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Red Internacional
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SALTA. #8M | "Soy wichí, luchadora por el territorio y viajé a solidarizarme con las docentes"

Norma Segundo, cacique de la comunidad Carboncito. Mujer, madre, luchadora por la tierra, el agua y trabajo. Viajó a Salta capital para dar cuenta de la situación que viven las mujeres del pueblo wichí. Su solidaridad con las docentes en lucha mostró una unidad potencial para este #8M y #9M hacer temblar la tierra.

Viernes 6 de marzo de 2020 18:00

Sus palabras fueron contundentes por el mensaje de unidad entre mujeres luchadoras que terminaron confluyendo en las afueras de la casa de gobierno de Salta, como sucedió ayer entre docentes, desocupadas, quienes defienden el territorio y movilizan contra el hambre. Las mujeres de los pueblos originarios, amas de casa y trabajadoras desocupadas que fueron parte de la marcha “Ni una muerte más de niño wichí por hambre”, y las docentes de la provincia que se encontraban haciendo permanencia en el marco del cuarto día de paro contra las paritarias de ajuste de Sáez y Fernández.

Defender la vida, es defender el territorio

“...La lucha por el territorio, es la defensa del mismo, pedimos los títulos de tierra y más tierra, porque así podrán sumarse más chicos y padres. Actualmente no la tenemos por la soja. Yo conozco como vivimos, y cómo pasamos hambre en mi comunidad, actualmente, hay muchos alambrados, ya no podemos buscar chaguar (planta con la que realizan artesanías), ni sacar frutos para los chicos, como algarrobo, mistol y chañar que nos sirve mucho. Están desmontando y deforestando muchas hectáreas por parte del gobierno. Nosotros tenemos enfermedades, diarrea, vómitos, hay mucha contaminación de tierras...Los que se han ido nos dejaron consejos para defender nuestros territorios…”.

Sus palabras dan cuenta de la cruda realidad que viven las mujeres indígenas en el norte de Salta, quienes viven el despojo junto a sus familias y comunidad por el avance de la frontera agropecuaria, el agronegocio y el extractivismo promovida por el Estado y los gobiernos de turno en los últimos 30 años. Para las mujeres wichí, el territorio, es parte de su cuerpo y de su cosmos, fuente de vida, de saberes y creación. Barrer el territorio, 1.5 millones de hectáreas de bosques y montes en los últimos 10 años es atacar particularmente a las mujeres, y sus niñas y niños, y es una de las principales causas de las 10 muertes de niñas y niños wichí por desnutrición y situaciones evitables desde comienzos de año.

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El estado doblemente opresor

El accionar violento del Estado para con las mujeres indígenas es particular. Las priva de sus territorios/cuerpo, las discrimina y maltrata a través del sistema de salud y educativo. No las dejan poner el nombre en lengua materna a sus hijes, las obligan a hablar en un idioma que no es el suyo. Las obligan a parir si son violadas y quedan embarazadas, les priva de atención médica y las deja morir, a ellas, a sus hijas e hijos. Pero no solamente eso, como comenta Norma, se ensaña con quienes son luchadoras como ella, quienes están en la ruta ante cada injusticia.

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“Soy una luchadora de mi comunidad Carboncito... A mí me secuestraron en Tartagal por pedir trabajo, hace 20 años que estoy trabajando en la escuela sin cobrar, hasta que me detuvo la policía -me secuestraron-, en Tartagal, estuve una semana detenida con hambre donde la policía no me dió ni de comer. Nosotros somos wichí, aguantamos hambre y sed…”
, comentó Norma afuera de la casa de gobierno.

Como Norma, muchas mujeres, sobre todo quienes son solteras en la comunidad, tienen que encontrar alguna fuente de sustento económico para ellas y sus familias, ya que al no tener el monte, se quedan sin fuente de alimentos y de materiales para realizar sus artesanías. En el caso de Norma, hace 20 años que realiza trabajos en la escuela y lucha por ser reconocida como trabajadora y que le paguen un salario. Eso la llevó a la ruta, con otras mujeres indígenas desocupadas, exigiendo fuente de trabajo, sin embargo la única respuesta fue la represión, detención y hostigamiento policial. Las mujeres indígenas son las que trabajan y están sin cobrar en las escuelas, limpiando casas, o vendiendo sus artesanías, que son cada vez más difícil de realizar y mal pagas.

“...Si estoy cortando la ruta es por necesidad, por salud. Nosotras morimos por dar a luz. Hay mamás que no llegan a Embarcación porque estamos a 45 km de distancia, pedimos una ambulancia y nunca llegan… Se demoran más de 6 hs y las mujeres no aguantan. Quiero que el gobernador Saenz vea esta situación por el agua, salud y educación…”.

Por las mujeres indígenas, defensoras del territorio, este 8M 9M hagamos temblar la tierra

“...Sigan adelante hermanas, tanto docentes y luchadores, no bajen los brazos. Yo también las apoyo a ustedes, por eso me vine esta madrugada. Sentí que quería estar con ustedes porque yo soy una luchadora de la ruta…”.

¿Qué pasaría si el movimiento de mujeres, con esas decenas de miles de jóvenes que ha conquistado poner en agenda y el tratamiento de un proyecto por la legalización del aborto. Si las trabajadoras que son parte de ese movimiento y están organizadas en los sindicatos como muchas docentes, hoy a la cabeza de la lucha por salario y en defensa de la educación pública, le tendieran sus manos a las mujeres luchadoras wichí que defienden sus territorios y el medio ambiente, que no quieren morir, ni que mueran sus hijes por hambre, ni por cualquier circunstancia evitable?.

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Norma finalizó la entrevista diciendo:

“...muchas de las mujeres recibimos discriminación. Les mando un abrazo a las mujeres este 8 de marzo. El reclamo de las mujeres indígenas tiene que estar presente “...porque recibimos mucho maltrato, violaciones y discriminación por parte de las autoridades. Ellos son quienes más nos persiguen, a mí por ser luchadora…”.

“Por ser mujer y luchadora, este 8 de marzo voy a estar luchando por mis derechos, por la salud, educación, los derechos de los niños y ancianos…”.

Si lucha de las mujeres contra el patriarcado es una lucha que damos contra Estado, y sus instituciones, que es patriarcal, clerical y en el caso de Salta, xenófobo y racista. Si ese mismo Estado es el que oprime, despoja y empuja a la muerte a lxs wichis, y es el que garantiza las cadenas de opresión y explotación sobre las mujeres, nos queda como desafío inmediato que las mujeres y disidencias conscientes de esta perspectiva demos la pelea por ello. Para que la marea verde sea el motor de construir la unidad en perspectiva estratégica, entre trabajadoras, jóvenes, y sectores oprimidos, y que juntos con nuestros compañeros, luchemos por una sociedad donde las cadenas que pesan sobre nosotras, nosotros y nosotres, sean cosa del pasado y de los libros de nuestra historia.

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