“¡Es inocente!”, afirman su familia y amigos. Su madre desde septiembre le lleva comida todas las tardes a la Comisaría Sexta de Ezpeleta. La joven de 23 años, que estudia y trabaja, es acusada de integrar una banda criminal. Pero ni el Poder Judicial ni la Bonaerense tienen pruebas.
Sábado 13 de febrero de 2021 12:47
Camila Amaya tiene 23 años y vive en Berazategui. Fue detenida el 23 de septiembre de 2020, acusada de “liderar una banda dedicada a hacer entraderas” junto a otros tres detenidos. María, su madre, en diálogo con La Izquierda Diario, niega que su hija tenga algo que ver con todo eso y cuenta la lucha que llevan adelante familiares y amigos por la libertad de la joven.
“Hace casi cinco meses Camila se encuentra detenida en la Comisaría Sexta de Ezpeleta. Todos los días, a las seis de la tarde, le llevo el plato de comida, todavía no puedo creer que esté presa”, arranca María.
La mujer detalla que su hija “estudia mecánica dental en un instituto de Berazategui. También trabaja conmigo, soy costurera, trabajo desde los 17 años para los negocios de la zona. Su papá es operario en una fábrica hace 37 años y su hermano también trabaja en una fábrica. En estos meses tuvimos que cortar la calle porque no nos escuchan. Mi hija es inocente”.
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La causa se tramita en la UFI 4 de Berazategui, a cargo de la fiscal Silvia Borrone. María denuncia que el Poder Judicial utiliza como prueba del supuesto delito un llamado que habría realizado Camila desde su celular. Pero el teléfono, desde el que presuntamente se habría organizado el robo a una casa en febrero del año pasado, permanece en poder de la abogada de la joven y nunca fue peritado.
“La fiscal tiene que pedir el celular para investigar las llamadas y sin embargo no lo pide, aceptando una prueba particular de las víctimas del robo que hicieron por su cuenta, pidiendo el listado de las llamadas de Camila a un amigo que trabaja en Movistar. Esto es un delito federal. El fiscal no recibe la prueba del celular de mi hija que está a disposición. Tampoco investiga por qué el día del robo la alarma llamativamente no sonó, no hay pericias de las alarmas”, grafica María.
“En los videos del robo aparecen tres chicos, que ni siquiera se parecen a los que están detenidos y que además declararon no conocer a Camila, quien supuestamente sería la líder de la banda”, agrega indignada.
A la injusticia total de una causa armada con pruebas más que endebles, se suman las condiciones de detención de Camila. “Ella padece complicaciones de salud y es muy necesario que se realice una consulta médica urgente, sufre de un problema en la piel y requiere atención”, dice la madre. Y remarca que “esta situación no solo la vive Cami sino que es generalizada al interior de la comisaría, donde permanecen otras chicas detenidas hacinadas y en malas condiciones en general”.
“Yo se que mi hija no es delincuente y voy a luchar todos los días de mi vida hasta que salga, aunque me digan que me quede tranquila porque no hay pruebas para inculparla, ella hace cinco meses que está presa”, finaliza María y pide la más amplia difusión de su caso. Una de las tantas causas armadas en la provincia de Buenos Aires entre la Policía Bonaerense, fiscales y jueces.
La familia y los amigos lanzaron una página de Facebook, "Libertad para Camila Amaya", en la que vuelcan toda la información del caso y desde donde exigen la libertad inmediata de la joven.