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Red Internacional
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ENERGÍAS RENOVABLES. Yacyretá: la historia de la hidroeléctrica en el Río Paraná que nunca se termina

El debate sobre la ampliación pendiente en Aña Cuá y un ejemplo de cómo no se planifica energía renovable hidroeléctrica en Argentina cuando hay crisis energética.

Viernes 29 de julio de 2016

Asociamos Yacyretá a corrupción y a megaobra, y es correcto. Pero también si vemos nuestra matriz energética podemos visualizar que Yaciretá está constantemente generando energía. El caudaloso río Paraná es turbinado en gran parte por esta represa (una de las diez más grandes del mundo) en forma ininterrumpida y genera energía por lo tanto de forma permanente. Este es uno de los principios de la energía renovable, su fuente energética original no se acaba, o es “virtualmente inagotable”, aunque esto es en realidad en comparación con el lapso de tiempo que tiene nuestra vida humana. El sol no generará energía que nos sirva para siempre, dentro de 4500 millones de años el sol terminará su ciclo de conversión de hidrógeno a helio y la existencia humana al menos en nuestra Tierra se acabará, aunque esto ocurrirá un poco antes cuando el sol comience a convertirse en una estrella enana blanca. Pero en comparación con la vida humana el recurso energético del sol podemos considerarlo renovable.

El Paraná también, dado que la cuenca sedimentaria del Paraná tiene una estratigrafía que tiene una edad de más de 460 millones de años. Bueno, pero, ¿qué está pasando en Yaciretá? Está generando a full desde que llevaron la cota de embalse a la cota de diseño de 83 m en febrero del 2011. Pero quedó pendiente una ampliación que en un principio se llamó la ampliación del Brazo Aña Cuá y que en un principio consistía en el agregado de cinco turbinas con una potencia de 5 x 54 Mw, es decir 270 Mw .

Posteriormente nuevos estudios llevaron a la conclusión de la posibilidad de agregar 3 turbinas más (no ya en el Brazo Aña Cuá, sino en la misma línea de las 20 turbinas existentes), lo que significaría 3 x 160 Mw, total 480 Mw. En total la potencia instalada a agregar sería de 750 Mw. Y si tenemos que Yaciretá tiene una potencia instalada de 3200 Mw la ampliación representa un 24% adicional. Un porcentaje de ampliación de potencia en cualquier central es bueno, pero sobre un gigante como Yaciretá significa una enormidad.

Por otro lado, por el cambio climático (cambio que existe desde que existe el tiempo, pero que fue retocado en este último siglo por la actividad industrial y consumista del hombre) ha provocado un traslado de las isotermas hacia el sur y un cambio en el régimen de lluvias. Ahora llueve más en la cuenca amazónica y menos en la zona sur de nuestro país y esto más allá del fenómeno del Niño. Por lo tanto convendría en este momento más que nada ampliar Yaciretá e incluso Salto Grande que hacer las centrales hidro sobre el río Santa Cruz (aunque ya están contratadas).

Esta es una decisión que sale de hacer un simple estudio y análisis. Si vemos el régimen de caudales del Paraná se puede ver que se estuvo mandando por el vertedero 3500 m3/seg en mayo y 3100 m3/seg en junio, es decir, (salvo convenios especiales de agua vertida sin turbinar) es energía perdida. Además 3 de las 20 turbinas estuvieron en mayo (y 2 en junio) también fuera de servicio. Eso quiere decir que hay 3x160 Mw fuera de producción, es decir 480 Mw.

Es decir que en total podríamos tener 750+480=1230 Mw más instalados y generando energía renovable. Mientras tanto el agua corre por los vertederos. Si suponemos un factor de carga de 0.8 (es conservador), entonces esta potencia instalada representa más de 8600 Gw hora/año que significa un 6% de la energía generada en todo el 2015 en todo nuestro país.

¿Emergencia energética?

Nos han mentido, nos siguen mintiendo y tal como vienen los anuncios en este tema nos seguirán mintiendo. El actual gobierno mientras elimina retenciones a mineras y a las agroindustrias y deja sin trabajo a miles de trabajadores nos habla para justificar la suba descomunal de las tarifas de emergencia energética, ahorro energético, medio ambiente, emisiones de carbono e interés por las energías renovables. Haciendo cuentas rápidas el ahorro en emisiones de carbono por no haber ampliado y/o mantenido Yacyretá se traduce por ejemplo (siguiendo a la Comunidad Europea) en 5600 Tn de CO2 que obvio se están emitiendo en este momento de otra forma, por ejemplo generando en las centrales térmicas a base de fuel oil, gas oil, gas natural o incluso a carbón. En sí es emisión que podríamos no haberla emitido.

Desidia, falta de planificación y no saber

Ahora viene la pregunta, ¿por qué no se amplía? En esto sí es cierto que durante muchos períodos ha habido problemas de acuerdos con Paraguay dado que la obra y el proyecto es binacional, pero también hay una falta de planificación. Desde el año 2000 ya está armado el pliego de bases y condiciones para la preselección de consorcios y empresas para hacer la obra.

En la gestión kirchnerista si bien no ha habido grandes aportes en generación hidroeléctrica de otras centrales, no se puede negar que la suba de la cota de embalse de Yaciretá fue un acierto, pero allí se detuvo la expansión de energía hidroeléctrica, para incentivar la generación térmica a base de hidrocarburos. Corrieron entonces detrás de la construcción rápida de centrales a base de gas oil o incluso de gas natural y se acordaron tarde de las centrales hidroeléctricas largamente postergadas sobre el Río Santa Cruz.

Ahora el presente gobierno se caracteriza por no tener planes y hasta parece que no se preocupa mucho del tema porque sabe que la actividad industrial va a bajar por la disminución del consumo. Sí se preocupa por el cuadro tarifario para que las empresas puedan ganar más a costa del último eslabón de la cadena que es el usuario. El convenio entre el EBY y la Universidad de la Plata por cooperación técnica para Aña Cuá que se firmó a principios de año no es sino otra forma de dilatar la obra.

Es particular sin embargo que esta disminución del consumo y de comienzo de la recesión en los diagramas de energía total generada mensual a nivel nacional (se puede ver en CAMMESA) todavía no se está vislumbrando, las explicaciones son varias, una que a falta de consumo la pequeña y mediana industria comenzó a resistir stockeando, pero continuando la producción. Otra razón es que la temperatura media de invierno de este año es menor que la de años anteriores, y casi no tuvimos otoño. Por lo tanto estamos comparando un año demasiado frío (el actual) con un año más cálido (el año pasado). Pero va a llegar un momento en que el diagrama de la energía generada abandonará su inercia y caerá en comparación con años anteriores por la recesión. Remontarla costará muchísimo, y justamente con lo que este gobierno no garantiza, ni creo tiene previsto por todas sus mentiras de campaña: trabajo, empleo, actividad industrial, desarrollo y por qué no un poco de confort.

Medioambiente y modelo de país

Un último comentario es sobre lo ambiental y estas obras hidroeléctricas. Cuando se realizan proyectos energéticos (cualquiera) por ley se necesita una evaluación ambiental. Esta evaluación ambiental y el impacto sobre la flora, la fauna y el mismo hombre a través de enfermedades debe ser realizada, pero no por las mismas consultoras de ingeniería de estas obras, sino por otras consultoras con sobrados buenos antecedentes y donde hagan un relevamiento real y no interesado sobre el proyecto. Sino es como contratar al lobo que nos cuide el gallinero. Más allá de esto se abre el debate sobre para qué necesitamos energía, es decir para qué modelo de país y quienes serán realmente los beneficiarios.

* El autor es ingeniero civil. Contacto: [email protected]