Durante siglos Yemen, un pequeño país ubicado en el sur de la Península Arábiga (al sur de Arabia Saudita), estuvo controlado primero por diferentes califatos de Egipto y después por el Imperio Otomano.

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Celeste Murillo @rompe_teclas
Jueves 26 de marzo de 2015
Desde el siglo XV varias potencias coloniales y la monarquía saudí se disputaron el importante puerto de Adén, donde se instalará Gran Bretaña desde 1839. Después de la Primera Guerra Mundial, Yemen atraviesa un breve periodo como reino independiente hasta 1926 cuando Arabia Saudita vuelve a reclamar soberanía sobre la región de Asir; mientras tanto, Adén se conforma como colonia británica junto con los protectorados oriental y occidental.
En 1945 se constituye la República Árabe de Yemen o Yemen del Norte, con influencia saudí. Es un reino hasta 1962, cuando se derroca al último rey, y hasta el 1970 es atravesada por una guerra civil, producto de los múltiples enfrentamientos tribales.
Mientras tanto, continúa el control británico del sur hasta que en 1967 se conforma la República Democrática Popular del Yemen o Yemen del Sur. Gobernado por el Partido Socialista de Yemen, recibirá apoyo político pero sobre todo militar de la URSS burocratizada.
Después de varios enfrentamientos entre el Norte y el Sur, en 1981 comienza el proyecto de la reunificación con un plan para una nueva Constitución. El acuerdo se sella 22/5/1990 y se funda la República de Yemen.
Saleh era presidente de Yemen del Norte y asume en 1990 como presidente de la república unificada. Este aliado norteamericano y de la monarquía saudí (sunitas) llevo adelante durante años, hasta su caída en 2012, una guerra sucia contra la población Houti (chiítas) del norte y contra tendencias separatistas en el sur.

Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario