ALERTA SPOILER | SEGMENTO GEEK.Naturaleza Humana: un documental sobre CRISPR y los avances en la edición genética
Tiempo estimado 4:42 min
En la última columna del año dejamos a los conspiranoicos y libertarios de lado para recomendar Naturaleza Humana (Human Nature), un documental que explora los enormes avances obtenidos con CRISPR para la edición genética, es decir, modificar los genes de un ser vivo. Pueden encontrarlo en Netflix subtitulado, o en YouTube doblado.
🧬 MOMENTO GEEK | Naturaleza humana: un documental sobre CRISPR y los avances en edición genética - YouTube
El documental transmite de manera bastante clara los aspectos centrales de esto que parece ciencia ficción. La cuestión sería que hace años de casualidad se encontró un mecanismo inmunológico natural de ciertas bacterias (este CRISPR que mencionamos) el cual cuando la bacteria sobrevive a un Virus le chorea un cacho de ADN y lo incorpora al suyo. Este pedazo almacenado de ADN del virus es usado por una proteína llamada CAS9 como un cartel de “se busca” y cuando encuentra este fragmento nuevamente (por ejemplo en un nuevo ataque del mismo tipo de virus) lo ataca provocando un corte de alta precisión en la cadena de ADN, para luego modificarlo logrando por ejemplo que el virus no se reproduzca.
Para entender su aplicación hay que tener en cuenta lo siguiente: uno de los principales límites en la edición genética con la tecnología previamente existente era la de editar tal o cual gen en particular entre los 40 y pico mil que se estima tiene el ser humano. El avance obtenido es utilizar esta proteína CAS9 que les contaba pero engañarla e indicarlo nosotros qué genes tiene que encontrar, cortar y modificar. En la práctica, esta metodología ha sido utilizada para el tratamiento de ciertas enfermedades pero su principal potencial aún está en sus inicios. Para ir a los bifes dos gemelas nacieron en China tras la modificaciones de sus embriones con CAS9 para otorgarles resistencia genética al HIV convirtiéndolas en las primeras humanas modificadas genéticamente en su etapa embrionaria.
Stephen Hsu es uno otro de los científicos/empresarios que impulsan el desarrollo de esta tecnología. Ya cuenta con una empresa que realiza pruebas genéticas a embriones y detecta un número limitado de enfermedades. Para un futuro sueña con la posibilidad de optimizar la belleza o intelecto de los embriones. Dato de color, Hsu esta acusado de promover visiones racistas de la eugenecia, ademas de sugerir que con la remocion (voluntaria aclara! Dejen de asociarlo con los nazis!) del síndrome down de la reserva genética la humanidad sería más inteligente… ¿Empezamos a notar lo preocupante de una edición genética heredable condicionada por los criterios de éxito o productividad capitalista no? Si hablamos de inteligencia colectiva Hsu no estaría aportando demasiado con su reduccionismo genético y bastante éxito tiene.
Por suerte varios de los entrevistados, tanto a favor como en contra de las modificaciones genéticas heredables, hacen referencia al error que implica considerar que todo, incluso la inteligencia tiene un origen genético reconociendo los factores sociales, ambientales y económicos que condicionan el desarrollo cognitivo de los humanos.
El documental muestra visiones tecno-optimistas, pero las mismas están limitadas a una “esperanza” (literalmente, así lo plantean) de que la humanidad “madure” para el momento en que esta tecnología se extienda. Las visiones mas distopicas se presentan con referencias a la propaganda de limpieza genetica Nazi, o a la novela “Un Mundo Feliz” de Huxley, publicada en 1932 en la cual la humanidad esta dividida en castas diseñadas geneticamente para la division manual e intelectual del trabajo. Hsu, nuestro científico racista favorito reconoce que en principio esta tecnología sólo será accesible para aquellos con los medios para pagarla, y para el resto… “esperemos que en un futuro puedan acceder”.
El documental se centra principalmente en los dilemas éticos de la nueva tecnología a la par que nos dibuja un escenario utópico de modificaciones genéticas como mercancías. Se plantea la pregunta de “quién marca el límite?” De momento la respuesta es el capital financiero, las grandes compañías farmacéuticas y los estados imperialistas. Tan limitada es la imaginación de algunos “genios” que consideran que una sociedad que haya descubierto los secretos de la genética y los explota plenamente aún considera a las personas con síndrome de down como una “carga” genética para la humanidad. Una vez que la humanidad sacuda las cadenas del capital esas mezquinas utopías con las que sueñan los reduccionistas genéticos serán olvidadas como un mal sueño.