trotsky que ya vi dos veces la entrevista a Emilio Albamonte y me deja mil pensamientos, como la necesidad de recuperar los sindicatos, que podemos parar todo o la necesidad de crecer en militantes que luchen por esto.
Sé que tengo todo por aprender. Pero sé que ya soy otra persona ya no soy ama de casa, ahora soy revolucionaria y quiero cambiarlo todo.
