Las y los trabajadores de la educación en este estado han vivido un detrimento de sus condiciones de vida en los últimos años, una situación que se agrava con la política del gobierno en la pandemia.
Miércoles 10 de marzo de 2021
El educar, guiar o compartir conocimiento es una actividad de suma importancia para nuestras sociedades humanas. Los gobiernos han sostenido, de forma hipócrita, que la educación es un factor determínate para la formación de ciudadanos éticos y preocupados por el bienestar de su comunidad. Sin embargo, el trabajo de los docentes no es valorado por las políticas oficiales desde hace varias décadas.
El contexto que ha dejado la pandemia ha sido el pretexto para que trabajadores de la educación no solo no sean bien remunerados con cada vez menos derechos (y todo parece empeorar para las nuevas generaciones de maestros y maestras) en Zacatecas y a nivel nacional, con precarización, explotación y con una profunda incertidumbre del desempleo.
En el caso de Zacatecas, ciudad capital que comparte el nombre con el estado y ubicada en el centro norte del país, no hay hoy en día fuentes de empleo dignas en general, mientras las oportunidades para los profesores son más reducidas.
Desde La Izquierda Diario entrevistamos a dos trabajadores de la educación que nos platicaron sobre sus casos, uno como empleado precarizado y el otro como desempleado:
Profesor: “Yo trabajo como profesor en una institución educativa privada, y además de no gozar de las justas prestaciones básicas (seguro de salud, pago de horas extras, derecho a jubilación, etc.) por estar subcontratado, la verdad que la pandemia nos ha perjudicado aún más desde el inicio. Con esto de que se acabaron las clases presenciales, hubo deserción, se redujeron las horas de trabajo y esto se ha visto reflejado en una notable baja salarial para nosotros, ya que se nos paga por hora”.
Ya de por si los sueldos de los maestros de instituciones educativas privadas eran muy bajos, con la pandemia esto se ha agravado, en definitiva. No obstante, no son el único problema al que se enfrentan, sino que existen otras ambigüedades que pueden rayar en el abuso o la explotación laboral.
Profesor: “Además hay situaciones que se deben regularizar, por ejemplo, el llamado “home office”. Seguimos en la incertidumbre porque esto no se ha regulado del todo, pues si antes invertíamos de nuestro bolsillo en material como copias, plumones para la pizarra u otros, ahora con la pandemia hemos usado e invertido nuestros equipos de cómputo, la energía eléctrica y el internet de nuestras casas. Es una situación difícil porque trabajas, pero en vez de obtener tu salario íntegro terminas poniéndole, y pues no es justo”.
Así el panorama injusto y explotador para los trabajadores de la educación. Por si fuera poco, esta crisis sanitaría nos ha sumergido en una complicada situación, en la que hasta el que es explotado parece “afortunado” por tener un empleo. Las nuevas generaciones de egresados universitarios, así como los que han perdido su empleo se mantienen en la lucha diaria por conseguir el sustento para seguir viviendo.
Profesor desempleado: “Yo perdí mi empleo cuando comenzó esto de la pandemia, demasiados estudiantes abandonaron sus estudios con esto de la educación a distancia, les pareció más cara esta modalidad que la presencial, así que se redujeron las horas de trabajo, y, por tanto, el personal y a mí me tocó, me despidieron”.
El número de desempleados en la entidad se ha disparado desde el año pasado, y la búsqueda de empleo se ha vuelto una competencia encarnizada y voraz que, en vez de unir a los trabajadores en la organización y exigencia de mejores condiciones, los ha dividido y aislado haciendo más difícil lograr encontrar un trabajo.
Profesor desempleado: “Yo no he encontrado trabajo desde entonces, he sobrevivido ya de varios empleos informales y temporales que he conseguido. De por sí conseguir un trabajo de profesor aquí en Zacatecas es difícil, por ejemplo, en la Universidad (UAZ) es imposible que alguien por méritos propios logre entrar como docente, en dicha institución solo emplean como se dice coloquialmente con “palancas”, o puro familiar de los que ya trabajan ahí. Y para entrar como profesor de la SEP también está complicado, pues nos ponen a competir en el examen, y pues a veces los universitarios salíamos mejor que los normalistas, esto provocó cierto recelo y reclamos. Ahora se les da preferencia a los normalistas, considero que no es justo que nos pongan a competir de esta manera”.
Esta es la deplorable situación en la que se encuentran los trabajadores de la educación en la entidad, entre precarización y explotación que se traduce en la subcontratación, el no gozar de prestaciones y recibir bajos salarios, o estar en la tortuosa incertidumbre del desempleo y toda la inversión, esfuerzo y trabajo remunerado que se ocupa para encontrar trabajo.
Un panorama que es necesario cambiar, solo con la unidad y la organización de los maestros y de la clase trabajadora, podremos conseguir defender nuestros derechos laborales y conquistar mejores condiciones de trabajo.